Nos conquistó cuando la conocimos en el papel de Gaviota, protagonista junto a William Levy de la exitosa telenovela Café con aroma de mujer. Cuando se vistió de flamenca para celebrar la Feria de Abril en Colombia, demostrando que es una enamorada de España. Y al frente de los fogones de MasterChef Celebrity 8, concurso del que acaba de convertirse en ganadora sin discusión con un menú inspirado en sus raíces colombianas. Pero más nos ha conquistado Laura Londoño charlando con ella sobre una de sus grandes aficiones: viajar. ˝Soy una viajera empedernida˝, nos dice.
Con Café con aroma de mujer hemos viajado a Colombia y nos hemos enamorado de sus cafetales. ¿Qué ha supuesto para ti ser una ‘embajadora’ de tu país?
Creo que es lo más hermoso que me ha pasado, lo más honroso que me ha sucedido. Me siento orgullosa, feliz y dichosa de poder ser embajadora, la verdad. Qué maravilla que por fin se esté dando a conocer otra versión de Colombia que no es su lado feo. Era injusto que de todas las caras que tiene solo se conociera un pedacito. Que se reconozca ahora su grandeza, su belleza, su cultura, su gente… es, de verdad, qué rico, para mí, para nosotros, para nuestro país. Y qué rico también para todo el mundo que pueda descubrirlo.
También has sido guía particular de Jesús Calleja en tu país, con el que nos enseñaste, además de los lugares donde se rodó la telenovela, otros espectaculares como el volcán Nevado del Ruiz o el Amazonas. ¿Algún otro destino imprescindible de allí que te gustaría mostrarnos?
Faltaron semanas con Jesús Calleja para poder viajar a tantos lugares como les propuse inicialmente, pero mira, te digo, hay que ir a Cartagena, que tiene una magia y un encanto único. Todo el mundo que la visita te diría sí, sí, sí. Hay que conocer mucho más del eje cafetero, que es un compendio de pueblos y ciudades muy grande y con rincones inimaginables. San Andrés y Provincia son dos islas maravillosas –yo me casé en la primera–, y tienen unos spots increíbles, recomendadísimos. Por supuesto, Medellín, soy de allí, y todos los pueblos del departamento de Antioquia. Como los de la región de Cundinamarca. Y, cómo no, Cali y el valle del Cauca, donde la gente tiene esa salsa y ese ritmo que le sale por todos los poros.
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Así contado, es un país muy variado…
Sí, Colombia es el segundo más diverso del mundo. Un país con muchos otros dentro, porque todas las regiones son súper diferentes. Estamos cargados de historia en cada esquina, muy distinta y vale la pena descubrirla y, sobre todo, disfrutarla, porque es un lugar para disfrutar muchísimo. Nos gusta la fiesta, celebrarlo todo y muestra de ello es el carnaval de Barranquilla, el segundo más grande del planeta, después del de Río de Janeiro. Solo el que lo vive es el que lo goza, el resto no se lo imaginan, pero el que tiene el placer de hacerlo lo va a amar, no va a querer salir de allá.
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Laura, ¿alguna recomendación más?
Sí, la región natural de los Llanos orientales (también conocida como la Orinoquía), con unos atardeceres infinitos de colores que parecen pintados por una mano especial, una música particular que se toca con el arpa llanera y el joropo, el baile típico. Esa zona también me fascina.
Otro de los lugares que más me gusta de Colombia es, sin duda, Palomino. Una zona muy especial, al norte del país, entre la ciudad caribeña de Santa Marta y los paisajes desérticos de Guajira. Por un lado, están las playas y por otro queda la Sierra Nevada de Santa Marta, a la que se puede subir para visitar la Ciudad Perdida, un antiguo poblado indígena tayrona que descubrieron hace relativamente muy poco tiempo. Solo se puede llegar allá caminando durante cuatro días y subiendo unas montañas tremendas. Es una zona con una vegetación increíble, parece Avatar por su frondosidad, justo al lado del mar, donde se unen todos esos ríos que bajan de la sierra helados.
Y después del éxito de la serie en España, ahora la sorpresa de tu participación en MasterChef Celebrity. ¿Cómo ha sido la experiencia?
Esta invitación a MasterChef, la verdad, es un gran regalo para mí. Me siento feliz. También es un súper reto, porque me exige aprender a cocinar, que no era mi fuerte, pero como me gustan los retos, hacer las cosas bien y aprender, siento que es como prepararme un personaje y este que voy a hacer es el de una gran chef.
Has podido viajar por nuestro país y conocer nuestra gastronomía, ¿qué es lo que más te ha gustado y con lo que más has disfrutado?
Esta aventura me ha dado la posibilidad de conocer un país que quiero tanto y que está lleno de cosas por descubrir, ¡me queda tanto! Es maravilloso. Por eso estoy de feliz de estar aquí. Amo la música de España, me fascina ese toque flamenco, gitano. Gastronómicamente también es un país muy fuerte, con unos sabores que cambian mucho de una región a otra. Amo Madrid, creo que es la ciudad que más me gusta. Cádiz me ha parecido espectacular, Sevilla, San Sebastián, Ibiza, Formentera… No he conocido nada que no me guste. Me falta mucho por ver y volver a sitios que me han gustado.
