Carnavales del mundo que son Patrimonio de la Humanidad (y uno candidato de España)

Una vez en la vida habría que viajar a Venecia en Carnaval y participar en la gran fiesta de las máscaras de época. Y otra a Río de Janeiro para vivir en primera persona el multitudinario desfile del Sambódromo. Son dos de los carnavales más famosos y con más tradición del mundo, pero hay muchos otros igualmente únicos, y la Unesco los ha incluido en su lista del Patrimonio Inmaterial. ¿Quieres saber cuáles son?

CARNAVAL DE BINCHE, BÉLGICA 

El Carnaval más famoso de toda Bélgica es el de esta histórica y legendaria ciudad amurallada a 60 kilómetros de Bruselas, que tiene como principales personajes protagonistas a los Gilles, unos singulares personajes vestidos con un traje con los colores de la bandera nacional, un impresionante sombrero con plumas de avestruz y un cinturón con siete campanillas y un cascabel que encabezan una curiosa batalla de naranjas. La tradición se remonta al siglo XVI, cuando María de Hungría celebró en la ciudad banquetes, fiestas y fuegos artificiales para conmemorar la visita de su hermano Carlos V junto a su hijo Felipe II. 

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CARNAVAL DE BASILEA, SUIZA 

Con el toque de diana o Morgenstreich arranca el Carnaval con más fama de Suiza, además de uno de los más antiguos, aunque no se conozca su origen. Lo singular de él es que no empieza ni acaba de día, sino de noche, y también esa combinación única de caos anárquico y gran evento. Entre los momentos que no hay que perderse: el Cortège, el encendido de cientos de faroles pintados a mano o el Guggenmusiken. Los animados protagonistas son las cliquen (agrupaciones musicales), las guggenmusiken (bandas de viento), las artísticas wagencliquen (comparsas), que representan y satirizan temas de actualidad y reparten flores y golosinas desde las carrozas, y los también satíricos schnitzelbänkler.  

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CARNAVAL DE BARRANQUILLA, COLOMBIA 

Dicen de él que son mil obras de teatro en un solo escenario. La Reina, el Rey Momo, las Marimondas, las Gigantonas, los enanos cabezones, María Moñitos y el Hombre Caimán dan color a esta milenaria y espectacular fiesta de raíces africanas, indígenas y europeas, la más importante de Colombia, distinguida por la Unesco como Patrimonio Intangible de la Humanidad. Aquí las festividades católicas traídas por los españoles del Viejo Mundo se combinan con ceremonias aborígenes para transformarse en una espectacular fiesta popular que tiene dos actos representativos: la Batalla de Flores y la Gran Parada. 

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BUSOS DE MOHÁCS, HUNGRÍA 

El final del invierno se celebra en la ciudad de Mohács, al sur de Hungría, con esta fiesta en la que cada año, siete semanas antes de Semana Santa, cobran protagonismo los busós, unos personajes ataviados con máscaras típicas de madera y grandes mantos de lana. Durante estos días se celebran concursos de disfraces, exposición de obras de talladores artesanales, desfiles de coches de caballos engalanados, el desembarco de centenares de busós en las orillas del Danubio o la quema de un ataúd que representa el invierno que termina en la plaza mayor. En sus inicios, el carnaval era una fiesta tradicional de la minoría croata de la ciudad, pero hoy se ha convertido en un emblema de Mohács y en una conmemoración de los grandes acontecimientos de su pasado.  

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CARNAVAL NORMANDO DE GRANVILLE, FRANCIA

Desfile de carros satíricos, fanfarrias, baile, batalla de confeti… La locura se desata en esta localidad corsaria del Oeste de Francia por Carnaval, una fiesta que desde 2016 la Unesco ha reconocido como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad. Cuenta la traidición que fueron los marineros los que la crearon, como un momento de diversión antes de desafiar a las tempestades. Y tiene como protagonista al Hombre Carnaval, juzgado y condenado a acabar en la hoguera.

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CARNAVAL DE ORURO, BOLIVIA 

Seis días. Es el tiempo que dura el carnaval de esta ciudad considerada la capital folclórica de Bolivia, toda una muestra de artes populares en forma de máscaras, tejidos y bordados. El principal acontecimiento es la procesión (entrada), en la que 28.000 bailarines, distribuidos por especialidades de danzas, y 10.000 músicos recorren sin interrupción, durante 20 horas, los 4 kilómetros de camino que hay hasta el santuario del Socavón, a cuya Virgen llaman cariñosamente mamita Candelaria. En esta tradición conviven en una simbiosis la religión pagana y católica. 

CARNAVAL DE IMST, AUSTRIA 

Cada cuatro años, el domingo que precede a la Cuaresma, esta localidad austriaca celebra esta tradición festiva que tiene su momento principal durante el Schemenlaufen, en el que desfilan unos singulares personajes disfrazados con trajes de cascabeles y esquilones que alcanzan hasta 35 kilogramos de peso. Los acompañan deshollinadores enmascarados y brujas. Otros aplauden, les arrojan agua o los embadurnan de polvos perfumados. Todos los vecinos se implican en esta fiesta, encargándose del trabajo artesanal de los disfraces que se transmite en el seno de las familias o se aprende en talleres. 

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CARNAVAL DE RECIFE, BRASIL 

Más allá de Río de Janeiro o de Salvador de Bahía, el Carnaval se vive en Brasil de un modo muy especial también en Recife, que, como los otros, es una colorida muestra de exaltación de las tradicionales africanas. La diversión llena sus calles durante 3 días y convoca a miles de personas que vibran al son de la música típica: el frevo. Su ritmo rápido, frenético y potente, que ejecutan bandas de música militares y charangas, se basa en la fusión de géneros: la marcha, el tango brasileño, la contradanza, la polka y piezas de música clásica. 

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CARNAVAL DE PODENCE, PORTUGAL 

Los Caretos son diabólicos y deambulan por las calles vestidos con trajes de flecos de colores, máscaras de nariz puntiaguda de estaño o cuero y cencerros en la cintura, haciendo ruido y perturbando la tranquilidad de Podence. Estos «diablos» que representan los excesos, la euforia y la alegría son los misteriosos protagonistas del ancestral carnaval de esta aldea que, desde hace siglos, es uno de los más importantes del norte de Portugal. Las bodas fingidas, los desfiles y la ceremonia de la Queima do Entrudo no faltan en la fiesta.

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CARNAVAL DE CÁDIZ 

El ingenio y la gracia de los gaditanos se disfruta especialmente por Carnaval, cuando la ciudad se entrega de lleno a esta fiesta que se ha convertido en su principal seña de identidad cultural, además de ser candidata a convertirse en Patrimonio Inmaterial de la Humanidad. De momento, está declarado de interés turístico internacional, el club en el que acaba de entrar este año el de Las Palmas de Gran Canaria. Cabalgatas, tablaos, degustaciones gastronómicas, fuegos artificiales y el famoso concurso de agrupaciones –chirigotas, comparsas, coros y cuartetos– que compiten con su gracia y salero se suceden durante estos días e inundan las calles de alegría y buen humor.

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