Cabo Verde, el archipiélago situado frente a la costa de África occidental, se ha ganado a pulso su reputación como destino a tener en cuenta para los amantes de la playa. Sus ingredientes: el sol omnipresente, las aguas cálidas y, no menos importante, la privacidad que ofrece frente a otros destinos populares. Este conjunto de islas tropicales, con espectaculares paisajes y arenales kilométricos se encuentra, además, a menos de 6 horas de vuelo desde Europa. Recorremos el archipiélago de Cabo Verde de la mano de la plataforma de viajes Evaneos (evaneos.es) en busca de sus mejores playas.
A diferencia de otros destinos masificados, Cabo Verde ofrece un ambiente más relajado. Aquí, los visitantes pueden disfrutar de amplias playas vírgenes y numerosas calas desiertas perfectas para pasear sin toparse con nadie. Es un destino ideal para aquellos que buscan escapar de las multitudes y conectar con la naturaleza en un entorno sereno, sin renunciar a las relaciones con los locales y, cómo no, a momentos de diversión.
Entre las islas de Cabo Verde, destacamos las tres que cuentan con playas más sublimes. La primera de ellas es Sal, la isla más conocida, que alberga el encantador y animado pueblo pesquero de Santa María, que se ha convertido en un lugar popular para los viajeros en busca de diversión. Con su hermosa costa y una amplia oferta de alojamiento y servicios, como restaurantes al aire libre y locales de música en directo, Santa María es un lugar perfecto para disfrutar del sol, el mar y las actividades acuáticas, como la cercana playa Kite donde se practica el kitesurf (una modalidad de surf que se practica con una cometa).
Descubre los destinos más cool del 2023 para jóvenes viajeros
Nuestra siguiente parada nos brinda una experiencia más salvaje. Con menos desarrollo turístico, Boa Vista cuenta con numerosas playas desiertas en las que bien se podría simular un naufragio, perfectas para desconectar de nuestro atareado día a día en Europa. Destacan las de Chaves y Santa Mónica, rodeadas de paisajes volcánicos y dunas, que recuerdan a la superficie de la luna. Como curiosidad, la región forma parte de la ruta migratoria de las ballenas jorobadas y, por otro lado, en ocasiones se puede ver tortugas marinas avanzando por la orilla de la playa o incluso, enterrando sus huevos.
Nos detenemos ahora en la isla de Maio, situada en el extremo este del archipiélago, cerca de la capital, Santiago. Es una región de contrastes, frente al desértico sur, el norte destaca por sus bosques de acacias y su terreno accidentado. Un lugar para perderse, apartado de todo, y encontrarse con los locales, con fama de ser los más amables del país. También en esta zona tenemos excelentes playas, como la de Baixo Rotcha en Vila do Maio, el arenal familiar por excelencia, ideal para pasar un tiempo de calidad con nuestros seres queridos, especialmente si viajamos con los más pequeños. La serenidad del lugar no está reñida con la diversión. Tendremos, por ejemplo, la oportunidad de animarnos con unos pasos de baile en alguno de los bares repartidos por la zona.
Maravillas naturales de África para, al menos, una vez en la vida
Otras islas del archipiélago también ofrecen oportunidades para disfrutar del océano. São Vicente (en la imagen), Santo Antão, Santiago, São Nicolau, Fogo y Brava. Cada una tiene su propio atractivo, aunque la posibilidad de descubrir sus paisajes únicos es el común denominador de todas ellas. Cabo Verde puede ser el destino ideal para los que van en busca de una experiencia playera con un extra. Dejarse guiar por un agente local puede ayudar a organizar un viaje que llene las maletas de recuerdos inolvidables de este no tan conocido rincón tropical.