MARAVILLAS DESDE MI PANTALLA / 14
De la mente de un loco, el rey Luis II de Baviera, y de su inspiración en las óperas de Wagner, nació la idea de levantar el que es uno de los castillos más hermosos del mundo, Neuschwanstein, colgado en lo alto de un risco y rodeado de bosques, precipicios y lagos. Por eso, desde el mismo instante en el que se asciende el camino que conduce hasta la entrada de esta fortaleza a unos cuatro kilómetros de Füssen y a unas dos horas de Múnich es fácil sentirse como en un cuento de hadas.
Si espectacular es su emplazamiento, no lo es menos su interior, donde la obra de Wagner cobra fuerza en sus 200 habitaciones, algunas de ellas decoradas con escenas de Parsifal, Lohengrin o El Anillo de los Nibelungos.
SABÍAS QUE…
El que es uno de los lugares más visitados de toda Alemania –recibe casi un millón y medio de visitantes al año– sirvió de inspiración a Walt Disney para crear el castillo de la Bella Durmiente, uno de los mayores símbolos de Disneyland e icono de la productora. Además, aparece en la serie de dibujos animados Los caballeros del zodiaco.
Para la construcción de Neuschwanstein el rey exigió exclusivamente trabajadores y materiales bávaros, sin apenas importaciones.
Durante la II Guerra Mundial los nazis ocultaron en su interior obras de arte robadas en Francia y oro que habían confiscado a los judíos. Además, tenían orden de demolerlo si perdían la guerra, orden que afortunadamente no se respetó.
IMPRESCINDIBLES
Antes de entrar en el castillo, lo mejor es ir hasta el Marienbrücke, el puente de María, que salva un precipicio de vértigo en sus inmediaciones y regala las mejores vistas del mismo.
Pasear por los alrededores del castillo, o sumergirte en alguna de las rutas senderistas que parten desde aquí para apreciar la belleza del paraje en el que se enmarca.
La mejor panorámica del castillo se obtiene desde las alturas y puesto que no está permitido usar drones por la zona, lo mejor es subirse a un globo aerostático. Desde la empresa Bavaria Ballonfahrten (bavaria-ballon.de) podrás contratar tu viaje.
Muy próximo a Neuschwanstein queda el vecino Hohenschwangau, el castillo en el que Luis II vivió su infancia.
MUY PRÁCTICO
Para llegar hasta Neuschwanstein lo mejor es viajar a Múnich, la capital bávara conectada con numerosos aeropuertos españoles, y desde esta ir en tren. También se puede contratar una excursión guiada para ver tanto el castillo como los alrededores, como la que ofrece Civitatis (civitatis.com) desde 55 € por persona.
El precio de la entrada al castillo es de 13 €. Lo mejor para poder ver el castillo es llegar temprano, ya que se forman largas colas para coger las entradas.
VISITA VIRTUAL
Para aquellos que quieran ir viendo la magia que desprende este lugar, nada como una visita virtual en 360º como la que ofrece AirPano (airpano.com/360photo/Neuschwanstein-Germany-Virtual-Tour/).