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A las 12 de la noche, el reloj de la Puerta del Sol de Madrid volverá a acaparar todas las miradas al dar paso al nuevo año, y cientos de personas lo van a celebrar junto a él con uvas y champán. Pero en el mundo hay muchos otros relojes que den o no las campanadas se han convertido en un símbolo. Y te los queremos descubrir.

RELOJ DE LA PUERTA DEL SOL DE MADRID

El reloj más famoso de España se aloja en el torreón con templete que corona la Casa de Correos de la Puerta del Sol madrileña y es protagonista absoluto de las noches de fin de año, sobre todo desde 1962, cuando empezaron a retrasmitirse las campanadas por televisión. Pero ahí lleva desde hace más de siglo y medio, cuando fue inaugurado por la reina Isabel II el día de su cumpleaños, y a él volveremos a mirar un año más como emblemático testigo del tiempo.

 

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RELOJ ASTRONÓMICO DE PRAGA

Son sus fachadas burguesas en tonos pastel, su iglesia de Tyn, pero, sobre todo, la torre del Ayuntamiento lo que todo el mundo llega buscando a la plaza principal de la Ciudad Vieja de Praga. Y es que en una de sus paredes se sitúa el reloj astronómico más famoso de Europa y el más antiguo de este tipo. Su cuadrante astronómico, que representa las posiciones del sol y la luna, el desfile de los Ápóstoles cuando el reloj da las horas y los medallones con esculturas que representan los meses del año hacen de él una joya medieval.

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EL RELOJ DE LA ZYTGLOGGE DE BERNA

Tras su impronunciable nombre, la Torre del Reloj,  que fue una puerta de la ciudad en otra época, es una de las mayores atracciones del casco histórico de la capital suiza, y no solo porque desde dentro se descubre el mecanismo de su reloj y se disfruta de una vista espectacular desde sus alturas, sobre todo, porque cada hora los más curiosos se sitúan frente a ella para observar el espectáculo que regala: un desfile de figuras entre las que se encuentran osos, un bufón, una gallo dorado y Chronos, el dios del tiempo.

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CARRILLÓN DE MARIENPLATZ, MÚNICH

Por muchas veces que se haya cruzado al día la gran Marienplatz de Múnich, su plaza principal, cuando suena la música resulta irremediable fijar la mirada en el neogótico edificio del Nuevo Ayuntamiento, pues es el momento en el que carrillón que se aloja en él empieza a funcionar y varios grupos de figuras de tamaño real empiezan a bailar recordando varios hechos históricos de la ciudad.

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EL RELOJ DE LA PLAZA DE SAN MARCOS, VENECIA

A un lado de la basílica de San Marcos, la torre dell’Orologio fue construida en Venecia para alardear, pero también para servir de ayuda a los marineros del Gran Canal que se iban de viaje. Es en ella donde se encuentra el reloj más importante de la ciudad, una obra de ingeniera del siglo XV compuesta por varias esferas concéntricas que representan los números romanos, los signos del zodiaco y las fases de la luna y el sol. Sobre él se sitúa una escultura de la Virgen con el Niño. En fechas determinadas, hacen su aparición los Reyes Magos y un ángel con trompeta.

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BIG BEN DE LONDRES

No es uno, sino cuatro los enormes relojes que marcan la hora desde la torre Elisabeth del Parlamento británico, regalando una de las imágenes más fotografiadas de Londres. Tras dos años silenciado por restauración y con puntualidad inglesa, como no podía ser menos, el conocido como Big Ben, que en realidad es una enorme campana de 14 toneladas que se encuentra en el interior, volverá a sonar la noche de Año Nuevo para recibir el 2020.

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EL RELOJ DE LA MECA

Fue con motivo del Ramadán, el mes más sagrado del calendario musulmán, cuando empezó a funcionar en La Meca (Arabia Saudí) hace nueve años, el reloj más grande del mundo. Y es que son 43 metros de diámetro lo que tienen sus esferas decoradas con piezas de mosaico de cristal de colores, una en cada cara del rascacielos en el que se ubica, frente a la Gran Mezquita y formando parte del complejo Abraj Al Bait. A más de 400 metros del suelo, la hora se alcanza a ver a 25 kilómetros de distancia. No hacen falta gafas, porque además sus 21000 lámparas verdes y blancas parpadean para avisar de las cinco oraciones al día.

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EL RELOJ DE LA QUINTA AVENIDA DE NUEVA YORK

Son algo más de siete kilómetros y en ellos caben desde la quintaesencia del lujo a una barbaridad de museos de primera, descomunales librerías, hoteles emblemáticos y todo lo que uno pueda imaginar, como un reloj, en el número 200, que, inscrito en el Registro Nacional de Lugares Históricos de Nueva York, lleva desde 1909 recordando el paso del tiempo desde su clásica columna dorada.

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EL RELOJ DEL KREMLIN

La torre Spásskaya (o del Salvador), junto a la Plaza Roja, fue la primera de las muchas torres coronadas del Kremlin, la más bella y esbelta (alcanza los 70 metros de altura), la puerta «santa» y, además, la elegida para instalar a mediados del siglo XIX el reloj que marcaría, hasta hoy, la hora oficial de Moscú. Su mecanismo lo forman diez campanas que hacen sonar los cuartos de más de 300 kilos de peso y una que toca las horas, que supera los 2000, además de un carrillón.

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