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Vías verdes para pedalear en el Día de la Bicicleta


Actualizado 3 de junio de 2022 - 12:29 CEST
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CIRCUITOS VERDES, FORMENTERA 

La menor de las Pitiusas puede recorrerse en coche en una mañana, pero si queremos conocer la isla sin prisa, seguir sus senderos, visitar su disperso patrimonio cultural y llegar a los lugares escondidos hay que subirse a una bicicleta y pedalear por alguno de las 32 rutas verdes de este pequeño territorio. Es, además, la forma más respetuosa para abordarlo. Entre todas ellas suman 100 kilómetros de interés natural, como la que va desde La Savina a Ses Illetes (15’ en bici) o la que recorre la planicie de La Mola (60’). 

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VÍA VERDE DEL ARRAZOLA, VIZCAYA 

Enclavada en el valle de Atxondo, en Vizcaya, esta vía verde es uno de los planes familiares más recurrentes de los vizcaínos, no solo por su baja dificultad, sobre todo, por las vistas que ofrece del mitológico monte de Anboto, en el Parque Natural de Urkiola, y su entorno rural de ensueño. Son 5 kilometros llanos que sigue los pasos del viejo tren del Arrazola y que desde 1904 daba servicio a la industria minera de la zona, hasta que en 1950 dejó de funcionar. Junto a la antigua estación de Errotabarri-El Tope, una vagoneta aparcada lo recuerda. La vía verde comienza en Apatamonasterio, en la carretera que une Durante y Elorrio. 

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VÍA VERDE DE LA SUBBÉTICA, CÓRDOBA 

Durante casi un siglo, el Tren del Aceite discurría entre Linares, en Jaén, hasta Puente Genil, Córdoba, transportando en sus vagones cisterna el oro líquido de estas tierras andaluzas, además de pasajeros y otros minerales. Aquello se acabó en 1985, pero hoy por su trazado discurre una deliciosa vía verde para recorrer en bicicleta. Su tramo más bello, de 65 kilómetros, se inicia en el viaducto sobre el río Guadajoz, a 10 kilómetros de la estación de Luque, y a medida que se avanza saldrán al paso la laguna del Salobral, poblada de aves; Zuheros, uno de los pueblos blancos más bonitos de Andalucía, con su castillo en lo alto; el cañón del río Bailón antes de llegar a Cabra y, sobre todo, un mar de olivos enmarcado por sierras Subbéticas. 

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SENDA DEL OSO, ASTURIAS 

Pedaleando por la vía verde que sigue el trazado de la antigua línea de tren de Teverga se van descubriendo valles, bosques, desfiladeros, puentes y túneles horadados en la roca de los cuatro concejos asturianos por los que atraviesa: Quirós, Santo Adriano, Proaza y Teverga. Hay diferentes ramales, pero el más tranquilo para ir con niños es el que enlaza Entrago y Proaza o Villanueva, en sentido inverso, que se recorre, sin dificultad, en unas tres horas. En Proaza se encuentra la Casa del Oso, centro de recepción de visitantes. Otros alicientes de la ruta son el cercado osero de Monte Fernanchín y el Parque de la Prehistoria de Teverga (parquedelaprehistoria.es).  

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VÍA VERDE DEL PAS, CANTABRIA 

Junto al río Pas y el Pisueña discurre una de las vías más apetecibles para pedalear por Cantabria, la que sigue el antiguo trazado del ferrocarril que une los valles pasiegos con la bahía de Santander. Desde la antigua estación de Puente Viesgo, localidad famosa por las cuevas del Monte Castillo, que son Patrimonio de la Humanidad, el sendero más cómodo llega hasta Ontaneda, que queda a 12 kilómetros, y es famosa por sus quesadas. En sentido contrario, se dirige hasta Astillero, un tramo más largo (22 km), algo menos acondicionado, pero con el premio de que acerca al mar. 

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