BLED, ESLOVENIA
Eslovenia sigue siendo una desconocida, pero para descubrirla hay que empezar por un lugar: Bled, su lago glaciar a la sombra de los Alpes Julianos y su pequeña isla en medio de él, a la que se llega en una de las embarcaciones de remo tradicional conocidas como pletnas, aunque en invierno, cuando el lago se congela, es posible ir andando. Una vez allí, 99 escalones de piedra ascienden hasta la iglesia de la Asunción de la Virgen, que corona el islote.
FREUDENBERG, ALEMANIA
Las casas con entramado de madera y tejados puntiagudos son, sin duda, la seña de identidad de más de un centenar de pueblos de Alemania. Uno de los mejores ejemplos de esta arquitectura tradicional es Freudenberg, una ciudad mágica situada al sur de Westfalia e incluida en la Ruta de los Orange que resulta de lo más fotogénica en esta época. Pasear por su casco histórico es sumergirte en un cuento y, también, la mejor forma de empaparse de su esencia.
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BATH, INGLATERRA
Situada en el sudoeste de Inglaterra, a 156 kilómetros de Londres, Bath es una ciudad conocida por sus termas naturales y su arquitectura georgiana del siglo XVIII. Con más de cinco mil edificios protegidos, este enclave Patrimonio de la Humanidad es un destino perfecto para ir en invierno y relajarte, porque en su mismo centro estás sus afamadas termas, en las que podrás visitar el templo romano, la casa de baños y un museo, pero no bañarte. Para probar los múltiples y conocidos beneficios de sus aguas podrás acudir, por ejemplo, a Thermae Bath Spa (thermaebathspa.com), un centro de pura relajación ubicado en las inmediaciones del templo.
ZERMATT, SUIZA
Paraíso de los amantes del esquí, la gastronomía, el lujo y la tranquilidad, Zermatt es el lugar perfecto para una escapada de invierno y nieve, mucha nieve. En este refugio suizo a los pies del Matterhorn no encontrarás coches, pues están prohibidos, pero sí numerosas opciones para disfrutar de tu tiempo libre como hacer una excursión en trineo de perros, además de descender por sus 360 kilómetros esquiables.
BUDAPEST, HUNGRÍA
La capital de Hungría, aunque muy fría en esta estación, tiene su punto en invierno. Y es que además de visitar sus monumentos, como el castillo de Buda, el Puente de las Cadenas o la Ópera, puedes disfrutar de sus balnearios, como el Széchenyi, uno de los más fascinantes del mundo, y de una de las pistas de hielo al aire libre más grande y antigua de Europa, el lago artificial situado en el parque municipal de Budapest.
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LAPONIA, FINLANDIA
La cara más auténtica de la Laponia finlandesa la ofrece el invierno, con sus bosques forrados de blanco que se recorren a lomos de una moto de nieve. Y se hará en circunstancias excepcionales: bajo la noche polar o kaamos, el fenómeno opuesto al sol de medianoche , que hace que en estas latitudes en pleno Círculo Polar Ártico apenas se goce de un par de horas de sol al día. Junto a las motos de nieve y si hay suerte, podemos vivir otra experiencia increíble: contemplar auroras boreales. Toparse con estas cortinas de luz bailando requiere de paciencia y una buena dosis de suerte, pero esta es la época perfecta, y de conseguirlo, el viaje será redondo. Esquí de fondo, paseos con trineo… y luego, nos acurrucamos en una cabaña de madera junto a la chimenea ¿qué más se puede pedir?
REYKIAVIK, ISLANDIA
Al país de hielo y fuego hay que viajar alguna vez en la vida para disfrutar de su increíble naturaleza. También en invierno, porque ofrece una cara diferente y muchas oportunidades de hacer experiencias únicas. Una de ellas será bañarse en el insólito spa conocido como La Laguna Azul, cercado por paisajes lunares de campos de lava con los vapores que provoca la diferencia de temperatura entre el agua y su entorno. En la Península de Reykjanes, a 50 kilómetros –1 hora en coche– de Reykiavik este balneario geotermal es un reclamo en los gélidos inviernos, con una temperatura constante de cerca de 40º C. Otras experiencias maravillosas que puedes hacer en invierno son adentrarte en el glaciar Langjökull, el segundo mayor del país, a contemplar las auroras boreales.
VENECIA Y SU CARNAVAL
Poco le queda ya al carnaval de Venecia, que este 2023 se celebra entre el 4 de febrero y el 21 del mismo mes. Entre los carnavales más famosos del mundo, Venecia es un destino para viajar, en invierno, al menos una vez en la vida. El inicio oficial, que se celebra con la Fiesta Veneciana del Agua, el sábado 4, dará el pistoletazo de salida con un desfile de carrozas en barcas y góndolas por el canal de Cannaregio.
NAARDEN, HOLANDA
Existe vida en Holanda más allá de Ámsterdam, ¡prometido! Naarden tiene una de las fortificaciones mejor conservadas de Europa y es una escapada imprescindible de un día para los que visiten la capital de los Países Bajos. Pasear por su centro histórico, visitar el Museo de la Fortificación –ubicado en uno de los bastiones de este baluarte con forma de estrella– o descubrir la iglesia gótica de San Vito son algunas de las propuestas de esta encantadora ciudad, que lo es aún más bajo un manto de nieve.
TROMSO, NORUEGA
Situado a 350 kilómetros al norte del Círculo Polar Ártico, Tromso es una ciudad perfecta para ver auroras boreales, para practicar diferentes actividades al aire libre –como senderismo, pesca o paseos en trineos–, degustar una exquisita gastronomía local o disfrutar de su animada vida nocturna. Admirar sus increíbles paisajes, recorrer su puerto con casas coloridas o visitar la catedral Ártica son algunas de los imprescindibles en una visita a la «Puerta del Ártico».
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