Playa de Bolonia, Cádiz
Una preciosa ensenada abierta al mar y los vientos donde darse un apetecible baño junto a unas ruinas romanas, las de Baelo Claudia, un conjunto arqueológico que fue una próspera villa costera en el siglo II a. C. La larguísima playa, que encontramos entre las localidades de Tarifa y Zahara de los Atunes, es reconocida por su enorme duna de arena de 30 metros de altura y 200 de ancho que avanza tragándose el pinar. Los vientos de la zona hacen que sea ideal para la práctica del windsurf, kitesurf y todo tipo de deportes de vela.
Una visita al conjunto arqueológico de Baelo Claudia pasa por los restos del foro, los templos, el santuario, el mercado, la basílica, el teatro, las termas y la fábrica de salazones. Durante el verano se realizan visitas guiadas (de 90 minutos, visitasbaelo2022@gmail.com) y talleres didácticos.
Playa de Maro, Málaga
Este tramo paradisíaco de la Costa Tropical es uno de los grandes tesoros de Andalucía. Aguas turquesas, soberbios acantilados, pueblos con encanto… es lo que espera a quienes se acerquen a descubrirlo. El Paraje Natural Maro-Cerro Gordo lo forman un conjunto de acantilados que van formando pequeñas y encantadoras calas. En este entorno, junto a la localidad de Nerja, se encuentra la de Maro, una playa con menos afluencia de gente que otras del municipio donde disfrutar de sus fondos y sus aguas cristalinas haciendo snorkel, o alquilando un kayak (malaga-aventura.es) desde el que descubrir los acantilados y hasta cascadas escondidas.
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Cala de Enmedio, Almería
Una de las playas más desconocidas del Cabo de Gata, quizás porque no tiene un fácil acceso. Para llegar a ella, un antiguo arrecife de coral, hay que caminar una media hora desde Agua Amarga o veinte minutos desde cala Plomo –donde hay un aparcamiento–. También se puede acceder por mar. El premio a la caminada es una cala de gran belleza, arena fina y dunas fosilizadas entre las que se forman pozas con un agua azul intenso.
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Playa de Cabopino, Málaga
La más alejada del centro de Marbella en dirección a Fuengirola –a unos 14 kilómetros– es esta playa natural, una de las mejores de la Costa del Sol, dentro del Paraje Natural de las Dunas de Artola. Su arena fina, sus aguas transparentes, las dunas naturales y el estar alejada del ajetreo del verano marbellí le otorgan mayor encanto. La reconoceréis por la torre Ladrones, una torre de vigía de gran altura –15 metros– y origen árabe, que la vigila desde hace siglos.
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Playas de Mazagón, Huelva
Kilómetros de playas nos regala el litoral onubense entre la ría de Huelva y el Parque Nacional de Doñana. Playas vírgenes, tan largas que es complicado estar cerca de alguien, en un entorno de pinares y acantilados. En tantos kilómetros la costa va cambiando de nombre. Entre las más reconocidas están la playa de la Fontanilla, la primera según se pasa el casco urbano de Mazagón, la playa del Parador (en la imagen), la de Rompeculos, entre las más vírgenes, o la de la Torre del Loro, la más fotografiada debido a los restos de su torre del siglo XVI, junto al camping de Doñana.
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Playa de La Rijana, Granada
Aguas cristalinas y de poca profundidad las de esta playa junto al municipio de Castell de Ferro, a 16 kilómetros de Motril. Una playa de guijarros rodeada por acantilados de gran belleza natural. El acceso se hace a pie desde el aparcamiento, en la parte superior. Junto a ella se pueden alquilar una tabla de paddel surf o un kayak y recorrer los acantilados visitando cuevas y otras calitas cercanas (paddlesurflarijana.com).
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Playa de los Genoveses, Almería
Para muchos la más bella del Parque Natural del Cabo de Gata, aunque la competencia es mucha. Los amantes de los paisajes salvajes y desérticos encuentran su paraíso en este arenal próximo a la localidad de San José, una bahía virgen sin chiringuitos ni servicios, a la que se puede llegar andando por un sendero que rodea la montaña. Al fondo de la playa encontramos el Morrón de los Genoveses, un cerro con un mirador desde el que las vistas son excepcionales. Arena fina, un mar en calma y el entorno natural son sus mayores atractivos.
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Playa del Palmar, Cádiz
Infinita esta playa gaditana, prácticamente virgen, que pertenece a la costa de Veger de la Frontera, uno de los pueblos más bellos de Cádiz. 11 kilómetros de arena fina y dorada por los que dar largos paseos y bañarse en las frías aguas del Atlántico, que refrescan de verdad. En la zona hay muchos chiringuitos donde sentarse a tomar algo y ver el atardecer.
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Playas de Matalascañas, Huelva
Que una playa esté respaldada por el Parque Nacional de Doñana, una de las mayores joyas naturales de Andalucia, ya dice mucho de ella. Un arenal perteneciente al municipio de Almonte con un parque dunar que se extiende en dirección a Mazagón entre dunas y pinares que escoltan este tramo de la Costa de la Luz. Es uno de los destinos de playa más visitados de Andalucía (por su cercanía a Sevilla) pero los kilómetros de litoral hacen que haya sitio para todo el mundo. Su arena dorada y fina, los chiringuitos que se suceden en la costa y la práctica de deportes acuáticos son otros de sus atractivos. La torre de La Higuera, lamida siempre por el mar, es su foto más característica.
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Playa de Cantarriján, Granada
En el extremo contrario a Nerja, dentro del El Paraje Natural Maro-Cerro Gordo y a cinco minutos de La Herradura, se encuentra Cantarriján, una de las playas naturistas más conocidas de Andalucía. El acceso en coche está prohibido, pero hay un aparcamiento cercano desde el que se accede andando –también hay un microbús que funciona desde la Herradura en verano–. La playa queda dividida en dos por una enorme roca, es de gravilla oscura y sus aguas son completamente cristalinas. Una vez allí podemos comer en el chiringuito La Barraca (labarracacantarrijan.com) situado a pie de mar, cocina mediterránea con opciones veganas.
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