JARDÍN DE KEUKENHOF
Cada primavera, este inmenso parque floral de la pequeña localidad holandesa de Lisse, a 40 minutos de Ámsterdam, acapara toda la atención de los amantes de las flores y las plantas. Y es que en él crecen en esta época siete millones de bulbos en flor. Jacintos, narcisos, orquídeas, cientos de variedades de tulipanes plantados a mano uno a uno, pero también obras de arte únicas, molinos antiguos, lagos, fuentes y pabellones van saliendo al paso en sus coloridos senderos y en los siete jardines de inspiración que acoge la que fuera finca del castillo de Teylingn, del siglo XV.
JARDINES DE BOBOLI, FLORENCIA
Detrás del palacio Pitti hay una sorpresa natural: los jardines más grandes de Florencia. Son 45.000 metros cuadrados donde revivir la historia de los Médicis, la familia que a mediados del siglo XVI residió en el palacio. Grutas, fuentes, pérgolas, un pequeño lago, cientos de estatuas de mármol y un antiguo anfiteatro presidido por un obelisco egipcio animan el paseo por ellos.
JARDINES DEL GENERALIFE
Los reyes nazaríes tenían en esta villa con jardines y agrícola fuera de las murallas de la Alhambra, en la ladera del cerro del Sol, su espacio de recreo cuando querían huir de la vida oficial de palacio. Entre sus pabellones, patios y jardines bajos y altos (el patio de la acequia, el de la Sultana, la escalera del Agua…) es fácil sentirse como un sultán.
JARDINES DE MONET EN GIVERNY, NORMANDÍA
La casa que Claude Monet alquiló en 1883 en este pequeño pueblo de la región francesa de Normandía y en la que trabajó el pintor hasta su muerte en 1926 es lugar de peregrinación de los apasionados al impresionismo (claude-monet-giverny.fr). Pero de lo que más se disfruta es de sus floridos jardines y estanques, siempre hermosos durante todas las estaciones del año. El más fotografiado es el Jardín d'Eau, adquirido en 1895, que fue transformado en el famoso estanque de nenúfares, inmortalizado tantas veces desde el puente japonés.
JARDINES DE VILLANDRY, VALLE DEL LOIRA
A los espléndidos jardines franceses que le rodean debe su fama el castillo de Vilandry, el último château renacentista del valle del Loira, inscrito como Patrimonio de la Humanidad (chateauvillandry.fr). En sus seis hectáreas, seis jardines que forman cada uno de ellos un lienzo vegetal enmarcado por sucesivas terrazas, con temáticas y diseños diferentes. Si el Huerto Decorativo simula un tablero de ajedrez multicolor que parece haber sido bordado, el Jardín Ornamental hace alusión a la música y al amor. En torno a sus jardines acuáticos, flores ornamentales y su gran avenida de vegetación crecen dalias, rosas, peonías, tulipanes y azucenas, pero también rosales silvestres, narcisos o azafranes.
JARDINES DE SCHÖNBRUNN, VIENA
El palacio de Schönbrunn es la viva imagen de esa Viena imperial de postal. Si en su interior hay que explorar los suntuosos aposentos reales buscando las huellas de la Emperatriz Isabel, que vivió aquí con sus hijos, su inmenso jardín cuajado de fuentes y caprichos invitan a un paseo a su alrededor.
JARDINES DE VERSALLES
Tres palacios, jardines y un gran parque forman el inmenso conjunto Patrimonio de la Humanidad del Palacio de Versalles, a 50 minutos de París, que fue sede de la Corte y del gobierno de Francia. A Luis XIV se debe la creación de estos jardines poco después de ser nombrado rey y a André Le Nôtre su diseño original, al que luego le fueron sucediendo distintas ampliaciones. La composición de sus distintos parterres, la maravilla óptica del Gran Canal, los bosquetes, los numerosos estanques, la Avenida real, los pabellones y esculturas son un delirio paisajístico digno de reyes.
JARDÍN BARBERINI DE CASTELGANDOLFO
Es fácil relajarse entre las maravillas naturales y botánicas del jardín de Villa Barberini, la residencia de verano de los papas. Abierta ahora al público, este lugar privilegiado a 24 kilómetros del Vaticano diseñado por el genial artista renacentista que le dio su nombre acoge, además de especies botánicas, importantes joyas arqueológicas.
JARDINES DE KEW, LONDRES
Más de 60.000 tipos de plantas vivas y más de siete millones de especímenes de plantas conservadas acogen los Kew Gardens, unos de los únicos jardines botánicos del mundo declarados Patrimonio de la Humanidad. Junto al enorme y conocido parque de Richmond, al suroeste de Londres, posee una de las mayores colecciones de bambú del Reino Unido, un arboretum, un gran lago, una pagoda, jardines japoneses, el palacio Kew, la casa de verano del rey Jorge III y un icónico invernadero victoriano (Palm House) con el clima de la selva tropical.
JARDÍN BOTÁNICO DE MADEIRA
Esta isla portuguesa es una explosión de naturaleza en medio del Atlántico y un buen lugar para disfrutarla es en este jardín botánico situado en la Quinta do Bom Sucesso, a tres kilómetros de Funchal, la capital madeirense, al que se llega en teleférico. En sus 35.000 metros cuadrados, árboles autóctonos –especialmente la laurisilva–, plantas tropicales, medicinales, un jardín de árboles, otro de camelias portuguesas… y hasta un parque que reúne alguna de las más raras y exóticas aves.