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bosque tilos© Shutterstock

El bosque de los Tilos, un mundo prehistórico cerca de las estrellas

La naturaleza desbordante, el silencio y la sensación de acariciar las nubes aguardan en este rincón: la mayor representación de laurisilva del archipiélago canario. Esta mítica formación arbórea reducto del Terciario es uno de los mayores atractivos de la llamada Isla Bonita.


Actualizado 17 de septiembre de 2021 - 15:07 CEST
mar de nubes en la caldera de taburiente la palma© Shutterstock

DÓNDE ESTÁ EL BOSQUE

Una explosión de verdor, una jungla amable y un paraíso de la biodiversidad. Estamos en el bosque de los Tilos, la porción más fresca y frondosa de las Canarias, y para descubrirla, el mejor plan es calzarse las botas y emprender largas caminatas bajo el aroma de la hojarasca fresca.

El bosque se encuentra en las laderas exteriores del Parque Nacional de la Caldera de Taburiente (en la imagen) y en uno de sus insondables barrancos, el del Agua, se esconde la mayor representación de los bosques de laurisilva de estas islas: tilos, laureles, aceviños, madroños, fayas, brezos, palo blanco y extraordinarios helechos de tamaño descomunal que remiten a un mundo prehistórico. Para alcanzar el bosque de los Tilos hay que dirigirse al nordeste de la isla, a 24 kilómetros por carretera de la ciudad de Santa Cruz, y a solo 4 del municipio de San Andrés y Sauces, agraciado con montaña y costa, con extensas plataneras, cultivos de ñames y con el Charco Azul, unas piscinas naturales creadas por la erosión marina sobre la roca volcánica, que, paradójicamente, contienen agua salada de un profundo color esmeralda.

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cascada en el bosque de los tilos la palma© Shutterstock

CENTRO DE INTERPRETACIÓN

En Los Sauces también se ubica el Centro de Visitantes de los Tilos (tel. 922 45 12 46), donde además de información a los senderistas se asiste a una lección didáctica con proyecciones de vídeo. En él se aprende que este bosque, que forma parte del Parque Natural de las Nieves, es un frágil ecosistema heredado de la época terciaria, que tenía presencia hace miles de años en la cuenca mediterránea, pero que ahora tan solo se conserva en este archipiélago atlántico. Un fósil viviente, en definitiva, en el que pervive también una fauna endémica de gran rareza, como las palomas turqué y rabiche. Nada extraña que fuera el primer sector de La Palma catalogado como Reserva de la Biosfera, antes incluso de que este título se extendiera a toda la isla.

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senderismo en la isla de la palma en el bosque de los tilos© Shutterstock

SENDEROS POR EL BOSQUE

Aprendida la parte teórica, hay que disponerse a caminar. Y para ello existen dos excelentes senderos autoguiados para los que se recomienda llevar calzado de montaña, chubasquero y linterna o frontal. El más sencillo tiene 2,5 kilómetros (90-120 minutos) y discurre a través del corazón del bosque hasta alcanzar uno de los miradores más bellos de La Palma: el del Espigón Atravesado. El otro (el PR LP6), asciende unos mil metros hasta los nacientes de Marcos y Cordero, consta de 3 tramos y, si se quiere hacer completo, llevaría algo más de 7 horas.

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senderismo en el bosque de los tilos la palma© Shutterstock

Será cuestión de tiempo y energía decantarse por uno u otro. El primero, un agradable paseo, discurre entre una vegetación intrincada y bajo las escarpadas paredes del barranco que apenas dejan ver el cielo. El segundo, una larga caminata que atraviesa hasta 13 túneles excavados en la roca y permite disfrutar de unos paisajes fabulosos: laurisilvas agarradas a rocas imposibles, canales, miradores y cascadas de nubes que, flotando sobre la frondosidad extrema, se escapan en dirección al mar. Así hasta llegar a los nacientes donde el agua se desploma en un potente chorro.

cielo estrellado en la isla de la palma caldera de taburiente© Shutterstock

CERCA DE LAS ESTRELLAS

Explorar las entrañas del bosque de Tilos es un espectáculo único. Tanto como divisarlo en panorámica, muy cerca de las estrellas, desde el Roque de los Muchachos. El punto más elevado de La Palma (2.426 m.) es también el mejor mirador para contemplar desde arriba la Caldera de Taburiente. Hay que remontar la carretera que asciende hasta la crestería y colocarse en el perímetro exterior. Desde aquí, unos observatorios astrofísicos, los más importantes del hemisferio norte, marcan el camino hasta el Roque con una grata recompensa: abajo, el abismo del cráter; arriba, ese manto de vegetación que contrasta con el negro de las formaciones volcánicas y el azul profundo del Atlántico.

volcanes de tenegua en la isla de la palma© Shutterstock

UN PLUS

En el sur hay tros muchos atractivos, como el paisaje resquebrajado y negruzco de la Cumbre Vieja, la diversidad cromática de las lavas en el monumento natural de los volcanes del Teneguía (en la imagen) o el paisaje lunar de las salinas de Fuencaliente. Tres excursiones perfectas para redondear la visita.

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hotel hacienda de abajo en la palma as© Hacienda De Abajo

PARA DESCANSAR

El Parador de La Palma (parador.es) está ubicado cerca del aeropuerto y de Santa Cruz de la Palma, por lo que es ideal para visitar Los Tilos. Es un edificio confortable de arquitectura típica canaria y con un amplio jardín de árboles frutales y plantas autóctonas con vistas al Atlántico. Otra buena elección es la Hacienda de Abajo (hotelhaciendadeabajo.com), en Tazacorte (en la imagen). Se trata de una antigua hacienda azucarera del siglo XVII en pleno centro histórico que ha sido cuidadosamente rehabilitada con una elegante decoración.

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papas arrugas con mojo picon© Shutterstock

MOJOS, PAPAS Y OTRAS DELICIAS LOCALES

Uno de los restaurantes más típicamente palmeros es Chipi-chipi (chipichipi.net), en el barrio de Velhoco de Santa Cruz, en cuya carta no faltan mojos y papas, además de otros platos tradicionales. Cocina canaria de autor, sofisticada, exquisita y muy innovadora se puede degustar en El Rincón de la Moraga (rincon-moraga.com), que ocupa una antigua casa señorial de Los Llanos de Aridane.

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