CADAVEDO, ASTURIAS
Así se la conoce porque queda a solo 2 kilómetros de este antiguo puerto ballenero del occidente de Asturias, próximo a Cudillero, pero muchos otros como La Ribeirona. Una concha de cantos rodados y arena dorada rodeada de un entorno rural en la que desemboca el arroyo Frieira. Su fácil acceso en coche, sus aguas transparentes, su oleaje moderado y sus servicios la hacen muy solicitada.
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ARRIGUNAGA, BIZKAIA
Queda próxima a Bilbao, desde donde se puede llegar en metro, bajándose en la estación de Bidezabal y caminado durante 15 minutos por un bonito paseo que termina bajo los acantilados de La Galea, en el barrio de Algorta del municipio de Getxo. Con vistas al Abra y al molino de Aixerrota, es de arena y grava, semi-urbana y perfecta para tomar el sol, darse un baño y hacer surf en el lado de su espigón.
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PLAYA DE BERRIA, CANTABRIA
Dos kilómetros de largo, arena fina, ventosa y con todos los servicios. Podría responder a una de las muchas playas bonitas de España. Lo que marca la diferencia con otras es su ubicación, en la zona de El Dueso, entre los montes Brusco y Buciero y junto a las marismas de Santoña, una zona de gran interés natural y paisajístico, ideal para los amantes del avistamiento de aves.
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PLAYA DE LOS LOCOS, CANTABRIA
Lo primero es admirar la panorámica desde los vertiginosos acantilados que escoltan la playa más famosa de la localidad cántabra de Suances. Después de descender a esta reserva natural de 500 metros, los que se animan, se bañan, se lanzan a las olas con la tabla de surf o se instalan en su chiringuito. Dicen que su curioso nombre le viene dado por los arriesgados jóvenes que saltaban desde las paredes verticales.
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PLAYA DE RODILES, ASTURIAS
La desembocadura del río Valdediós en el Cantábrico, a su paso por Villaviciosa, conforma un ancho estuario convertido en reserva natural. En él se encuentra esta playa escoltada por una extensa zona arbolada de pinos y eucaliptos. Por sus dimensiones (más de un kilómetro y 300 metros de ancho), el juego de las mareas, los vientos que la atraviesan y su oleaje –reclamo de aficionados al surf– es una playa de diez.
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PLAYA DE PEÑARREDONDA, ASTURIAS
Castropol y Tapia de Casariego comparten esta playa dividida por un arroyo que forma parte de la Reserva de la Biosfera Oscos-Eo. A esta concha alargada de 600 metros de arena fina y dorada que se extiende entre la punta del Corno y los acantilados de la Robaleira le da nombre el redondeado islote que se encuentra en su mismo centro, al que se puede acceder en bajamar. Entre sus dunas se encuentra una singularidad, el alhelí de mar, una hermosa flor en peligro de extinción y en su islote de Las Pantorgas, que cierra la playa por el este, aves protegidas.
PLAYA DE LAS CATEDRALES, LUGO
La Mariña lucense tiene en esta playa entre Ribadeo y Foz su mejor imagen. A lo largo de los siglos, la erosión marina y el viento han modelado a su antojo este monumento natural dando forma a pequeños acantilados y playas de arena intercaladas entre promontorios e islotes. Una auténtica catedral de piedra al borde del mar que disfrutaremos pasando bajo sus grutas, pasadizos y arcos o desde el acantilado, porque cuando sube la marea, la arena desparece.
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PLAYA DE FREJULFE, ASTURIAS
Saliendo de Navia en dirección al oriente podemos seguir la panorámica senda costera que corre paralela al abrupto litoral. Son 21 kilómetros de recorrido que pasan por esta preciosa playa inmersa en un entorno de pinos y eucaliptos, lo que le ha valido su declaración como monumento natural. Los surfistas disfrutan de sus olas.
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PLAYA DE AREA, LUGO
De su esplendoroso pasado, esa importante villa de la Mariña lucense que es Viveiro guarda un rico patrimonio. Pero la naturaleza también la ha concedido un buen catálogo de playas de arena blanca, agruas cristalinas y suave oleaje para disfrutar después. Cercana a la ladera del monte Faro, en un entorno de gran belleza paisajística, se encuentra la de Area. Rectilínea, con dunas y en uno de sus lados la isla del mismo nombre, que es refugio de aves marinas. Además de desportes náuticos, próximos quedan los restos arqueológicos de la villa romana de Estabañón y de la medieval de Arenas, que se la tragó el mar.
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PLAYA DE TREGANDÍN, CANTABRIA
Son sus humedales, de gran valor ecológico, sus casas-palacio y, sobre todo, sus playas de Tregandín y Ris lo que hacen de Noja un bonito lugar turístico. Distinguidas con Bandera Azul y con la Bandera Ecoplayas 2021, la primera atrae la salvaje belleza de su entorno, un paisaje de montañas, bosques y dunas que enmarca sus tres kilómetros y medio de arena; también sus aguas transparentes y los pináculos rocosos, piscinas naturales y pozas que aparecen cuando baja la marea. Rodeando un pequeño cabo espera la de Ris, otro largo arenal vigilado por una línea de peñas e islotes.
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