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© Getty ImagesMARAVILLAS DESDE MI PANTALLA / 23
La capital checa es una de las ciudades más bellas de Europa Central. Partida en dos por el río Moldava, atesora el mayor conjunto declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, con 900 hectáreas de callejuelas, plazas, iglesias, palacios, jardines y cúpulas repartidos en cinco barrios imprescindibles. Hradcany es la zona del castillo, que domina desde sus alturas toda esta ciudad con más de diez siglos a sus espaldas. Las callecitas del área barroca de Malá Strana están conectadas con la Ciudad Vieja o Storé Mesto a través del puente más antiguo y fotografiado de la ciudad, el Puente de Carlos (en la imagen). Luego está el antaño gueto judío de Josefov y la Ciudad Nueva o Nové Mesto que, a pesar de su nombre, es también muy vieja. Cinco barrios y una monumental plaza ambientada por sus terrazas y rodeada de algunos de sus edificios más señeros.
© ShutterstockSABÍAS QUE…
Carlos IV era muy supersticioso, por lo que puso la primera piedra del famoso puente que lleva su nombre a las 5.31 del 9 de julio de 1357, un momento concreto que según la astrología y la numerología era perfecto.
Los Rolling Stones pagaron el sistema de iluminación del Castillo de Praga (en la imagen) después de dar un concierto poco después de la Revolución de Terciopelo de 1989. El mítico grupo estaba tan enamorado del castillo que les daba pena que no pudiese ser admirado de noche.
Praga cuenta con un callejón regulado por un semáforo. Debido a su estrechez no caben dos personas a la vez, por lo que dispone de un pulsador en cada extremo para regular el paso de peatones.
© Getty ImagesIMPRESCINDIBLES
Recorrer los barrios históricos de Hradcany, Malá Strana, Storé Mesto, Josefov y Nové Mesto. Admirar el castillo (el más grande del mundo), el edificio del Ayuntamiento, la iglesia de Nuestra Señora de Tyn, la catedral de San Vito y la Torre del Reloj (en la imagen).
Cruzar el puente de Carlos y pedir un deseo, poniendo la mano izquierda sobre la representación de su martirio de la estatua de San Juan Nepomuceno, situada en el lugar desde donde fue arrojado al agua.
Visitar la biblioteca Clementina, una de las más bonitas del mundo que, en realidad, es un conjunto de edificios construidos como colegio jesuita en el siglo XVI. De visita obligada es, también, el cementerio judío y no por su belleza, que la tiene, sino por su historia. La tumba más antigua data de 1439 y la más moderna de 1787.
Disfrutar de una buena cerveza junto a locales en algunos de sus bares más conocidos como el U Fleju o U Kalicha.
© ShutterstockMUY PRÁCTICO
Para viajar a Praga solo es necesario tener el DNI en vigor. Existen vuelos directos desde Madrid desde 100 €.
El metro de Praga no cuenta con tornos para picar los billetes, por lo que, para evitar multas de sus revisores, que los hay, es fundamental validarlo en las máquinas amarillas que se encuentran antes de bajar a las vías.
La cerveza es la bebida por excelencia de la República Checa, por lo que no te puedes ir del país sin probar alguna de sus marcas locales, como la Pilsner Urquell. Además, para que te sirvan más hay que colocar el posavasos encima de la mesa y, en caso de no querer más, ponerlo encima de la jarra o el vaso.
VISITA VIRTUAL
Para ir haciéndote una idea de la belleza y grandiosidad de Praga puedes ir haciendo un tour virtual por su castillo hrad.cz/es/castillo-de-praga-para-los-visitantes/visita-virtual o disfrutar de sus museos, galerías y teatros a través de este enlace: czechtourism.com/sp/n/virtual-tours-gallery-museum-theatre/
