UNA JOYA GÓTICA
Una maravilla en todos los sentidos, con sus pináculos, sus gárgolas, sus dos torres, su rosetón y, sobre todo sus vidrieras. En total 1.800 metros cuadrados de cristal policromado que, al estilo de las catedrales francesas de Chartes, Reims o Amiens, obligan a elevar la mirada hacia estas ventanas translúcidas y cambiantes y otorgan un ambiente poderoso y místico al monumento.
DE TAPAS POR EL BARRIO HÚMEDO
A dos pasos de la Plaza Mayor, está la de San Martín, que en su día fue el corazón de la judería y hoy lo es de este barrio formado por un revoltijo de calles angostas y sombrías bautizado con retranca en honor a la alta densidad de tascas, tabernas y bares que salpican cada milímetro de acera y donde se consume, sobre todo, el vino clarete de Valdevimbre. Sin salir de la misma plaza, aunque la ruta del tapeo se extienda también a sus calles aledañas –entre la calle Ancha, la Ría y Caño Badillo y Las Cercas–, La Bicha, El Rebote, Embutidos Entrepeñas o El Calecho son buenos sitios para ir de tapas, que aquí se sirven por cortesía.
CASA BOTINES
En el casco antiguo, la nota modernista la pone esta casa que el genial Antoni Gaudí integró en el entorno de la ciudad medieval por encargo de una familia relacionada con la industria textil. La visita a su interior descubre un espacio expositivo dedicado en buena parte al arquitecto catalán y a su época que, frente al edificio, contempla desde un banco, su obra (casabotines.es).
LA CAPILLA SIXTINA DEL ROMÁNICO
Una verdadera Capilla Sixtina del Románico esconde el Panteón de los Reyes de la basílica de San Isidoro de León. Un espacio maravilloso decorado con capiteles cargados de simbolismo y pinturas al fresco en el que se enterraron nada menos que 11 reyes y 12 reinas, además de un buen número de infantes y nobles. La Anunciación, la Santa Cena, la Crucifixión o el Apocalipsis de San Juan son alguna de las escenas magníficamente conservadas en el mismo lugar para el que fueron creadas (museosanisidorodeleon.com).
PLAZA MAYOR
Cuadrada y porticada, tiene el porte y dignidad de las tradicionales plazas mayores castellanas y la preside el bello palacio del ayuntamiento. Pero hay que verla los días de mercado (miércoles y sábado), cuando se convierte en un expositor al aire libre de los mejores productos del campo leonés: los puerros de Sahagún, los quesos de Valdeleón, los botillos del Bierzo…
TRES MIL VIDRIOS DE COLORES
La vidriera polícroma que envuelve el Museo de Arte Contemporáneo de León (MUSAC) reactualiza las de la imponente catedral de la ciudad. Hoy, como ayer lo hicieron ellas, sus tres mil vidrios de colores siguen asombrando a quien se acerca a contemplarlos. Una vez cruzado el umbral, en su interior se contemplan exposiciones temporales de los artistas contemporáneos más importantes (musac.es).
A LA MESA CON ESTRELLA
En León hay un tiempo para el tapeo y otro para sentarse a la mesa y disfrutar con calma. Así tiene que ser en Cocinandos (cocinandos.com), donde la pareja de chefs formada por Yolanda León y Juanjo Pérez han conseguido gracias a su apuesta gastronómica una estrella Michelin. Lo mejor es que se puede degustar por 51 € en su menú semanal único de 8 platos o 90 € si se opta por el de 15 platos. Todo ello comprando al mejor precio los productos de temporada. También estrellado el restaurante Pablo, desde el que Juanjo Losada y Yolanda Rojo, chef y jefa de sala, apuestan por la renovación de la cocina tradicional leonesa sin perder de vista los orígenes. Sus menús, en la misma escala de precios: 8 pases: 55 €; 12 pases: 75 €; maridaje: 25-38 €.
LA PLAZA MÁS EVOCADORA
Entre el dédalo de calles llenas de encanto de la ciudad, más o menos bulliciosas o sosegadas según la hora, gusta encontrarse con la plaza de Santa María del Camino, la que da nombre la iglesia que se encuentra en ella, aunque todo el mundo la conoce como la plaza del Grano, ya en su característico empedrado medieval se vendía antaño el cereal de los agricultores del entorno. Este irregular espacio y parcialmente porticado es uno de los rincones más evocadores de la ciudad.
EL DESCANSO MÁS EXQUISITO
Si no se está alojado en el exquisito parador que acoge en su interior el Hostal San Marcos, que recibe con la misma hospitalidad que antaño a los peregrinos que hacen el Camino de Santiago, al menos queda el consuelo de contemplar la hermosa fachada plateresca de este edificio que pasa por ser uno de los monumentos más importantes del Renacimiento español, pero también su iglesia de estilo gótico. Una joya también, el claustro y las obras de arte que guarda en su interior.