© ShutterstockALTO TAJO (GUADALAJARA)
Molina de Aragón es la entrada principal a este parque natural que se extiende entre las provincias de Guadalajara y Cuenca, un singular paisaje de cañones y hoces fluviales y formaciones de rocas calizas y areniscas rojas. Si el mirador de Zaorejas es el más espectacular para contemplar este privilegiado entorno, entre las excursiones que no hay que perderse están el barranco de la Hoz y los entornos de pueblos gancheros como Peralejos de las Truchas o Poveda de la Sierra, donde podemos bañarnos o descender en piragua por las aguas del Tajo.
QUÉ VER EN LA ZONA:
El barranco de la Hoz, junto al santuario de la Virgen de la Hoz; la cascada de Poveda de la Sierra, la laguna de Taravilla, el puente de San Pedro y el mirador de Zaorejas.
© ShutterstockCABAÑEROS (TOLEDO Y CIUDAD REAL)
Por sus extensas llanuras de matorrales, sus acacias solitarias y sus atardeceres de fuego, el Parque Nacional de Cabañeros podría tener cierta semejanza con el Serengueti africano. Pero tienen sus diferencias. Incluido en los Montes de Toledo y a caballo entre las provincias de Toledo y Ciudad Real, el Serengueti manchego atesora uno de los bosques mediterráneos más valiosos de la península y es uno de los mejores lugares para asistir al espectáculo de la berrea en otoño.
QUÉ VER EN LA ZONA:
Centros de Visitantes de Horcajo de los Montes y Casa Palillos y el sendero del Boquerón del Estena, entre otros recorridos.
© ShutterstockTABLAS DE DAIMIEL (CIUDAD REAL)
Hace casi cincuenta años, este humedal de Ciudad Real se ganó su declaración como Parque Nacional y, años después, la de Reserva de la Biosfera por ser un ecosistema único en la meseta formado por las aguas de dos ríos de diferente naturaleza, uno de aguas salobres y otro de aguas dulces. Se disfruta siguiendo algunos de los tres itinerarios señalizados que lo recorren, caminando por las pasarelas de madera sobre el agua, deteniéndose en los observatorios de aves o llegando a zonas restringidas a bordo de vehículos todoterreno.
QUÉ HACER EN LA ZONA:
Visitas guiadas senderistas, en vehículo todoterreno, actividades de educación.
© ShutterstockNACIMIENTO DEL RÍO CUERVO (CUENCA)
Otro rincón de la serranía conquense para visitar es el lugar en el que afloran las aguas del río Cuervo, que nada más nacer forma una espectacular cascada tobácea. Para llegar hasta él hay que tomar en Vega de Codorno el sencillo sendero circular que permite aproximarse al cerro de San Felipe, donde manan.
QUÉ VER EN LA ZONA:
La cascada que forma el río Cuervo, los miradores de Las Majadas y el barranco de Poyatos.
© ShutterstockHAYEDO DE TEJERA NEGRA (GUADALAJARA)
Cantalojas es la puerta de acceso al hayedo más extenso del Sistema Central, un bosque único, conservado en un excepcional microclima y que forma parte de los hayedos primarios de los Cárpatos y otras regiones de Europa, declarados Patrimonio Mundial de la Unesco. Una carretera y luego una pista forestal llevan, después de 10 kilómetros, hasta su entrada, donde se aparca el coche y comienzan sus dos rutas principales, la del Robledal, de 17 kilómetros, y la más frecuentada senda de las Carretas, perfecta para hacerse una idea de lo que encierra este espacio protegido.
QUÉ HACER EN LA ZONA:
Visitar el centro de interpretación del hayedo, a 2 kilómetros de Cantalojas. Seguir la senda de las Carretas, un recorrido circular de 6 kilómetros.
© ShutterstockSERRANÍA DE CUENCA
Siguiendo el curso del Júcar desde la ciudad de Cuenca descubrimos a 23 kilómetros uno de los paisajes más singulares de la serranía, el Ventano del Diablo, una especie de cueva horadada en la roca enclavada en una impresionante hoz que permite contemplar cómo el río se abre paso por una angosta garganta. Cinco kilómetros más allá queda otro lugar imprescindible de la serranía, la Ciudad Encantada.
QUÉ VER EN LA ZONA:
El mirador del Ventano del Diablo, la Ciudad Encantada y el mirador de Uña.
© ShutterstockLAGUNAS DE RUIDERA
El más extenso de los grandes humedales de Castilla-La Mancha se extiende entre las provincias de Albacete y Ciudad Real, donde el río Guadiana aparece y desaparece, como por arte de magia, creando 15 lagunas dispuestas en cadena y unidas entre sí por arroyos, cascadas y conductos subterráneos. En la población de Ruidera arranca la pista de tierra que permite recorrer esa enorme grieta llamada Quebrada del Toro y contemplar las lagunas desde varios miradores.
QUÉ HACER EN LA ZONA:
En las lagunas se puede bucear, pero también hacer kayak, paddel surf y snorkel. También hacer espeleología en la Cueva de Montesinos. Más info en: lagunasderuidera.es
© ShutterstockCALAR DEL RÍO MUNDO (ALBACETE)
Varias veces al año, entre la sierra de Alcaraz y la sierra del Segura, se produce un fenómeno bellísimo: el «reventón» del río Mundo en su nacimiento, una brusca explosión de agua que cae libremente en forma de cascada un centenar de metros. Aunque no se coincida la visita con ese momento, el espectáculo de agua y piedra siempre es único. Es lo que todo el mundo llega buscando al Parque Natural de los Calares del río Mundo y de la Sima, en la provincia de Albacete, aunque el evocador paisaje kárstico de este entorno protegido ofrece muchas más posibilidades, que se pueden explorar solos o en compañía de alguna de las empresas especializadas en senderismo por la zona.
QUÉ VER EN LA ZONA:
La cascada del río Mundo y Riópar viejo.
© iStockBARRANCAS DE CASTREJÓN Y CALAÑA (TOLEDO)
A 26 kilómetros de Toledo hacia el sur, las aguas del Tajo reflejan, en el municipio de Burujón, un paisaje memorable: el de los acantilados arcillosos de cien metros de altura, moldeados por la erosión, que resguardan la orilla norte del embalse de Castrejón, ofreciendo un insólito cuadro de color rojo crepuscular.
QUÉ HACER EN LA ZONA:
Seguir la senda de las Barrancas, que se toma en el kilómetro 24 de la carretera que lleva a Talavera. Es una ruta circular de cinco kilómetros que permite recorrer en un par de horas este Gran Cañón del Colorado manchego, asomándose a dos miradores y un observatorio de aves.
© ShutterstockHOZ DEL RÍO JÚCAR (ALBACETE)
El Júcar a su paso por Albacete se vuelve sinuoso, forma meandros y fluye encajado entre cañones cuyas paredes llegan a superar los cien metros de altura. A este paisaje insólito de hoces y gargantas se asoman pueblos en lo alto, con casas colgadas, restos de castillos árabes y viviendas excavadas en la propia roca.
QUÉ VER EN LA ZONA:
La villa medieval de Jorquera, rodeada de murallas, y el bonito pueblo de Alcalá del Júcar, asentado en una ladera y coronado por un castillo.
