RIAD
El aterrizaje de Cristiano Ronaldo, junto a Georgina Rodríguez y sus cinco hijos en Arabia Saudí no podía ser otro que Riad, su capital. A la espera de fijar su residencia en una lujosa mansión del mejor barrio de la ciudad, la familia de momento ya se aloja en uno de los hoteles más exclusivos, el Four Seasons, que ocupa la icónica Tower Kingdom (en la imagen). A su disposición 17 amplias y luminosas suites situadas entre las plantas 48 y 50 de diseño vanguardista que constan de un dormitorio, sala de estar, oficina privada y sala multimedia. Y los servicios de un lujoso alojamiento que cuenta con spa, gimnasio, pista de tenis, restaurantes y un mirador con vistas privilegiadas a la ciudad.
Riad es una metrópolis moderna en la que conviven rascacielos de cristal con evocadores zocos, mezquitas y galerías de arte. La fascinante historia de Arabia se descubre en la ciudadela de adobe de Al Masmar, en el palacio Murababa y en el Museo Nacional. El puente colgante Sky Bridge es una muestra de los nuevos aires de esta bulliciosa ciudad que es también la de las compras, el entretenimiento y los negocios.
HEGRA, «LA SEGUNDA PETRA»
Las rutas de la Seda y del Incienso confluían en este importante eje comercial y cultural a 200 kilómetros del Mar Rojo que unía La Meca con los países del Mediterráneo. En torno a un oasis y protegida por montañas de arenisca, la ubicación de Al-Ula permitió el desarrollo de sucesivas civilizaciones, entre ellas las de los nabateos, cuyo rastro se localiza en Mada'in Saleh –la antigua ciudad de Hegra o Al-Hijr–. «La segunda Petra», famosa por sus tumbas esculpidas en las formaciones rocosas, es el primer sitio de Arabia Saudí designado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco. Otros lugares memorables de Al-Ula son las calles laberínticas de su casco antiguo las tumbas de Dedan, los extraordinarios petroglifos de la «biblioteca abierta» de Jabal Ikmah y el auditorio Maraya Concert Hall, el edificio de espejos más grande del mundo.
YEDA
Jeddah o Yeda, la segunda ciudad más grande de Arabia tiene la fuente más alta del mundo, lleva el nombre del Rey Fahd y se alza a 312 metros de altura en medio del Mar Rojo. Contemplarla iluminada al atardecer desde la amplia Corniche es un momento para no olvidar en este lugar que es un moderno centro de comercio y punto de partida para peregrinar a las ciudades santas de La Meca y Medina. El Acuario Fakieh es el mejor lugar para conocer las criaturas que pueblan el arrecife de coral de Yeda.
AL AHSA
Entre Riad y Damman, en el este de Arabia Saudí, la excursión a Al Ahsa transporta a un verde paisaje muy alejado de las dunas de arena y las áridas llanuras del desierto. Aquí está el oasis más grande del mundo, en la lista del Patrimonio Mundial de la Unesco, con manantiales naturales rodeados de palmeras datileras y sitios arqueológicos con vestigios que datan del Neolítico. Antiguamente era un paso crucial de mercaderes y caravanas en las rutas comerciales de la región y puerta de entrada para los primeros peregrinos que cruzaban la península arábiga. Entre los lugares que ver en este paisaje geocultural único especial en el corazón de los saudís están el palacio de Ibrahim de Al Hofuf, la mezquita Jawatha, el lago Asfar y las cuevas de la montaña Al Qarah (en la imagen).
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DIRIYAH
El lugar de nacimiento del primer reino saudí es un lugar para hacer un viaje en el tiempo remontándose miles de años atrás que ha merecido un sitio en la lista de la Unesco. En la orilla del Wadi Hanifah, explorar su impresionante arquitectura de adobe, visitar el palacio de Salwa, en el distrito Al-Turaif, las mezquitas de Mohammad bin Saud, en Bujairi, y Al Sariha, y el Diriyah histórico, un armonioso conjunto de barrios antiguos, dará una visión de conjunto de esta ciudad conocida como «la perla de Arabia Saudí» en la periferia de Riad.
HA’IL
Estar en la ruta de las caravanas de camellos hacia La Meca ha traído riqueza a esta ciudad-oasis al noroeste de Arabia Saudita y a los pies de la cordillera de Shammar, que hoy vive de su producción de frutas, dátiles y cereales. La que fuera capital del desierto árabe atrae ahora por sus eventos internacionales, entre los que se cuentan festivales de cultura local y rallys, su trío de castillos –como la fortaleza de A’arif, encaramada en un pico–, sus zocos y el desierto de An-Nafud. Desde Hail se puede ir en busca de la ciudad de Jubbah, rodeada por montes de areniscas donde se ven petroglifos milenarios declarados Patrimonio de la Humanidad.
TABUK
Hay fortalezas espectaculares por toda la región de Tabuk, al noroeste de Arabia, pero el que ocupa el centro de la ciudad es quizá la más antigua, pues dicen que se levanta 3500 años a. C. Su rica cultura salta a la vista en el zoco Tawaheen, en su gastronomía, en las fachadas y tumbas talladas en la roca de Maghaer Shuaib y en los escenarios que recuerdan la historia de Moisés, que vivió al este de la ciudad durante diez años.
Las localidades costeras de Tabuk, como Haql y Sharma, marcan el inicio de la costa saudí y el valle de Al Disah (en la imagen) recuerda al Gran Cañón y al Monument Valley de Norteamérica.
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HISMA
Al norte de Tabuk se descubre este espectacular desierto de icónicas formaciones de arenisca gigantes similares a las del Wadi Rum jordano, aunque menos conocido, que se extiende a lo largo de cientos de kilómetros en la frontera entre ambos países. La parte principal de Jibal Hisma se encuentra entre la llanura que rodea la ciudad de Tabuk y el majestuoso Jebel AL-Lawz, una de las montañas más altas de Arabia y el lugar que se cree fue el monte bíblico donde Moisés recibió las Tablas de la Ley.
ISLA SHURAYRAH
Tiene forma de delfín, está en el mar Rojo y alberga una de las barreras de arrecife de coral más grandes del mundo. Shurayrah es también la isla central del mega proyecto más ambicioso de Arabia Saudí, que no verá su fin hasta al menos 2030 y se está desarrollando en otra veintena de islotes de este paradisíaco archipiélago. En ellas, arquitectos liderados por Norman Foster ya han comenzado a levantar lujosos complejos de hoteles y villas de arquitectura innovadora, construidos con materiales sostenibles e integrados en el paisaje que además de atraer clientes contribuyan a ese nuevo tipo de turismo futuro conocido como regenerativo.