Cuentan quienes lo conocen bien que, de no ser rey, a Carlos III le hubiera gustado regentar una granja en la que entregarse a la vida sencilla del campo. El rey de Gran Bretaña ama la naturaleza, como ha dejado ver en numerosas ocasiones. Y hay un lugar al que ha convertido en su paraíso: el Ducado de Cornualles, un extenso territorio que, además de la península del mismo nombre, se extiende también por Devon, Herefordshire, Somerset y Gales, entre otros dominios. Aquí, además de contar con algunas propiedades, emprende a menudo rutas para disfrutar de su belleza.
Al hilo de la coronación del soberano británico y contagiados por su pasión, recorremos los lugares más hermosos de Cornualles, el apéndice que descansa en el extremo suroeste de Inglaterra. Una tierra batida por el viento y las olas. Para muchos esta zona es la más romántica del país.
EL FINISTERRE BRITÁNICO
Cornualles es una costa en la que se suceden playas de arena (nada de guijarros) con olas óptimas para el surf, acantilados vertiginosos con vistas que dejan sin aliento y deliciosos pueblos pesqueros cobijados en profundas bahías. Es el Land’s End o finisterre británico, que tiene el halo de mística que destilan todos los lugares que se conciben como el fin del mundo.
Fowey, el sur rocoso y agreste, puede ser un bonito punto de partida. Este pueblo, muy querido por Carlos III, fue la cuna de Daphne du Maurier, autora de algunos relatos (Rebeca, Los Pájaros…) que sirvieron de inspiración a Alfred Hitchcock. Pronto, a través de un camino sobre precipicios bañados de espuma, se llega a Lizard’s Point, el lugar más meridional de las islas británicas, y después hacia el oeste, aparece el punto más occidental. Aquí todo es principio y fin. Incluido el primer y último pub del reino (así está catalogado) donde refrescarse con una buena pinta.
RINCONES FOTOGÉNICOS
La ruta por lo más bello de Cornualles no puede obviar Penzance, justo antes de llegar al extremo. Esta localidad, al igual que el norte de Francia, tiene su propio Mount Saint Michael en una curiosa islita a la que se llega a pie con la marea baja. Allí, envuelto en la bruma, descansa un instagrameable castillo que atrae desde tiempo inmemorial a viajeros de todo el mundo.
Muy cerca, conviene parar también en el apacible pueblo de Porthcunro. Aquí encontraremos una playa encerrada entre acantilados, en uno de los cuales se asienta otro fotogénico lugar: el teatro Minack, un soberbio escenario de corte griego con el mar como telón de fondo. Considerado uno de los teatros más espectaculares del mundo, su función no es meramente decorativa: desde su construcción en los años 30 del siglo pasado, ha visto desfilar por sus tablas a las más relevantes figuras del mundo del espectáculo.
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ARTE Y LEYENDA
St Ives, en la costa norte, es otros de los pueblos favoritos del nuevo monarca. Y es que, a su perfil encantador, se une un carácter artístico que alimenta también la pasión real por la cultura. En este lugar, la omnipresencia del mar y la luz han sido un imán para los artistas desde que William Turner lo visitara en 1811. Tanto, que incluso existe una sucursal de la Tate Gallery londinense como colofón a un sinfín de galerías y a la agradable estampa de los pintores espontáneos en plena calle.
Pero no olvidemos que Cornualles fue también el último bastión celta, lo cual le otorga un halo de leyenda. Como la que dice que este abrupto litoral vio nacer y morir a otro rey barnizado de una carga mística: el famoso rey Arturo.
EN BUSCA DEL MITO
Muchos son los que llegan hasta aquí atraídos por esta figura legendaria cuyas primeras referencias se encuentran en la literatura galesa. El rey Arturo es una figura elevada a la categoría de héroe. Con sus símbolos inolvidables (el mago Merlín, la poderosa espada Excalibur, su amada Ginebra, su reino Camelot y su emblemática mesa redonda) ha alimentado novelas y películas, siempre en clave de misterio. Hasta el punto de no saberse si existió alguna vez o si sólo es fruto de la fantasía.
Realidad o imaginación, lo cierto es que en Cornualles puede seguirse su pista. Especialmente en un punto: las ruinas de lo que fuera un castillo ubicado en los acantilados de Tintagel, donde cuentan que vino al mundo. Esta fortaleza, oculta en un paraje inhóspito esculpido por las olas y los vientos, irradia una magia especial. Es el lugar al que deben ir quienes peregrinen en busca de esta historia.
OTRAS VISITAS INTERESANTES
La playa de Newquay, toda una meca para los surferos, y el pueblo marinero de Padstow, una delicia de belleza intacta, son otros lugares ineludibles en una ruta por Cornualles. Como también lo son las futuristas y gigantescas cúpulas de Eden Project, el invernadero más grande del mundo, bautizado por muchos como 'la octava maravilla'. Más de un millón de especies vegetales fuera de su ecosistema natural que conforman un paisaje único.
Y para quienes gocen de tiempo, una excursión estupenda es la que conduce a las Islas de Scilly, a 45 kilómetros de distancia. Un archipiélago de 140 islotes rocosos donde el clima es aún más benigno, el ritmo de vida más lento y la belleza mayor: aguas turquesas, plantas subtropicales y aldeas sin coches. St Mary y Tresco son las islas más famosas (y de las pocas habitadas), aunque otras menores también merecen una visita. Para llegar, sólo hay que tomar un barquito desde Penzance y aventurarse en una bella travesía de menos de una hora de duración.
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MUY PRÁCTICO
El aeropuerto internacional más cercano es el de Bristol y también se puede volar vía Londres con compañías como Iberia con conexión desde numerosas ciudades españolas. El condado también cuenta con aeropuerto, el Cornwall Airport Newquay, que recibe vuelos desde el resto de Gran Bretaña. Si se opta por llegar desde Londres luego se puede acceder al condado en tren, en un bello trayecto entre las estaciones de Paddington y Newquay.
La mejor manera de organizar un viaje a medida es hacerlo a través de una agencia especializada como noland.travel, donde contar con el asesoramiento de expertos que diseñarán la ruta en función de nuestras necesidades.
Más información sobre el condado: visitbritain.com
¿Cuándo ir?
La primavera es una época perfecta para recorrer sus paisajes teñidos de verde; el verano es el mejor momento para disfrutar de las playas, pero también habrá que contar con mayor afluencia de visitantes.
¿Dónde dormir?
Los cottages de The Duchy of Cornwall son la mejor opción para descubrir los proyectos y puntos de interés turísticos ligados al ducado de Cornualles.
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