Por tu profesión viajas constantemente, pero, en tu vida privada, ¿te defines como una persona muy viajera?
Soy una viajera empedernida, tengo un alma muy gitana. Siempre tengo una maleta lista y un pie fuera de la casa para arrancar a dónde sea. He viajado mucho en mi juventud y antes de casarme y tener hijos, pero ahora siempre estoy moviéndose con mi familia. Creo que uno aprende muchísimo de sí mismo cuando sale de su zona de confort y de ese entorno en el que todo te es familiar y donde todos te conocen. Te descubres a ti mismo en lugares distintos donde nada te define, de manera mucho más libre y realmente descubres quién eres tú, que te gusta que no te gusta y por qué y te permites cosas que en tu lugar no te permites. Amo viajar también porque cada vez que sales fuera viajas hacia adentro.
¿Qué es lo primero que haces cuando llegas a un destino en el que vas a estar unas semanas?
El viaje ideal siempre tienes una mezcla de placer, ocio y cultura. Es decir que si voy a un sitio donde haya playa, por ejemplo, no solo trato de pasar unos días ahí sin hacer nada, también conozco museos, iglesias…, porque el viaje requiere de ese gramo extra de esfuerzo que no solamente es ir a tumbarte en una hamaca y descansar.
¿Cómo te inspiras para viajar?
Me inspiro en los múltiples mapas que tengo en mi casa. Me fascinan, siempre me han gustado. Veo donde estoy, donde vivo, lo grande que es el mundo y pienso que hay que ir a por él y recorrerlo. Soy muy trotamundos, por eso no se puede perder de vista que estamos en un lugar ínfimo y que no podemos centrarnos solo en este mundo minúsculo porque dejamos de vivir muchas cosas. Ver un mapa siempre me hace pensar que hay tanto por ver y descubrir.
¿Cuál ha sido tu último gran viaje?
El de mi luna de miel y nos fuimos al sudeste asiático: Tailandia, Vietnam, Camboya y Myanmar. Fue de verdad un gran viaje. Amo a Asia, esa parte cultural que comentaba antes, tan linda y tan ajena para nosotros los occidentales. Me encanta aprender, es otra de mis grandes pasiones, la verdad. Volvería 500 veces y lo recomiendo a cualquier persona.
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Lo que nunca puede faltar en tu maleta...
Un protector solar. Lo más importante para poder ir a descubrir el mundo es protegerse del sol y también una gorra o un sombrero.
¿El mejor viaje de tu vida?
Creo que el mejor ha sido a Australia. Me fui a vivir allí 6 meses cuando tenía 18 años. Ya había terminado el colegio, había estudiado actuación y me marché para pensar qué iba a hacer con mi vida. Allá decidí que, definitivamente, quería ser actriz. Aquello me sirvió para estar sola conmigo misma, descubrirme. Pasar tiempo con uno es muy importante, más en un lugar donde no conoces a nadie y te toca estar contigo 24 horas al día. Aprendes a saber qué te gusta, qué no, a qué hora te quieres levantar, a dónde quieres ir, qué quieres hacer. Amo Australia con toda mi alma. Y Nueva Zelanda.
Si piensas en naturaleza, te gustaría escaparte a…
… Bali. No lo conozco y me muero de ganas de ir desde hace mucho tiempo por su naturaleza. Entrar en contacto con esta es lo que más me gusta. Lo llamamos desconexión, pero realmente lo que hacemos es conectarnos con lo esencial, con lo que es importante en la vida. Quiero llevar a toda mi familia.
Y si piensas en destino urbano, te gustaría ir a…
Hay muchas ciudades que quiero conocer por primera vez, pero cuando pienso en uno en el que ya he estado siempre se me viene a la cabeza Nueva York. Viví allí 3 años y es el lugar más urbano del mundo y al que uno tiene que volver siempre, porque cambia constantemente. Nueva York es dinámica, ágil, en continuo movimiento y cuando regresas después de un tiempo es una ciudad nueva, con otras esquinas, otros lugares, otra gente... Esto no es más que un reflejo de cómo cambiamos nosotros.
¿Eres más de viaje cultural o gastronómico?
Una mezcla de ambos, porque cultura y gastronomía van de la mano. Ahora que estoy aprendiendo mucho sobre cocina, me doy cuenta de que uno puede aprender historia de un país a través de la gastronomía, porque nos cuenta a qué saben los lugares. Es parte fundamental.
¿Viajas sola alguna vez por placer?
Lo he hecho muchísimo. Viví sola en París cuando tenía 16 años, luego en Australia, en Nueva York y en Los Ángeles, aquí solo una parte, porque ya llegó mi esposo y desde entonces no he vuelto a hacerlo. A veces, la gente me pregunta por qué soy una persona tan segura, creo que eso es algo que he construido, en gran parte, por viajar sola. Entrar en un restaurante lleno de gente, ir al cine o andar sola por la calle es clave para todo el mundo.
El viaje que todavía tienes pendiente es a…
Además de Bali, la India, por supuesto, Oriente Medio, Egipto y algún otro destino de África, porque solo he ido a Marruecos. Hacer un safari, por ejemplo, me parecería alucinante. Son tantos, tantos, que me emociono solo imaginarlos.