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Moguer, el pueblo blanco más bonito de Huelva

Rodeado de campos de fresas, en la ruta de los lugares colombinos y lleno de rincones que recuerdan al poeta Juan Ramón Jiménez. No se puede pedir más.


Actualizado 24 de julio de 2023 - 17:48 CEST
rabida© Cordon Press

Moguer está a 20 kilómetros de la ciudad de Huelva, en la margen contraria del río Tinto. Moguer descubrió un nuevo mundo –la carabela Niña y la tercera parte de los marineros que acompañaron a Colón en su primer viaje a América eran de aquí– y Juan Ramón Jiménez nos lo mostró a lomos del burrito Platero.

 

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A 8 kilómetros de Palos de la Frontera, de cuyo puerto zarpó Cristóbal Colón, y a 12 del monasterio de La Rábida (en la imagen), en el que se hospedó antes de partir, se encuentra la bonita localidad de Moguer, donde muchos rincones nos recuerdan a él, pues está estrechamente ligado a la gesta colombina, pero muchísimos más al poeta: la casa donde nació, la vivienda donde creció, una decena de esculturas al aire libre, el cementerio donde está enterrado... Eso, sí: Moguer ya no es blanco y dorado, como un pan de trigo, sino blanco y rosa, como escribió, porque está rodeado de campos de fresas. Era su "blanca maravilla".

casa zenobia© Cordon Press

De las dos casas vinculadas al escritor, la más interesante es la Casa-Museo Zenobia-Juan Ramón Jiménez (casamuseozenobiajuanramonjimenez.com), donde este pasó su niñez y su juventud y donde se conserva su biblioteca particular, formada por 3700 libros y 7500 revistas. Se inauguró en 1956, año en que el poeta recibió el premio Nobel. A pocos pasos, en la plaza del Marqués, hay una escultura de Zenobia Camprubí, la que fue esposa y principal colaboradora del premio Nobel.

 

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La Casa Natal de Juan Ramón está en la calle Ribera. «Aquí, en esta casa grande, hoy cuartel de la Guardia Civil, nací yo, Platero... Desde el mirador se ve el mar». Era el 23 de diciembre de 1881 y en ella vivió Juan Ramón hasta los cuatro años. La casa es una típica construcción andaluza de finales del siglo XIX, con influencias neomudéjares.

escultura idyll of abril moguer© Cordon Press

En la plaza del Cabildo, otra escultura recuerda a Platero, que forma parte del museo al aire libre Platero EScultura, con piezas diseminadas por toda la población: Darbón, en la plaza San Francisco; Aguedilla, en la calle Rábida; El Niño y el Agua, en la calle Ribera... En todas estas calles y plazas, además, hay una veintena de azulejos que evocan momentos de la vida del poeta y pasajes de su obra.

 

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Otro sitio vinculado al escritor es el cementerio parroquial, un espacio que él solía recorrer en sus arrebatos nostálgicos. «Era mi paseo favorito cuando yo vivía en Moguer de muchacho». Aquí fue enterrado junto a su mujer, después de que ambos murieran (ella en 1956, él en 1958) en el exilio. Ni un solo día de los 22 años que pasó lejos de España, dejó de recordar a su «blanca maravilla. Sus últimas palabras antes de expirar en Puerto Rico fueron: «Moguer..., madre..., Moguer».

moguer calle© Cordon Press

Los más devotos de Juan Ramón se acercan también a la finca Fuentepiña, a dos kilómetros al sur, donde Platero está enterrado bajo un pino piñonero centenario, «redondo y paternal», e incluso descansan en el hotel rural Nazaret, situado al lado, que ocupa la casa del médico del escritor, del que hay numerosos recuerdos.

 

PASAPORTE PLATERO

 

Antes de comenzar la ruta por los lugares de interés de Moguer hay que pasarse por la oficina de turismo para solicitar el Pasaporte Platero. Una credencial gratuita para ir sellando en monumentos, bares de tapas y centro culturales adheridos a la ruta, y con el que se podrá conseguir un obsequio al completarlo.

monasterio santa clara moguer© Personalizado

EL CONVENTO DE SANTA CLARA Y COLÓN

Aparte de los lugares que frecuentó y de los que escribió Juan Ramón, en la localidad hay que visitar el convento de Santa Clara, donde Colón veló una noche a su regreso de América, cumpliendo el voto que había hecho cuando una tempestad estuvo a punto de hacer naufragar a la Niña cerca de las Azores. Su abadesa, Inés Enríquez, que tanto le había ayudado, era tía de Fernando el Católico. El convento, por fuera, parece una fortaleza, pero por dentro guarda algunas joyas, como su claustrillo mudéjar y su claustro grande o de las Monjas.

playa mazagon© Shutterstock

PLAYAS SALVAJES

En el entorno de Moguer han proliferado en las últimas dos décadas los campos de fresas (el municipio es el mayor productor de España y Europa), pero sigue habiendo dos lugares intactos, que se conservan tal cual estaban en tiempos del escritor. Uno es Doñana, el último y mayor refugio de aves y linces de la vieja Europa.

 

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playa torre del loro© Personalizado

El otro lugar intacto son las playas salvajes que hay a medio camino entre Mazagón y Matalascañas, kilómetros de arena con las mismas dunas, los mismos acantilados, los mismos pinos piñoneros y las mismas torres-vigía derruidas por el mismo océano que conociera el escritor... Para pasear y bañarse están la de la Fontanilla, la del Parador, la de Rompeculos, la de Arenosillo, la de la Torre del Loro (en la imagen)... Espectacular, la playa del Parador, rodeada de dunas, acantilados y un pinar presidido por un árbol monumental, majestuoso, al que se le calcula una edad de 300 años.

 

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moguer platero© Shutterstock

DÓNDE COMER EN MOGUER

Y para saciar el apetito durante una visita a Moguer, dos recomendaciones, Espacio Zenobia, un bar de tapas y restaurante con una agradable terraza donde comer desde hamburguesa de choco a canelón de aguacate o tataki de salmón, y el Mesón El Lobito (mesonellobito.com), de especialidades tradicionales. Otro día merece la pena acercarse a comer en Acánthum (acanthum.com), en la capital onubense para probar la cocina de Xanty Elías, la única estrella Michelin de la provincia.

 

EL ALOJAMIENTO

Una casa blanca de Moguer, a 5 minutos a pie de la Casa-Museo Zenobia-Juan Ramón Jiménez, acoge el pequeño hotel Plaza Escribano (hotelplazaescribano.com), con habitaciones abiertas a un silencioso patio. En medio del pinar de Moguer, en el paraje de Fuentepiña está el complejo Nazaret de Moguer (nazaretdemoguer.com), ubicado en la que fue vivienda del médico de Juan Ramón Jiménez. Y, por supuesto, el mejor alojamiento del entorno es el Parador de Mazagón (parador.es), a cuyos pies está la mejor playa salvaje de Mazagón, a la que se baja directamente por una escalera de madera.