Munduk, Banyumala, Banyu Wana Amertha, Nungnung... En Bali hay numerosas cascadas para enlazar en una ruta, pero una de las más increíbles es Leke Leke, enclavada en la región de Tabanan, a menos de una hora de Ubud y en la carretera que se dirige a Bedugul. Una caminata fácil y llana, de unos 15 minutos, conduce, a través de algunas escaleras y puentes construidos con bambú, a este salto de agua, muy popular entre las excursiones de un día para la isla.
Tras pagar una pequeña entrada por acceder al selvático paraje en el que se encuentra –con restaurante y una pequeña tienda– solo queda disfrutar del impresionante chorro de agua, que cae en picado a una pequeña charca de poca profundidad e intenso color azul, que contrasta con la verde y frondosa vegetación que lo enmarca. Para contemplarla, para relajarnos, para darnos un baño o admirar la belleza de la madre naturaleza no hemos encontrado un mejor escondite.
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