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Escocia para principiantes: pistas imprescindibles en tu primera visita

Es el país de los castillos y la bruma, de las gaitas y las faldas a cuadros, del whisky y los festivales. Pero también de unos paisajes épicos que incluyen solitarios lagos al pie de las montañas, costas escarpadas, valles agrestes y ciudades tocadas por la literatura. Estos son los pasos que hay que seguir para hacer un viaje de leyenda


Actualizado 5 de enero de 2023 - 13:26 CET
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Puede que se la conozca por sus tópicos, pero Escocia guarda miles de sorpresas. Un territorio pequeño pero impresionante en el que la historia impregna cada rincón y la naturaleza se explaya en algunos de los parajes más inhóspitos y dramáticos de Europa.

Desde las verdes praderas de los Borders, en el sur, hasta las misteriosas postales de las Highlands o las islas cercanas al Círculo Ártico. También la fotogénica capital, las animadas ciudades, los pueblecitos costeros o de montaña que recogen la herencia de los clanes. Esto es lo que no debes perderte para un perfecto viaje de niebla, misterio y tartanes.

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EDIMBURGO

Alegre y cosmopolita, monumental y romántica, la capital escocesa es una visita imprescindible por su animación constante, su oferta de festivales y su estética medieval, la misma que la convierte en una de las ciudades más bonitas de Europa. Es, además, una auténtica potencia literaria con una inmensa nómina de figuras ilustres: desde los piratas de Robert Louis Stevenson a los héroes de Walter Scott, pasando por las intrigas de Conan Doyle y los brujos de Harry Potter. Por si fuera poco, ha inspirado tenebrosas historias al calor de su perfil gótico coronado por la neblina. Por todo ello, no hay que perderse sus atractivos de siempre (el Castillo, la Royal Mile, Calton Hill, New Town…), pero tampoco los secretos que se ocultan en sus pintorescos callejones.

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LA ISLA DE SKYE

Desde los escarpados montes Cuillin y las alocadas formas del Old Man of Storr hasta la espectacular cordillera del Quiraing y los imponentes acantilados de Neist Point (en la imagen). Cada paraje de la mayor de las Hébridas interiores, también conocida como Isla de las Hadas, es un regalo para la retina. Un lugar salpicado de rincones oníricos, apacibles pueblos de pescadores y castillos medievales; edén para senderistas, ciclistas y escaladores. Aquí la vida parece formar parte de un hermoso relato. Por algo dicen que no se ha estado en Escocia si no se visita Skye.

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CASTILLOS

Son toda una seña de identidad en el país que cuenta con el catálogo defensivo más amplio del Reino Unido. Los castillos, alzados unas veces como defensa contra los invasores y otras como simple exhibición de poder, relatan gran parte de la historia de Escocia. Y aunque hay muchos soberbios y majestuosos, por poner algunos ejemplos, nadie debería perderse el de Eilean Donan (en la imagen), reflejado sobre un lago; el de Dunnottar, sobre un acantilado, o el de Stirling, sumergido en la bruma.

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EL LAGO NESS Y EL LAGO LOMOND

Aunque el primero se lleva toda la fama gracias a aquella leyenda que le atribuye la existencia de un ser antediluviano, nadie duda de que el Loch Lomond (así se conoce en Escocia) es el lago más fascinante del país. Un monumento natural con nada menos que 70 km² de superficie, emplazado en el Parque Nacional de los Trossachs, sobre la falla que separa las Lowlands y las Highlands. Entre sus atractivos están las travesías en barco bordeando sus islas, los deliciosos pueblos de sus orillas y los paseos por las escarpadas laderas que lo bordean y que se estrechan hasta convertirse en una especie de fiordo.

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LAS HIGHLANDS

Para unos son románticas, para otros melancólicas y para la gran mayoría ambas cosas, que no tienen por qué estar reñidas. El caso es que las Tierras Altas de Escocia no dejan indiferente con sus salvajes paisajes barridos por el viento, sus ecos de batallas legendarias y sus destilerías de whisky. Montañas majestuosas, valles solitarios, lagos cristalinos y atronadoras cascadas. Es el lugar para fundirse con la naturaleza en parajes como el cenagal de Rannoch Moor, la emblemática montaña de Ben Nevis o el espeso bosque Rothiemurchus. Más encanto tiene recorrer este territorio al son del traqueteo sobre la locomotora de vapor The Jacobite (westcoastrailways.co.uk/jacobite/steam-train-trip) a través de escenarios de películas como Rob Roy, Braveheart o Harry Potter.

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GLASGOW

Museos, galerías de arte, una interesante escena gastronómica y los pubs más auténticos de Gran Bretaña. También música en vivo por las calles porque no olvidemos que estamos en la cuna de bandas tan carismáticas como Belle and Sebastian, Franz Ferdinand, Texas o Primal Scream. La ciudad más grande de Escocia, recostada sobre el río Clyde, es el paraíso del ocio urbano, una pura inyección de adrenalina. Si Edimburgo es histórica y clásica, Glasgow es moderna y atrevida. Y merece la pena disfrutarla.

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ST. ANDREWS

Aunque es famoso por ser el lugar donde se conocieron el príncipe Guillermo y su hoy esposa Kate Middleton, hay otros nobles motivos para descubrir este pintoresco pueblo medieval a orillas del Mar del Norte, trazado con callejones estrechos y adoquinados. Uno de ellos es su universidad, la más antigua de Escocia (equiparada en prestigio a las propias Oxford y Cambridge), con elegantes edificios cubiertos de hiedra y rodeados de patios y jardines. Y otra es el hecho de ser la meca del golf y el origen mítico de sus reglas. En el Old Course, el más famoso de sus siete campos, cualquier amante de este deporte sueña con dar un swing alguna vez en su vida.

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DATOS PRÁCTICOS

CÓMO LLEGAR: Llegar a Escocia es fácil, cómodo y económico puesto que existen numerosas aerolíneas que operan vuelos directos a Edimburgo y Glasgow desde Madrid, Barcelona y otras ciudades españolas (Málaga, Alicante, Palma…). El trayecto lleva aproximadamente 3 horas.

CUÁNDO IR: Por su fuerte presencia natural y por tratarse de un destino para disfrutar del aire libre, se recomienda visitar el país en primavera y en otoño, cuando los campos están más bonitos. Abril y mayo son los mejores meses porque registran menos turistas que en verano y menos lluvias que en el resto del año.

MONEDA: Libra esterlina (1 libra: 1,18 euros). Hay cajeros automáticos por doquier y se aceptan tarjetas de crédito y débito.

En la imagen: Portree, un pequeño pueblos con un coqueto puerto pesquero de casitas multicolor en la isla de Skye.

© ¡HOLA! Prohibida la reproducción total o parcial de este reportaje y sus fotografías, aun citando su procedencia.