En su viaje al Polo Norte, nada más estrenar el año, Íñigo Onieva, pareja de Tamara Falcó, se ha vuelto a declarar para sellar su historia de amor que culminará en boda el próximo 17 de junio. Con la ilusión del futuro acontecimiento, los novios han vuelto a subirse un avión la pasada semana para disfrutar de una escapada lejos de España, en esta ocasión a Praga, en la que han visitado los lugares más turísticos y románticos de la ciudad y también han asistido a una espectacular fiesta temática inspirada en los felices años 20. El lugar elegido para alojarse ha sido The Julius (thejulius.eu), un cinco estrellas de lujo que ocupa un edificio neorrenacentista en pleno centro, a pocos pasos de la Ciudad Vieja.
Desde hace más de 160 años, el nombre de Julius Meinl ha sido sinónimo de delicadeza, tradición y calidad. Fue en julio de 2022 cuando esta familia amiga de Tamara Falcó sumó a su legado el sensacional hotel en el que la pareja ha pasado un «maravilloso fin de semana» alojados en uno de sus 168 apartamentos. En torno a un luminoso patio central y dotados de todas las comodidades y la última tecnología, cada uno de ellos cuenta con una sala de estar individual, suelos de madera de roble, baños modernos, cómodas camas, sábanas de algodón, algunas con terraza asomada al jardín y la mayoría con una cocina de planta abierta donde uno se siente como en casa.
Los colores cálidos protagonizan la decoración de los apartamentos del hotel The Julius, pero también de sus zonas comunes, con un mobiliario inspirado en las obras del famoso artista checo Alphonse Mucha. Para momentos relajados está el bistró y bar The Emporium, un espacio para el almuerzo, la cena o cualquier hora del día de atmósfera tranquila con una decoración que combina elementos metálicos con modernos azulejos y coloridos asientos.
Una vez alojados nos vamos a descubrir un montón de rincones, más o menos escondidos, en la ciudad.
PUENTE CARLOS
En estas fechas en Praga la nieve puede sorprendernos en cualquier momento y añadir aún más magia al paseo, como le ocurrió a Tamara Falcó cruzando el puente más antiguo, famoso y fotografiado de la ciudad. Una gran obra de principios del siglo XV que salva las aguas del río Moldava y conecta las callecitas del área barroca de Malá Strana con la Ciudad Vieja. Testigo silencioso desde tiempos medievales, lo decoran 30 estatuas de estilo barroco, y por él hay que pasar para ver su trasiego de día y también de noche.
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El BARRIO DEL NUEVO MUNDO
Se mire como se mire, Praga es un escenario de lo más romántico, desde la Ciudad Vieja (Staré Mesto) a la Ciudad Pequeña (Malá Strana). Pero también está llena de rincones secretos a los que se puede llegar caminando, como el barrio del Nuevo Mundo (Nový Svět), a solo unos minutos del Castillo. Un laberinto de encantadoras callejuelas de piedra y pequeñas viviendas de la Edad Media que todavía conservan su nombre original relacionado con el oro y han logrado conservar su carácter desde hace varios siglos.
LA ISLA DE KAMPA
A pocos metros del Puente de Carlos, en el distrito de Malá Strana, la isla de Kampa es un sitio especial para las parejas. Un pequeño oasis enmarcado por un canal bordeado de antiguos molinos de viento en el que perderse unas horas paseando por sus jardines de corte inglés, visitando el molino del Gran Prior, descubriendo la Vinarna Certovka –la calle más estrecha del mundo–, sacando una entrada para el museo de Kafka y cruzando su famoso puente del Amor en el que las parejas cuelgan un candado.
UNA CENA PARA SENTIRSE COMO REYES
Siguiendo el plan romántico de Tamara e Íñigo hay que reservar para comer en U Modré kachničky (umodrekachnicky.cz), uno de los restaurantes más reconocidos de Praga por su ubicación en una casa barroca del casco antiguo con el símbolo del pato azul, su decoración –frescos en las paredes, muebles vintage, tapicerías estampadas– y un menú degustación con ingredientes de primera. Incluye entre sus platos paté de venado con arándanos, foie gras de pato a la parrilla, pato asado, sorbete de fresas silvestres, solomillo de cerdo con salsa de pimiento verde y tarta de chocolate. Se degusta por 58 € (más unos 30 € de maridaje).
CRUCERO EN BARCO DE ÉPOCA
Praga se disfruta a pie, pero hay muchas otras formas de conocer su belleza irrepetible desde nuevas perspectivas y todas inolvidables, ya sea tomando altura y subiendo a sus torres ¡tiene más de 120 en el centro!, en el histórico tranvía 41 que recorre el casco histórico o navegando en un barco de época por las aguas del río Moldava. A bordo del Prague Venice (prazskebenatky.shop/es), el castillo de Praga o el Puente de Carlos se ven con otros ojos.
MÚSICA EN LA SINAGOGA ESPAÑOLA
Josefov es el antiguo barrio judío de Praga y se localiza junto a la Ciudad Vieja y el río Moldava. Por él hay que pasar para visitar su cementerio –uno de los más interesantes de Europa, en el que descansan célebres personajes checos, como Kafka– y sus 6 sinagogas, que descubren buena parte de la historia de esta comunidad, cuya presencia se remonta al siglo X y se mantuvo hasta el siglo XIX. En la más antigua, la Sinagoga Española, un magnífico edificio neomorisco con bellísimas vidrieras que son una reminiscencia de la Alhambra se puede asistir a espectáculos músicales (classictic.com/es/praga/sinagoga-española/18)
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SPA DE CERVEZA
La saborean y disfrutan en las largas mesas de sus bares y restaurantes, en sus jardines al aire libre, junto a platos tradicionales checos y ¡hasta en el spa! Los habitantes de Praga son los que más cerveza consumen del mundo y esta afición llega hasta el Spa Beerland, el primer balneario de cerveza. Su original tratamiento, que se puede recibir en pareja, está basado en los productos naturales y curativos de esta bebida e incluye desde relajarse en tinas de roble de 1000 litros a descansar en una auténtica cama de paja de trigo (100 €/pareja).
UNA CENA EN EL CAFÉ ART NOUVEAU
El lugar donde tuvo lugar la fiesta temática a la que acudieron Tamara e Íñigo no es otro que el restaurante Café Art Nouveau, en el precioso edificio de este estilo de la Casa Municipal, pero para una cena romántica también está Villa Richter (villarichter.cz/en/gastronomy), un precioso restaurante en una especie de invernadero con una excelente comida y buenas vistas, como también las de Aureole (aureole.cz), en el piso 27 de un rascacielos del barrio de Pankrác, al sur de la capital checa.
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DORMIR EN LA SUITE DE MOZART
The Julius tiene el encanto de la modernidad, pero si se busca un lugar con historia para dormir, entonces hay que reservar una de las habitaciones del hotel Pachtuv Palace, la ostentosa mansión en la que estuvo «preso» el mismísimo Wolfgang Amadeus Mozart. Solo fueron unas horas, para cumplir su promesa de componer varias pequeñas obras para una orquesta, pero su recuerdo sigue presente en la misma suite, bautizada con su nombre. A solo unos pasos del Puente de Carlos, en él también descansaron Beethoven, Wagner o el singular Giacomo Casanova.