Fue un idilio corto, pero intenso, el que mantuvo el actor de Hollywood con la más verde y fresca del archipiélago canario, convertida en set de rodaje para su nueva película. Acompañamos al sex symbol por los parajes de la Isla Bonita en los que dirigió y protagonizó ‘Cielo de Medianoche’, la última apuesta de Netflix.
Es una mezcla de drama post apocalíptico y aventura espacial. Una historia que habla de la catástrofe, la ciencia, la soledad. Cielo de Medianoche, la película dirigida y protagonizada por George Clooney, es la última apuesta de Netflix, estrenada hace apenas un mes tanto en la plataforma de streaming como en cines seleccionados.
Pero este filme de ciencia ficción, basado en la novela Good Morning, Midnight del escritor Lily Brooks-Dalton, es también el encuentro del astro de Hollywood con la isla canaria de La Palma, donde se rodaron algunas escenas. Un idilio breve e intenso en el que el actor dejó su huella allá donde recaló.
EL MEJOR CIELO DEL MUNDO
La elección de la más verde y fresca del archipiélago de las Afortunadas no fue para nada casual. Porque si La Palma tiene en su orografía caprichosa un don de la naturaleza, también esconde en sus cielos todo un privilegio: una calidad suprema que lo convierte en uno de los mejores puntos del planeta para observar el universo.
Este hecho se ajusta como un guante a la trama. Ambientada en un escenario de noches nítidas y estrellas infinitas, la cinta recoge la historia de un científico enfermo y solitario, quien, desde su base del Ártico, debe evitar el regreso de una nave espacial a la Tierra, arrasada por el cambio climático.
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EL ROQUE DE LOS MUCHACHOS… CON NIEVE
Con una atmósfera apocalíptica y glacial, el observatorio astrofísico del Roque de los Muchachos se convirtió, para la película, en el Barbeau Observatory del Círculo Polar. Allí, en el punto más alto de la isla (2400 metros sobre el nivel del mar), se filmaron los exteriores de esta base, por los que un George Clooney barbudo y demacrado deambula sin apenas fuerzas. Eso sí, la nieve tuvo que ser incorporada de manera digital.
Pese a ello, resulta reconocible la silueta de este centro emplazado al filo de la Caldera de Taburiente, el más importante del hemisferio norte y en el que descansa el conjunto más complejo de telescopios para el estudio del sistema planetario, del cosmos y de la galaxia. Ya lo decíamos: esta isla es toda ella un mirador estelar.
PAISAJES LUNARES
También aparecen en la película y también fueron filmados en La Palma. Concretamente en el Bosque de los Tilos, en cuyos barrancos insondables se oculta todo un universo a medio camino de lo prehistórico y lo fabuloso: helechos de tamaño descomunal, laurisilvas agarradas a rocas imposibles y cascadas de nubes que se escapan en dirección al mar.
Y para vistas, las que fueron capturadas en el mirador de Los Llanos del Jable, en El Paso, a 1200 metros de altitud. De día, con la inmensidad del valle de Aridane y el volcán de Montaña Quemada en primer término, el entorno es lo más parecido a la luna. De noche, el cielo estrellado permite observar las constelaciones de Pegaso, Casiopea y Andrómeda.
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SALINAS QUE PARECEN EL ÁRTICO
George Clooney también se dejó ver por Fuencaliente, en la punta meridional, allí donde la cordillera de Cumbre Vieja se funde con el Atlántico. Un lugar donde el viento sopla con fuerza y el paisaje muestra el contraste de los oscuros campos de lava que dejaron las erupciones y el azul añil del océano.
También exhibe el blanco de las salinas, uno de los puntos más visitados de La Palma, que recrea a la perfección el paisaje ártico. Más allá de su valor (la zona está declarada Espacio Natural de Interés Científico), nada puede ser más hermoso que el brillo de la sal bajo el impacto del sol y al calor de los faros nocturnos.
ALOJAMIENTO HISTÓRICO
Para el descanso, que no todo iba a ser trabajar, la elección fue el hotel La Hacienda de Abajo (hotelhaciendadeabajo.com), donde el actor se alojó junto a su mujer, Amal, y sus hijos, Ella y Alexander. Una antigua hacienda azucarera del siglo XVII, en el centro histórico de Tazacorte, a la que regresaba en helicóptero privado después de cada jornada de rodaje.
Aquí, en una inmensa suite a razón de 1000 € la noche, en un ambiente clásico con paredes de terracota, piezas de anticuarios y colecciones de arte, la familia Clooney fue testigo de impactantes puestas de sol, con la silueta de las palmeras recortadas sobre el mar eterno de la Isla Bonita.
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