Hay un París que se aleja de las mansiones señoriales y los palacios armoniosos para mostrar otro rostro innovador y futurista. Un París que deja a un lado la bohemia para dibujar un bosque de acero, vidrio y hormigón por el que se cuelan destellos de arte y, ¿por qué no?, ráfagas de otro romanticismo, más moderno y contemporáneo.
Ese París diferente es el que se esconde en La Défense, donde el skyline se asemeja a una Manhattan en miniatura. Muchos no lo saben, pero la ciudad de la luz cuenta con uno de los distritos financieros más grandes y activos de Europa, tan solo comparable a la City de Londres. Más allá de la Torre Eiffel o el Sacre Coeur de Montmartre, hay un barrio que se dibuja con un conglomerado de rascacielos.
La torre Eiffel,un icono de altura que nació para ser efímero
MUCHO MÁS QUE CORBATAS
Emplazado al oeste de la ciudad, a tan solo cinco paradas de metro del concurrido cogollo, La Défense viene a ser la prolongación del eje histórico que comienza en el Louvre y prosigue por la plaza de la Concordia, la avenida de los Campos Elíseos y el Arco de Triunfo. Y es precisamente otro arco, pero en versión posmoderna, el que se erige en su símbolo: el Gran Arco de la Fraternidad, diseñado por el arquitecto danés Johan Otto Von Spreckelsen. Una extraordinaria estructura cúbica ahuecada en el centro y revestida de mármol y vidrio, que es, para los expertos, una obra maestra arquitectónica.
Más allá de este monumento (al que se puede subir para contemplar París desde las alturas) y de la iglesia de Notre-Dame de Pentecôte, también de corte contemporáneo, es el arte lo que define a este barrio financiero. Especialmente en lo que llaman L'esplanade, que no solo acoge un festival de jazz y otros eventos culturales, sino que es también todo un museo a cielo abierto. Nada menos que 60 esculturas vanguardistas salpican este gran espacio, algunas tan llamativas como como la Araña Roja de Calder, el Pulgar de César Baldaccini o los Dos Personajes Fantásticos de Joan Miró (en la imagen).
Pero, más que por esta apuesta cultural y por su cercanía al centro histórico, es por su animada oferta gastronómica y de ocio por lo se ha convertido en el barrio de moda. ¿Acaso puede haber diversión en la seriedad de un distrito atestado de ejecutivos con corbata? La respuesta es sí, a juzgar por lo que ocurre en este rincón donde se concentran las principales empresas de Francia. Toda una efervescencia que atrae a los parisinos (y, por extensión, a los turistas) dispuestos a descubrir un nuevo soplo urbano.
UN EXCÉNTRICO PUNTO DE ENCUENTRO
Así es, efectivamente, el lugar que ha revolucionado esta parte de la ciudad. Se llama Mama Shelter La Defense (mamashelter.com/paris-la-defense) y es un hotel-restaurante-rooftop que desafía todos los códigos y da una vuelta de tuerca (o varias) al concepto de alojamiento. En él no solo prima la extravagancia y los diseños fuera de lo común, sino también los precios competitivos, la gastronomía de calidad y los eventos divertidos que se organizan constantemente.
Para ello está el restaurante panorámico de su planta 14, con su fabulosa azotea. Un local, decorado con coloridas paredes y un piano de cola retroiluminado, que es testigo de alocadas noches de bailoteo…, hasta que el cuerpo aguante. Con él con y el diner de la primera planta, donde también hay un bar deportivo, este hotel ha revitalizado el barrio, como también lo han hecho establecimientos de la misma marca en ciudades tan variopintas como Londres, Praga, Roma, Lisboa, Los Ángeles o Río de Janeiro.
ALTERNE Y COMPRAS
A pocos pasos, Saperlipopette (saperlipopette1.fr) presume de ser el bistró más chic del barrio. Y no solo por su soleada terraza, abierta durante todo el año, sino también por su carta comandada por Norbert Tarayre que, además de chef, es un famoso actor y humorista francés.
Para empaparse del ambiente ejecutivo está Octopus (octopusparis.fr), en L'esplanade, con vistas a los rascacielos.
París en clave low-cost: la vie en rose en versión asequible
Y para una velada inolvidable no hay que perderse Eugene Eugene Restaurant (eugene-eugene.fr), en una especie de casa de campo con un maravilloso jardín.
Los amantes de las compras también tienen mucho que hacer en La Défense. Porque además del mall Quatre Temps que, en el momento de su construcción, allá por los años 80, ostentó el título del mayor centro comercial de Europa, también aquí encontramos la Fundación Luis Vuitton (fondationlouisvuitton.fr), que más allá de su nombre, es un interesante museo de arte contemporáneo instalado en otro de los edificios icónicos de La Défense, diseñado nada menos que por Frank Gehry.