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¿Cuántas campanadas se dan en Japón? La Navidad no está marcada en el calendario nipón, sin embargo, durante la Nochevieja y el Año Nuevo, además de que el consumismo aumenta considerablemente y los comercios se llenan, se celebran numerosos rituales y se da la bienvenida al año con el sonido de 108 campanadas en todos los templos del país. Son el punto y final a los festivales que tienen lugar durante el mes de diciembre y que llenan de luz ciudades como Sapporo (en la imagen), Hakodate o Karuizawa.
Los días previos, los nipones cumplen con una serie de costumbres y ritos, como el osoji, una especie de limpieza general que se hace en casa, pero también en templos y santuarios para recibir a los dioses en el nuevo año como se merecen.
Otra tradición es la cena de Nochevieja, en la que se comen fideos toshi koshi soba, cuya longitud simboliza una vida longeva. La familia se reúne en torno a una mesa camilla llamada kotatsu, donde no falta un calentador.
Y si en Nochebuena es común ver los establecimientos de KFC repletos de gente comiendo pollo frito –resultado de una campaña de los años 70 que llevaba por eslogan Kentucky para Navidad–, los tres primeros días de enero sí son importante para los japoneses, que los dedican a acudir a los templos, ver el famoso concurso televisivo de música Kohaku Uta Gassen o tomar platos preparados para la ocasión como el osechi ryori, compuesto por pasta de pescado, alga, rábano, huevo y castañas.
Acudir a Disneyland y Tokyo DisneySea disfrazado de alguno de los personajes Disney es otra de las actividades favoritas. Los parques preparan fuegos artificiales y espectáculos especiales para la ocasión.
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Con más del 90% de la población católica y 365 iglesias, una por kilómetro cuadrado, Malta vive la Navidad con gran fervor. Los belenes, completamente artesanales, están presentes por todo el país, principalmente en La Valeta, que se pone especialmente bonita estos días. La Misa del Gallo, celebrada durante la medianoche del 24 de diciembre, es protagonizada por niños. Al finalizar, es común que amigos y familias se reúnan en restaurantes, a la 1 de la mañana, para tomar el típico desayuno inglés, muy presente en la vida maltesa como consecuencia de los años que las tres islas formaron parte del imperio británico.
© Age FotostockDurante el mes de diciembre, la mayoría de hogares del planeta despliega sus árboles de Navidad. Un hábito que se remonta a 1605, cuando en Alemania se empezaron a decorar árboles con velas, manzanas y otros alimentos. Sin embargo, a pesar de ser una tradición tan común, en Ucrania, por ejemplo, sorprende con su decoración a base de telas de araña para atraer fortuna.
Más allá de este emblema festivo, en la región belga de Valonia (en la imagen, la ciudad de Mons), niños y jóvenes reciben, de los familiares más mayores, un pastel acompañado del dringuelle, que se traduce como «dinero para beber algo». Pero las tradiciones de estas fechas difieren mucho dependiendo de dónde nos encontremos. Recorremos el mundo en busca de las más curiosas.
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En Italia, la Navidad o Natale se vive en familia y con un buen panetone en la mesa. Aunque es común que se intercambien regalos el día de Navidad, muchos hogares reciben a la Befana la noche del cinco de enero, una bruja del folclore italiano que, según la leyenda, no quiso acompañar a los Reyes Magos a visitar al niño Jesús, a pesar de la insistencia de estos, y acabó arrepintiéndose saliendo ella sola con su escoba. Otra de las costumbres más antiguas es la de cenar un plato de lentejas por Nochevieja con la intención de atraer suerte, salud y dinero. Tradición que se remonta a la Edad Media, cuando se colgaban bolsitas de estas legumbres con la creencia de que se convirtieran en monedas.
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La práctica navideña más singular de Irlanda es en realidad bastante reciente, aunque, en poco tiempo, se ha hecho muy popular. Consiste en recorrer 12 pubs, uno por cada mes del año, llevando un jersey navideño, cuanto más hortera mejor, que incluso se decorará con adornos y luces. En cada parada habrá que superar ciertas pruebas y tomarse una pinta o un chupito. Un festejo poco apto para el hígado, pero con grandes dosis de risas.
