LA SIERRA DE ARACENA SABE A JAMÓN
Las dehesas de encinas y alcornoques definen el paisaje de la sierra de Aracena, donde se crían miles de cochinos de los que se obtienen uno de los mayores manjares del mundo: el jamón de bellota 100% ibérico. La ruta puede empezar en Higuera de la Sierra, puerta de entrada al Parque Natural Sierra de Aracena y Picos de Aroche y de esencia típicamente andaluza. Continuar después en Corteconcepción, Almonaster La Real, Fuenteheridos y Castaño del Robledo visitando algunas de las empresas locales dedicadas a la producción del cerdo, haciendo rutas por las dehesas o degustando ibéricos a la mesa de sus restaurantes. Y acabar en el pueblo de Jabugo, cuyo nombre está ligado íntimamente al jamón. Aquí se encuentra la marca Sánchez Romero Carvajal y las visitas a su bodega Cinco Jotas (cincojotas.es) descubren todos los secretos de la excelencia de sus afamados jamones.
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EN BUSCA DE LA MEJOR FABADA ASTURIANA
Que en Asturias se come muy bien es algo que nadie duda, con una larga tradición culinaria y una materia prima que da la tierra que dan como resultado una gastronomía excelente. Uno de los platos más auténticos de su cocina es la fabada asturiana y para degustarla ningún lugar mejor que El Llar de Viri (llardeviri.eu), en San Román de Candamo, orgullo de Viri Fernández y su nuera Mª José Miranda, cuyo buen hacer ha sido reconocido con la estrella Verde de la Guía Michelin. A 40 minutos de aquí está Mieres, donde se encuentra La Consistorial (laconsistorial.com), que este año se ha alzado con el título de La mejor fabada del mundo, cuyo éxito radica, en «un buen compango, un pimentón de calidad y la mejor faba, la asturiana».
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CULTO AL ACEITE EN JAÉN
Jaén es tierra de aceite, donde las hileras de olivos se pierden en el horizonte. Para descubrir este oro líquido reconocido en el mundo entero nada como practicar el oleoturismo (oleoturismojaen.com) y un buen comienzo es pasar por la ciudad de Baeza durante la VIII Fiesta Anual del Primer Aceite, con todo tipo de actividades centradas en él, como rutas por olivares, degustaciones, visitas guiadas a almazaras... Si no es posible viajar esos días, esta ciudad monumental, como también Úbeda, con la que comparte título de Patrimonio de la Humanidad, ofrece mil opciones para disfrutar del aceite, desde la visita a la Hacienda de la Laguna (aceiteshaciendalalaguna.com), hasta una comida en el restaurante Juanito (juanitobaeza.com), que lleva desde 1953 como embajador del aceite de oliva virgen extra.
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SANTOÑA Y LAS MEJORES ANCHOAS DEL MUNDO
Al primer puerto pesquero de Cantabria se llega en busca de sus delicias gastronómicas: merluzas, lubinas, almejas…, pero, sobre todo, las famosas anchoas. La ruta puede comenzar viendo cómo descargan los barcos sus capturas en el puerto y luego visitar alguna de sus fábricas de conservas para saber cómo se elaboran y lo que hace que las de Santoña estén tan ricas, como Conservas Emilia (anchoassemilia.com) o Casa Santona (casasantona.com), donde además catarlas y comprar algunas latas en su tienda.
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EL COCIDO MARAGATO DE CASTRILLO DE LOS POLVAZARES
Cualquier viaje por la comarca de la Maragatería debe empezar por Astorga, de fama gastronómica por sus mantecados y el chocolate (cuenta incluso con un museo dedicado a este), pero a solo 4 kilómetros está Castrillo, un bonito conjunto histórico que cruza el Camino de Santiago, donde todo el mundo llega para degustar su famoso cocido maragato, el más genuino de los platos autóctonos. En dos de sus casas arrieras están Casa Coscolo (restaurantecoscolo.com) y Casa Juan Andrés (casajuanandres.es) donde bordan este plato.
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BUENOS ASADOS EN TIERRAS CASTELLANAS
Arévalo, Pedraza, Sepúlveda y Turégano. Cuatro localidades castellanas que, además de mucho arte, son especialistas en asados. En la primera, con uno de los mayores y mejores conjuntos de arquitectura mudéjar, es el tostón (cochinillo) el que triunfa en las mesas de sus restaurantes, como El Figón de Arévalo. En las otras tres, segovianas, los asados son la especialidad de La Olma (laolma.com), Cristóbal (restaurantecristobal.es), y El Zaguán (el-zaguan.com), respectivamente.
