Os proponemos un recorrido por los molinos Patrimonio de la Humanidad de Kinderdijk; las calles sin asfalto de Giethoorn; la fortaleza con forma de estrella de seis picos sobre el agua de Naarden; los secretos de la cerámica blanca y azul de Delft; o el famoso queso de Edam. Nos vamos en busca de alguno de los pueblos más encantadores de Países Bajos.
Kinderdijk, Patrimonio de la Humanidad
Ubicado a una hora y media en coche desde Ámsterdam, Kinderdijk es un pueblecito al que se puede acceder en bicicleta o en autobús acuático que sale desde el centro de Dordrechty o de Róterdam. Situado en la zona de grandes canales cerca de Dordrech, cuenta con 19 molinos de viento holandeses del año 1740, y declarados Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1997.
Estas construcciones que forman parte de un sistema para evitar inundaciones y mantener secas las tierras bajas de Alblasserwaard, son una bonita postal, menos masificada y conocida que la de la vecina Róterdam. Una de las mejores formas para descubrir Kinderdijk es desde el agua, navegando por el canal Hopper Prins Friso o el canal Cruiser, visitando diques, cuencas de almacenamiento o el museo Windmill Nederwaard (kinderdijk.nl), un antiguo molino que visitar por dentro que narra el paso de la historia de las familias que lo habitaron.
Merece la pena también algunas localidades cercanas, como la ciudad portuaria de Róterdam, a 15km; Dordrecht, la ciudad más antigua de Holanda; o el Parque Nacional De Biesbosch, una zona de agua dulce con increíble flora y fauna.
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Giethoorn
Sin apenas 3.000 habitantes, Giethoorn, en la provincia de Overijssel, conocida como la Venecia de los Países Bajos, tiene como peculiaridad que no tiene asfalto ya que sus calles son canales. A 120 km de Ámsterdam, es recomendable visitar este pueblecito a bordo de unas barquitas que se pueden alquilar o dando un agradable paseo por sus verdes senderos, entre bonitas casas de ladrillo y tejados de paja y sus más de 176 puentes de madera. Una opción recomendable para conocer en profundidad esta aldea o muchas otras ciudades de Holanda es una excursión privada organizada por Camaleon Tours (camaleontours.com), creada por españoles, ofrecen múltiples actividades por todo el país.
Cuenta con el Museum Giethoorn ’t Olde Maat Uus (museumgiethoorn.nl), una granja original del año 1800 con la exposición 100 años viviendo y trabajando en Giethoorn, y se podrá ver la casa del pescador y un molino. Cerca, los astilleros Schreur y Wildeboer permiten conocer como los artesanos construían los punters, o góndolas, de Giethoorn. También, en el museo de Histomobil (histomobil.nl), además de contar con una exposición de coches y otros vehículos, ofrece actividades como paseos en canoa o paintball.
Muy cerca, se encuentra el gran Parque Nacional de Wieden, para disfrutar de la naturaleza en sus 6.000 hectáreas, lagunas, cañaverales, pantanos, prados húmedos y de un área natural única.
Naarden y su fortaleza en forma de estrella de seis puntas
A tan solo 20 km al este de Ámsterdam, Naarden tiene una de las vistas aéreas más curiosas del Mundo. En el siglo XVII se construyeron unas líneas de flotación en forma de estrella de seis puntas con muros dobles.
En su interior, se puede visitar la fortificación, catalogada como monumento nacional; La Casa de los Españoles, uno de los últimos edificios medievales que quedan en la ciudad; la Puerta de Utrecht del año 1673 y la basílica gótica Grote Kerk, en cuyo interior están las reliquias de San Vito, el hijo de un senador pagano del s. III torturado por su propio padre. También se puede subir a su torre o dar un paseo por el casco antiguo.
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Pero sin duda, uno de sus mayores atractivos es dar un paseo en barca por el foso de la ciudad, y si no se tiene miedo a las alturas, un paseo en globo para ver una impresionante vista de pájaro. También es recomendable visitar el museo The Vestingmuseum (vestingmuseum.nl), o el Museo de la Fortaleza en español, donde descubrir la historia de la ciudad o su colección militar.
La alfarería de Delft
Además de los canales, los tulipanes o los molinos, también podemos identificar a Holanda con esa cerámica de motivos azul y blanca que tanto ha gustado a lo largo de los siglos a las monárquicas. Es en Delft, una acogedora ciudad de cuento surcada por canales, donde se produce esta peculiar alfarería. En el museo Royal Delft (museum.royaldelft.com), homenaje a la antigua Empresa Real Delftware, es posible conocer los secretos de estas cerámicas de 400 años de antigüedad, donde se puede participar en un taller y pintar tu propio azulejo.
Paseando por su casco antiguo encontramos la Iglesia Vieja, de estilo medieval, donde se encuentra el sepulcro del pintor Johannes Vermeer, y la Iglesia Nueva del s. XV. Junto a ella, la plaza del mercado, una de las más grandes de Europa, que acoge un antiguo edificio que fue en su día la sede de la casa real de Orange y actualmente alberga el mausoleo familiar.
Volendam, Edam y Marken, la campiña holandesa
Cerca de Ámsterdam está la conocida campiña holandesa con tres de los pueblos más característicos, Voledam, Edam y la isla de Marken, donde descubrir los elementos históricos más importantes de este país: los molinos de viento, el queso y el agua.
El centro histórico de Edam, conocida internacionalmente por su queso con denominación de origen, está considerado Patrimonio de la Humanidad desde 1996. El Edams Museum (edamsmuseum.nl) ofrece una panorámica de la historia de la localidad y The Story of Edam (henriwilling.com) da a conocer el proceso tradicional de elaboración del queso holandés y degustar una gran variedad de los mejores.
De camino a Volendam hay granjas de queso y zuecos que se pueden visitar. Este pequeño pueblo pesquero permite explorar la cultura holandesa más auténtica paseando por el muelle antiguo y probando el arenque en sus múltiples puestos callejeros. Una vez aquí, es buena oportunidad cruzar en barco a Marken, aunque antiguamente era una isla habitada por pescadores locales, hoy en día está pensando para el turista atraídos por su característica arquitectura.