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Una de las celebraciones más bonitas para los amantes de la lectura tiene lugar en Islandia durante el 24 de diciembre, momento en que se regalan libros invitando a pasar la noche leyendo, tarea que se puede prolongar hasta el día de Navidad. La costumbre, conocida como Jólabókaflóð, que viene a significar «inundación navideña de libros», tuvo su origen durante la II Guerra Mundial, cuando los libros se convirtieron en el regalo de Navidad más asequible. Su éxito es tal que las editoriales lanzan las publicaciones en diciembre y envían catálogos con las novedades a los hogares islandeses.
Pero en realidad, la Navidad en Islandia empieza mucho antes. Concretamente con la llegada escalonada, desde el 12 hasta el 25 de diciembre, de cada uno de los 13 Yule Lads, los hijos traviesos de un matrimonio de trolls que cada día dejan un regalo en los zapatos de los niños que se han portado bien o una patata podrida si su comportamiento ha sido malo.
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En el cantón suizo de Appenzell, uno de los más rurales del país, se celebra el cambio de año dos veces, el 31 de diciembre siguiendo el calendario gregoriano y el 13 de enero siguiendo el juliano. Ambos días, varios hombres disfrazados y divididos en tres grupos (guapos, feos y bellamente feos) recorren las granjas locales tocando campanas y deseando un feliz año a las familias en lo que se conoce como la Silvesterchausen.
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La Navidad en Filipinas es una de las más largas del mundo, dando comienzo durante el mes de septiembre con adornos como el parol, un farolillo en forma e estrella, y finalizando a mediados de enero. Los paroles o faroles decoran todos los rincones del país con su color y tamaño -pueden llegar a medir seis metros-, pero es la ciudad de San Fernando, a 70 kilómetros al norte de Manila, la que ha adquirido más fama. Tan importante como la decoración es acudir a la misa del Gallo y a las nueve misas previas a Navidad, conocidas como las misas del Simbang Gabi. El 24 de diciembre es habitual vestir con lunares, y el primer día del año, dejar las puertas y ventanas de las casas abiertas para que entre la buena fortuna.
La gastronomía también juega un papel fundamental en la Navidad filipina, especialmente en postres como el bibingka o puto bumbgong, elaborados con arroz, leche de coco, mantequilla y huevos.
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Para los lituanos, la cena navideña más importante es la Kūčios, que tiene lugar el 24 de diciembre llena de simbolismos. La mesa se cubre con un mantel blanco y cada uno de los doce platos que se sirven en ella –representando los doce meses del año y también a los doce apóstoles- está formado por productos que provienen de la naturaleza. Otro acontecimiento indispensable en fechas navideñas es el día de la Epifanía (6 de enero), momento en el que desfilan figuras de los Reyes Magos por las calles del país.
Y el mejor mercadillo de Navidad de Europa 2022-2023 es el de… Budapest
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Cada país centroamericano tiene tradiciones navideñas propias, como la quema del diablo en Guatemala, un impresionante festival de fuego en el que se incendian figurillas hechas de objetos viejos, o La Gritería y La Purísima en Nicaragua, celebrada cada 7 de diciembre por los devotos de la Inmaculada Concepción con rezos, cánticos, ofrendas, fuegos artificiales y música. En Costa Rica es el Gran Tope Nacional la festividad más esperada. Tiene lugar en San José el 26 de diciembre y consiste en una procesión a caballo en la que los jinetes muestran su pericia con los animales.
Entre el 16 y el 24 de diciembre, varios países de Centroamérica festejan Las Posadas, una celebración que recuerda el peregrinaje de María y José desde Nazaret a Belén y una excusa perfecta para dedicar tiempo a familiares y amigos recorriendo sus casas y pidiéndoles posada o alojamiento. En el esperado reencuentro se rompe una piñata de siete picos cargada de dulces y frutas de temporada, que simboliza los siete pecados capitales.
