El aroma a castañas asadas se hace fuerte en los meses de otoño en Sevilla. De sus naranjos ya no brota el azahar, su característico olor desapareció hace meses, y sin embargo los parques y jardines lucen más bellos que nunca. El sol, aunque cada vez más tímidamente, aún calienta y las calmadas aguas del Guadalquivir siguen su curso, regalando ese tipo de estampas que colman de un aura especial a la ciudad. Con unas calles inusualmente vacías de turismo, la capital hispalense se vive diferente, pero se vive. Es el momento de redescubrir sus encantos. La hora de volver a enamorarnos de ella.
VISITAR SUS MONUMENTOS… EN SOLITARIO
Recorrer las estancias y jardines del Real Alcázar (en la imagen) ha cobrado un sentido especial en los últimos meses, pues podemos hacerlo prácticamente sin compañía. El palacio en uso más antiguo de Europa, que recibió en 2019 más de dos millones de visitas, deslumbra más que nunca al recorrer, en un itinerario marcado de un solo sentido, sus rincones más alabados.
Pasear por el espectacular Patio de las Doncellas, donde el murmullo de sus fuentes invita a la contemplación sin prisas, fijarnos en los detalles del inigualable Salón de los Embajadores o descubrir los rincones más sorprendentes en sus jardines son parte del plan, mientras se conocen los vaivenes históricos que han marcado, a lo largo de más de diez siglos, el que es, sin duda, uno de los iconos arquitectónicos y monumentales de la ciudad. Para completar el plan, nada como visitar la vecina catedral de Sevilla —el templo gótico cristiano más grande del mundo— y el histórico Archivo de Indias. El conjunto de los tres edificios está declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco.
SUBIR AL MIRADOR MÁS ALTO DE ANDALUCÍA
Hace ya años que la popularmente conocida como Torre Pelli –oficialmente, Torre Sevilla (torre-sevilla.com)–, diseñada por el argentino César Pelli, lidera el skyline sevillano. Con sus 40 pisos y 180 metros de altura, pasó a ocupar el primer puesto del ranking de edificios más altos de Andalucía y rompió con la máxima popular que anunciaba que ninguna construcción podría superar en metros, jamás, a la Giralda. En él, además de oficinas, se alojan un elegante hotel, un centro comercial, la sede de Caixa Fórum Sevilla y un mirador, el Atalaya Torre Sevilla, desde el que contemplar las vistas más sorprendentes de toda la ciudad. Maravillarse con la espectacular panorámica en 360º mientras se disfruta de un cóctel en la alturas es, sin duda, un sugerente plan para hacer el próximo puente.
DISFRUTAR DEL ARTE
Las posibilidades son infinitas, desde el Museo de Bellas Artes, considerado la segunda pinacoteca más importante de España, o la Casa Fabiola-Donación Mariano Bellver, a espacios expositivos como Santa Clara así lo atestiguan. Precisamente en los bajos de la Torre Sevilla se encuentra Caixa Fórum Sevilla (caixaforum.es), que cuenta con una oferta cultural de lo más nutrida a lo largo de todo el año. En la actualidad, y hasta el 24 de enero de 2021, la fundación propone un viaje a la India de la mano de la fotógrafa Cristina García Rodero, que ha sabido retratar de manera magistral el esfuerzo e iniciativa de las mujeres de Anantapur por transformar de raíz a esta comunidad, una de las más deprimidas del país.
IR EN BUSCA DEL PASADO ALFARERO DE TRIANA
Parece un pueblo en sí mismo dentro de la capital hispalense gracias a su particular manera de sentir la vida. Al otro lado del río, esta singular barriada, cuna de flamencos, marineros y toreros, tuvo siempre sus raíces en el universo de la alfarería. Tanto es así, que la cerámica de Triana tiene una historia propia que contar. Para conocerla, nada mejor que acercarse hasta el Centro Cerámica Triana (Callao, 16), una antigua fábrica convertida en museo que representa el pasado y presente de esta hermosa tradición. Con un diseño arquitectónico de lo más vanguardista, en su interior se descubren dos de los hornos originales utilizados en la fábrica y se aprenden detalles sobre cómo las piezas eran cocidas o esmaltadas a base de pigmentos minerales.
SABOREAR LA GASTRONOMÍA QUE ESTÁ DE MODA
Más allá del mundo de las tapas y de la restauración más tradicional, Sevilla lleva años revindicando su posición en la cocina de vanguardia. Los restaurantes que apuestan por propuestas diferentes, en las que la calidad de la materia prima se halla en un mano a mano constante con las más sofisticadas elaboraciones, han proliferado hasta dar vida a locales como Meridional (en la imagen, meridional.es). La combinación de creatividad, minimalismo, intuición, honestidad y equilibrio, tanto en el plato como en su estética, y una carta de vinos que alcanza las 300 referencias, son las claves que convierten este original negocio en uno de los musts gastronómicos hispalenses.
Y del céntrico barrio de la Alfalfa, al del Porvenir, donde la chef Camila Ferraro demuestra a diario todas las razones por la que fue elegida Cocinera Revelación 2020 durante el pasado Madrid Fusión. Sobretablas (sobretablasrestaurante.com), su restaurante, cuenta en su carta con recetas tan sugerentes como los langostinos con chicharrones o el callo de atún encebollado, siempre prestados al maridaje perfecto gracias a Robert Tetas, su galardonado sumiller. Simplemente, para quitarse el sombrero.
PASEAR POR EL MONASTERIO DE LA CARTUJA
Toca cruzar de nuevo el río hasta la mal llamada Isla de la Cartuja –curiosamente, el Guadalquivir nunca llega a rodearla con sus aguas por completo– para dar un salto en el tiempo. Un viaje que nos lleva a la Sevilla del siglo XV, cuando los monjes cartujos fundaron el esplendoroso –y a veces olvidado– Monasterio de la Cartuja. Un paseo por sus jardines, donde aún quedan reminiscencias de aquellos tiempos pasados en los que hasta el mismísimo Colón pasó por aquí, permite conocer su huerta o espacios aún en pie como la iglesia, el claustro o las capillas.
Más allá de su legado histórico, el monasterio cuenta también con un lado cultural: el Centro Andaluz de Arte Contemporáneo (caac.es) se halla precisamente aquí, y ofrece una maravillosa colección permanente además de interesantísimas exposiciones temporales. Las altísimas chimeneas que aún se aprecian en sus patios recuerdan, además, otra faceta del pasado de este enigmático lugar: la de cuando sirvió de sede a la mítica fábrica de loza y porcelana china del Marqués de Pickman en el siglo XIX. Sus hornos continuaron funcionando hasta 1982.
SEGUIR LA RUTA DE LOS TORNOS DE SEVILLA
Ya que las fiestas navideñas acechan, y las despensas de los hogares comienzan a demandar el acopio de dulces tradicionales, ¿por qué no surtirlas de las exquisiteces elaboradas en los conventos de clausura sevillanos? Una original ruta por siete de ellos, repartidos por el centro de Sevilla, invita a contribuir, de esta original manera, con el trabajo realizado por las hermanas religiosas al calor de sus obradores y de manera totalmente artesana. Recetas con siglos de antigüedad que son joyas de la gastronomía hispalense, productos llenos de historia que son reflejo de las diferentes culturas que han pasado por la ciudad. Hasta 75 variedades de dulces que pueden comprarse en conventos como el de Madre de Dios, el de Santa María de Jesús o el de San Leandro. La mejor manera de comprobar que Sevilla tiene un sabor celestial.