© Cordon PressCALA GRANADELLA (ALICANTE)
En la Costa Blanca también podemos encontrar pequeñas calas escondidas y llenas de encanto como esta de La Granadella. Al fondo de un barranco cubierto de pinos y frente a un mar azul turquesa esta playa es ideal para hacer snorkel (gracias a la posidonia de sus fondos) y para navegar en kayak y descubrir las cuevas y rincones escondidos de su entorno. Las excursiones parten desde Jávea.
© Getty ImagesPLAYA DE ITZURUN (ZUMAIA, GUIPÚZCOA)
Enormes acantilados de más de 150 metros encajonan a esta playa y la enmarcan protegiendo su fina arena y escondiendo en ella un bello tesoro natural: el flysch. Una formación de capas rocosas en forma de pliegues de gran valor geológico que da un aspecto a la costa de enorme milhojas. Por sus olas es una de las favoritas de los surfistas en la costa cantábrica.
© Cordon PressPLAYA DE BOLONIA (CÁDIZ)
Las dunas gigantes y doradas de la playa de Bolonia confluyen con el azul intenso del océano creando una escena incomparable. 30 metros de altura y 200 de ancho mide la enorme duna que avanza sigilosa hacia el pinar. Las vistas desde arriba son excepcionales. Junto a la playa el conjunto arqueológico de Baelo Claudia sorprende a quienes no conocen que esta ciudad romana, construida en el siglo II a. C., fue una de las de mayor prosperidad de la península gracias al comercio con las colonias del norte de África.
© Cordon PressPLAYA DE OYAMBRE (CANTABRIA)
Dos kilómetros de arena fina tiene este magnífico arenal al que acuden los veraneantes de Comillas y San Vicente de la Barquera. Oyambre no solo es una playa, también un parque natural de alto valor ecológico compuesto de marismas y sistemas dunares y un paisaje excepcional en la costa cántabra. Aunque muy concurrida, su amplitud hace que no sea agobiante, ni siquiera en verano.
© Getty ImagesPLAYA DE TORIMBIA (ASTURIAS)
A pocos kilómetros de la localidad costera de Llanes queda este arenal que deja atónito cuando se contempla desde lo alto del acantilado su perfecta forma de cocha. Una de las más bellas de la costa asturiana y eso que hay muchas entre las que elegir. Aunque no es de las de más fácil acceso, el esfuerzo merece la pena: se hace desde el pueblo de Niembro y la senda está bien señalizada.
© Cordon PressPLAYA DE LAGA (VIZCAYA)
Dentro de la zona natural protegida de la Reserva de la Biosfera de Urdaibai se encuentra uno de los arenales más bellos de la costa vasca y más deseados por los surfistas. Arena blanca y fina, un importante oleaje, una zona dunar y un pinar forman el conjunto. Al fondo destaca el peñón de Ogoño.
© Getty ImagesPLAYA DE MASPALOMAS (GRAN CANARIA)
Al sur de la isla de Gran Canaria se encuentra esta joya de célebres dunas que no puede ser más fotogénica. Una Reserva Natural Especial de arena dorada que ha formado un pequeño desierto (de unas 400 hectáreas) en donde viven animales endémicos. Junto a la playa no hay que perderse el faro, construido en el siglo XIX, por el que se puede pasear en su entorno.
© Getty ImagesPLAYA DE COFETE (FUERTEVENTURA)
Inmenso. Así es este arenal de casi 14 kilómetros de playa virgen en el sur de la isla que fue elegida para reintroducir una especie en peligro de extinción: la tortuga boba. Una de las playas más hermosas de Canarias en la que hay que ser prudentes con el baño por las fuertes corrientes. Llegar hasta ella no es sencillo, hay que hacerlo por pistas que ni siquiera están asfaltas, pero la excursión merece la pena.
© Cordon PressCALA SAONA (FORMENTERA)
Una joya en la costa occidental de Formentera en la parte más rural de la isla. Con sus apena 140 metros de longitud, quienes acudan a ella disfrutarán de sus aguas color turquesa, de alguna de las actividades acutáticas que se practican en la zona como paddle surf o kayak pero sobre todo, de uno de los mejores atardeceres de Formentera. Y mira que es difícil quedarse con uno.
© Getty ImagesPLAYA DE LAS CATEDRALES (LUGO)
Entre Ribadeo y Foz, la playa de las Catedrales es, por derecho propio, una de las más conocidas y bellas de Galicia. Tanto que se ha tenido que poner un límite a su acceso para protegerla del deterioro. Entre el 1 de julio y el 30 de septiembre hay un cupo diario de visitas y es necesario solicitar autorización: ascatedrais.xunta.es. Puedes aqcceder a ella en pleamar, cuando la playa desaparece y se contempla desde el acantilado, o en bajamar y pasear bajo los enormes arcos que alcanzan los 30 metros de altura.
© Getty ImagesCALAS MACARELLA Y MACARELLETA (MENORCA)
Dos calas que durante los meses de verano están de lo más concurridas con lo que, a ser posible, conviene visitarlas en estas primeras semanas de junio o bien en septiembre. Si no lo fuera, conviene acudir a primera hora de la mañana para disfrutar de este entorno único. También existe la opción de conocerlas desde el mar, con una ruta en barco, una perspectiva diferente e igualmente bella y con menos gente. Desde el 1 de julio no está permitido el acceso en coche particular, se hace en autobuses lanzadera desde Ciutadella.
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© Getty ImagesPLAYA DE FORMENTOR (MALLORCA)
Un faro, una península, una pequeña isla y además una playa. Formentor es todo eso y mucho más, uno de los parajes naturales más bellos de la isla. Un kilómetro de longitud, su forma de media luna, la arena dorada, un bosque de pinos a su espalda y unas cuantas montañas junto al glamuroso hotel Formentor.
© Cordon PressCALA POLA (TOSSA DE MAR, GIRONA)
Situada a las afueras de Tossa de Mar, en la carretera que une esta población con San Feliu de Guíxols, esta pequeña cala está rodeada de acantilados y pinares que se reflejan en sus aguas y les dan ese color esmeralda tan típico de esta costa. También en Tossa, cala Bona o cala Giverola merecen una visita.
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© Getty ImagesPLAYA DE RODAS (ISLAS CÍES, GALICIA)
Navegar hasta las islas Cíes (desde los puertos de Vigo, Cangas, Baiona, Sanxenxo o Portonovo) es una de las excursiones más recomendables que puedes hacer en Galicia. El acceso se hace justo en la playa de Rodas, considerada entre las más bonitas del mundo, que une las islas de Faro y Monteagudo. Un kilómetro de arena fina y sus aguas cristalinas son las culpables de tanta belleza. Mejor no quedarse al inicio y avanzar caminando hacia la parte más alejada del puerto y menos concurrida.
© Cordon PressPLAYA DE LOS GENOVESES (ALMERÍA)
Es difícil la decisión entre las incomparables playas del Cabo de Gata, pero esta de los Genoveses -junto a Monsul- es una de las más espectaculares. Kilómetros de costa intacta modelada por volcanes a la que no hay fácil acceso, lo que ha hecho que se mantenga más protegida y salvaje que muchas otras de costa sur. Más de un kilómetro de fina arena dorada cerca de la localidad de San José tiene esta playa que siempre está en las listas de las mejores de España.