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POR LA RIBERA DEL DUERO DE BODEGA EN BODEGA
Peñafiel presume de ser uno de los pueblos más bonitos de Valladolid, con su castillo en lo alto, la plaza del Coso y sus templos y conventos, pero a la capital de la Ribera del Duero vallisoletana se va a disfrutar, sobre todo, de las experiencias enoturísticas en algunas de sus bodegas, empezando por el Museo del vino instalado en su fortaleza. La de Protos es una obra maestra de la arquitectura del siglo XXI, pero también las tres bodegas con restaurante Michelin –Pago de Carraovejas, Arzuaga Navarro y Abadía Retuerta– que han dado origen a la N122 Duero Valley, una ruta gastroenológica de cinco estrellas.
LA RUTA DEL TURRÓN DE JIJONA
¿Qué sería de la Navidad sin turrón? La localidad alicantina de Jijona, próxima a Alcoy, es la cuna de este dulce, aquí se vive del y para el turrón. Se produce aquí desde hace cinco siglos y, como el mazapán, fueron los musulmanes los que lo comenzaron a elaborar con los frutos de sus almendros y la miel de las colmenas de los montes cercanos. Además de conocer y probar sus dos variedades: duro (también conocido como Jijona) y blando (o de Alicante), no hay que perderse la visita al Museo del Turrón (museodelturron.com), instalado en la antigua fábrica de las conocidas marcas El Lobo y 1880.
DE LA CAPITAL A LA SIERRA MADRILEÑA POR UN COCIDO
Ahora que ya hace frío, ponemos nuestra atención en otro de los platos más deseables de la temporada, que no es otro que el cocido en su versión madrileña. Sin salir de la provincia, podemos entrar en calor con este guiso de garbanzos en muchos restaurantes que han hecho de él su especialidad. En la capital, Lhardy, Casa Carola o La Bola son algunos de los clásicos. El de El Charolés (chorolesrestaurante.com) de San Lorenzo de El Escorial, recibió incluso el premio de la Academia Madrileña de la Gastronomía y buen lugar para degustarlo es también El Pajar de Fuente Hernando (restauranteelpajar.es), donde se cocina durante 24 horas en puchero de barro y lumbre de leña y se saborea con vistas al embalse de Pinilla.
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LA COCINA DEL MAR EN LAS RÍAS BAIXAS
El marisco y el pescado son los reyes indiscutibles de las mesas de sus restaurantes, que se acompañan de vinos gallegos, como los del valle de Salnés, incluidos en la DO Rías Baixas. Sanxenxo y la península de O Grove son dos de los enclaves imprescindibles para disfrutarlos, donde se pueden degustar en la Terraza del Mar (hoteldelmarsanxenxo.com), con vistas a la playa, o en Beiramar (restaurantebeiramar.com).
POR LA GARROTXA AL OLOR DE SUS EMBUTIDOS
Además de volcanes dormidos, esta comarca de Girona es tierra de embutidos. Con la carne de las vacas y cerdos que se crían en ella se elaboran desde hace siglos de manera artesanal fuets, longanizas, butifarras, secallons... Cada localidad tiene su especialidad y todas ellas se degustan en la Feria del Embutido, que se celebra anualmente en el mes de febrero en Olot. Pero fuera de ese momento concreto, la capital de la comarca siempre es una referencia para aprovisionarse de ellos, como también Castelfollit de la Roca, ese bonito pueblo aupado sobre un acantilado de roca basáltica, en cuyo Museo de l’Embotit se descubre la tradición de su elaboración.
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LA SERENA SABE A QUESO
Son centenares de miles las ovejas merinas que pastan en ese territorio tan llano que es la dehesa extremeña, de escaso arbolado y extensos pastos. Con la leche cruda de esta raza autóctona, de finísimo sabor y cremosa textura, se elaboran las tortas de La Serena (quesoserena.com). La ruta que sigue su rastro podríamos iniciarla en el pequeño pueblo de Benquerencia de la Serena, de empinadas calles y un castillo en lo alto, y continuarla en Castuera, para comprar queso en alguna de sus queserías, como Sánchez Hidalgo (sanchezhidalgo.es) o Catrvm Erat (castrum-erat.com). Más allá, el recorrido pasa por Zalamea de la Serena o Quintana hasta llegar a Villanueva de la Serenay Don Benito o incluso alcanzar el embalse de la Serena, el más grande de España.
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