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canal castilla© Francisco M. Martín

Palencia de norte a sur, a pie, en bici y ¡hasta navegando!

En un principio fue un sueño. Después, un proyecto de locos. Más tarde una obra faraónica construida a pico y pala durante casi cien años. Ahora, además de seguir llevando agua a campos y poblaciones, el Canal de Castilla brinda una magnífica oportunidad para recorrer la provincia de Palencia.


Por: JAVIER PRIETO
Actualizado 9 de marzo de 2020 - 17:41 CET

Con sus 207 kilómetros navegables, que discurren en su mayor parte por las provincias de Palencia y Valladolid con una breve incursión en la de Burgos, el Canal de Castilla es una de las obras de ingeniería hidráulica más importantes del siglo XVIII.

Lejos, muy lejos, de sus momentos de mayor esplendor como corredor por el que las barcazas subían y bajaban tiradas por mulas desde las orillas, el Canal de Castilla se aparece hoy en el paisaje de la meseta como una irresistible oportunidad para la aventura. Los mismos caminos de sirga por los que se esforzaban las mulas sirven hoy para recorrerlo en su totalidad, de una punta a las otras dos. A pie, en bicicleta o a caballo, no deja de ser un largo y apetecible pasillo verde, bien sombreado en una gran parte de su recorrido y lleno de rincones con los que alimentar la imaginación.

rutas-caballo© Javier Prieto Gallego
Ruta a caballo por el Canal de Castilla a su paso por Becerril de Capos.

Claro que desde donde mejor se percibe el auténtico sentido de toda esta obra es desde dentro, en los ratos de navegación que proporcionan cada uno de los tres barcos que surcan sus aguas. Alguno de ellos, dependiendo del tramo y el trayecto, permiten incluso vivir la experiencia de ver cómo las esclusas suben y bajan los barcos llevándolos en volandas hasta el siguiente nivel.

ALAR DEL REY, HERRERA DE PISUERGA Y FRÓMISTA

Quien quiera recorrerlo a su paso por la provincia de Palencia tiene que, arrancar, como sus aguas, de Alar del Rey. Allí las toma del río Pisuerga y allí se localiza la dársena desde la que las mercancías seguían su viaje en carretas o en tren hacia Santander. Imprescindible, un vistazo a las bodegas del lado izquierdo, de las que se dice que fueron utilizadas como mazmorras.

La aventura de acompañar hacia el sur las aguas del canal no tiene por qué implicar viajar solo pegado a sus orillas. Debería haber tiempo y oportunidad para conocer las poblaciones entre las que discurre, como Herrera de Pisuerga o Frómista, que queda en la memoria de muchos de los peregrinos que realizan el Camino de Santiago como el lugar mágico en el que se cruzan un camino de aguas, el canal, y otro de estrellas, el que siguen ellos hacia Santiago. Aquí es universalmente conocida su iglesia románica de San Martín. También hay que acercarse hasta la iglesia de San Pedro y su museo de arte sacro, o disfrutar del espectáculo multimedia Vestigia (689 031 605), que se proyecta en la iglesia de Santa María del Castillo.

san-martin-fromista© Francisco M. Martín
Las tres naves de San Martín de Frómista, referente del románico palentino e hito imprescindible del Camino Jacobeo están rematadas por ábsides.
iglesia-san-martin© Gonzalo Azumendi
Interior de la iglesia de San Martín de Frómista, uno de los principales prototipos de románico europeo.

CALAHORRA DE RIBAS, BECERRIL DE CAMPOS Y DUEÑAS

Más al sur, Calahorra de Ribas es uno de los lugares emblemáticos del canal. No solo porque ahí finalice el Ramal Norte, también fue el punto concreto en el que dieron comienzo sus obras el 16 de julio de 1753. Posee, por esa razón, su conjunto de esclusas más antiguas.

calahorra-ribas© agefotostock
La triple esclusa de Calahorra de Ribas de Campos conforma una de las estampas más bellas de toda esta obra de ingeniería hidráulica.

Algo más abajo, en el Serrón, se tendrá que escoger entre seguir por el ramal de Campos o el del Sur, que nace ahí. El primero con paradas imprescindibles en Villaumbrales; Becerril de Campos; Sahagún el Real, a un paso de Paredes de Nava, o las esclusas y fábrica de Abarca. Los últimos kilómetros del viaje discurren por la provincia de Valladolid hasta finalizar en la dársena de Medina de Rioseco.

El segundo regala un par de paradas de alto voltaje patrimonial, como la propia capital palentina o la localidad de Dueñas, antes de alcanzar su final en Valladolid, donde las aguas son devueltas de nuevo al curso del río del que fueron tomadas muchos muchos kilómetros más al norte. En Dueñas, la iglesia de Santa María de la Asunción posee un admirable retablo mayor, obra magistral del siglo XVI y otros tesoros como la sepultura de los Buendía y los Enríquez o el magnífico Ecce Homo del Museo Parroquial.

NO DEJES DE…

Visitar en Villaumbrales el Museo del Canal de Castilla (canaldecastilla.org), ubicado en La Casa del Rey, un edificio noble del XVIII con una zona verde al pie del canal, donde se conservan los restos de los astilleros que permitieron la construcción y reparación de las 400 barcas que llegaron a surcar sus aguas. A través de medios audiovisuales, interactivos y expositivos, su interior ofrece un recorrido histórico para entender la esencia de esta obra de ingeniería hidráulica, como una gran maqueta que permite ver a vista de pájaro los trazados de los tres ramales y una recreación de un embarcadero fluvial.

villaumbrales
El Canal de Castilla se puede recorrer también en barco.

GUÍA PRÁCTICA

Dónde dormir

En Aguilar de Campoo está la Posada Santa María la Real (posadasantamarialareal.com) Se ubica en el viejo monasterio premostratense de Aguilar de Campoo de quien ha heredado, además de su estructura, los materiales tradicionales en estos edificios: piedra, madera de roble, ladrillo y el adobe. Moderno y con mucho encanto es Doña Mayor (hoteldonamayor.com) un hotel de Frómista situado a pocos metros de donde el Canal de Castilla y el Camino de Santiago se cruzan. Habitaciones con decoración temática exclusiva.

Dónde comer

En Frómista está la Hostelería de los palmeros (hosteriadelospalmeros.com) Ubicado en un antiguo hospital de peregrinos, ofrece cocina tradicional con productos de la huerta palentina, lechazos, pichones y perdices. Si se hace parada en Palencia imprescindible es ir a comer a Casa Lucio (lucioasadorgastrobar.com/es) Local moderno y céntrico famoso por la variedad y calidad de sus tapas y raciones. Cocina tradicional. Entre las recomendaciones, menestra o riñones a la plancha.