ARCO TRIUNFAL
Medinaceli atesora valiosos restos de cuando era la Occilis romana, empezando por su famoso arco triunfal, el único de España con tres vanos y que, tiempo atrás, servía como acceso a la ciudad que conectaba, en época romana, Emerita Augusta con Caesar Augusta. Pero, para sacarle todo el sabor al milhojas de civilizaciones que es Medinaceli se debe pasar por el Aula Arqueológica.
MURALLAS Y CASTILLO
De cuando era Medina-Occilis, la capital de la Marca Media musulmana también conserva restos como las murallas o el castillo, hoy cementerio municipal. En uno de sus cerros, nadie sabe cuál, fue enterrado Almanzor después de perder su tambor.
PASADIZOS Y BLASONES
Medinaceli es un laberinto de pasadizos, rejas y blasones del siglo XVI. Aquella centuria fue la edad de oro de Medinaceli, recién elevada, por merced de los Reyes Católicos, al rango de villa ducal.
PLAZA MAYOR
Digna de un duque es la vecina plaza Mayor, enorme y con soportales, al más puro estilo castellano. A un lado, el elegante edificio de la alhóndiga. Enfrente, el aula arqueológica. Y, en el flanco oriental, el palacio Ducal.
AMBRONA
A 12 kilómetros de Medinaceli está el yacimiento arqueopaleontológico de Ambrona, el más relevante del Paleolítico Inferior en la península Ibérica, donde pueden verse huesos de grandes elefantes y otros mamíferos de hace 300.000 años, así como una importante muestra de industria lítica de tipo achelense. Los protagonistas del espacio son los restos de varios ejemplares de Palaeoloxodon antiquus, una especie de elefante de colmillos rectos y enorme tamaño -4,5 metros de alzada y cinco toneladas-, que convivía con nuestros ancestros en los bosques y lagunas de esta hoy solitaria y pelada esquina de Soria.
PALACIO DUCAL
El Palacio Ducal, de estilo renacentista, empezó a construirse en 1625 sobre planos de Juan Gómez de Mora, sobrino de Francisco de Mora, con el que había trabajado en el Palacio Ducal de Lerma y con el que tiene un notable parecido. Sus salas albergan diversos mosaicos romanos, como el encontrado en la plaza mayor, del siglo IV, con la Diosa Ceres como tema central, y exposiciones temporales de arte contemporáneo.