Pocos placeres hay tan sugerentes como descubrir calas y playas inaccesibles, y prístinas, por la accidentada fisionomía de la Costa Brava. Algunos de esos rincones de mar que se cuentan de oreja a oreja a media voz, como un secreto que merece la pena guardar. Son las calas que se desparraman por el cabo de Begur, como las de Sa Riera, Aiguafreda o Sa Tuna, las de Tamariu...
Recorrer los caminos de ronda que bordean el abrupto perfil costero ampurdanés permite descubrir paisajes mediterráneos casi inmaculados y calas escondidas. Usados antiguamente para vigilar el horizonte en caso de ataques piratas o para acceder a las calas en caso de un naufragio, hoy son una fórmula diferente para disfrutar de paseos entre un paisaje costero único. Un ejemplo: de Cala Ferriol a Cap de la Barra, frente a las Islas Medes, es un camino que, a lo largo de unos cinco kilómetros, recorre una de las zonas más vírgenes de la Costa Brava, con altos acantilados al lado del mar y una flora y fauna excepcional. No se queda atrás el recorrido que parte del cabo de Begur y que engarza las calas d'Aiguafreda, Sa Tuna, Platja Fonda hasta llegar a la de Aiguablava. Una excursión de apenas dos kilómetros pero con el encanto de atravesar un paraje natural como la Reserva Marina de Ses Negres.
Y a los que les apasiona descubrir tesoros bajo el mar, ninguno como el parque natural de las Islas Medes, en Torroella de Montgrí-l’Estartit, un archipiélago de pequeñas islas protegido por su gran diversidad biológica que lo convierte en escenario privilegiado para la práctica del submarinismo.
No te lo pierdas: Bucea en las islas Medes entre corales y peces de colores
ENCANTO RURAL
Pero el Baix Empordà no son solo playas, también pueblos que destilan encanto desde la lejanía y, por supuesto, de un hondo legado histórico, como lo atestigua el poblado íbero de Ullastret, un apasionante viaje en el tiempo a los primeros compases de la romanización de la Península.
Para pulsar ese encanto rural que acoge el paisaje ampurdanés de tierra adentro no hay mejor coordenada que el pueblo de Peratallada. Discurrir por su trazado medieval amurallado y las callejuelas serpenteantes es el mejor modo de empaparse del encanto sereno de esta población de antiguo abolengo en la que destacan los soportales de la plaza de la iglesia de Sant Esteve. Eso sí, para quedar boquiabierto ante una plaza porticada en la que se percibe el Medievo latiendo entre sus arcadas ninguna como la plaza Mayor del pueblecito de Monells, en el recoleto barrio del Castillo.
No te lo pierdas: Pueblos medievales de Cataluña que parecen decorados de otra época
Aunque para colofón inolvidable a una escapada por el Baix Empordà lo mejor es fijar el rumbo hacia las alturas de la villa medieval de Pals. Tras apurar las últimas horas de una tarde estival cualquiera entre sus empinadas calles empedradas hay que dirigirse al mirador del Pedró y desde allí otear el horizonte.
No te lo pierdas: Una ruta en coche por pueblos medievales espectaculares del interior de la Costa Brava
SABORES MEDITERRÁNEOS
Una escapada al Baix Empordà no estaría completa sin adentrarse en los sabores de la cocina ampurdanesa de mar y montaña, una una sugerente mezcla que se traduce en creaciones deliciosas como el arròs a la cassola (arroz a la cazuela).
A las lonjas de los pueblos marineros de la región llegan delicatesen de la Costa Brava que no hay que dejar de probar como el marisco del Tastet de mar de Torroella de Montgrí, el pescado de roca de Begur, los erizos de mar de Palafrugell… Y para los postres, un vasito de la dulce garnacha para acompañar postres y creaciones de repostería como los buñuelos, los flaones o cocas de chicharrones.
Para saborear la gastronomía ampurdanesa más tradicional hay que poner rumbo hasta Peratallada, al restaurante del hostal La Riera (lariera.es). Otra referencia cien por cien mediterránea es el restaurante del lujoso cinco estrellas de La Gavina (lagavina.com), en S'Agaró.
No te lo pierdas: De Palamós al cabo de Creus en busca de sus templos del sabor marinero
NOS ALOJAMOS EN…
Varias referencias de calidad en la zona como Mas de Torrent Hotel & Spa (hotelmastorrent.com) con un exquisito servicio y ambiente cosmopolita. Emplazado en una antigua masía del siglo XVIII, cuenta con alicientes como su exclusivo Mas Spa. Recalar en alguna de las 22 suites del Mas Salvi Country Boutique Hotel (massalvi.com), en Pals, supone disfrutar de un remanso de paz gracias a sus siete hectáreas de bosques privados de este oasis en mitad de la naturaleza. Y para los apasionados de los hoteles singulares, El Far Hotel (hotelelfar.com), en Llafranc, Palafrugell: encaramado sobre un acantilado es un impagable balcón sobre el Mediterráneo.