Vilna, Luxemburgo, Turín, Liverpool… estas ciudades europeas demuestran que existe vida más allá de las capitales, ciudades imprescindibles en las que disfrutar de una escapada redonda, como el año que empieza.
Hamburgo (Alemania)
La capital marítima de Alemania es una de las urbes más innovadoras de Europa, por arquitectura, cultura y vida social. Situado en la plaza de Rathausplatz está el ayuntamiento de estilo renacentista, el más grande de Alemania y la primera visita obligatoria de la ciudad. Los amantes de la música no pueden dejar pasar la oportunidad de visitar la filarmónica del Elba, una de las obras arquitectónicas más modernas de su skyline. El muelle flotante del Landungsbrücken, el puerto, el Speicherstadt –el barrio de almacenes mas grande del mundo–, el museo Miniatur-Wunderland, la iglesia de San Miguel y el Barrio de St. Pauli completan la ruta por esta mágica ciudad.
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Gotemburgo (Suecia)
Esta pequeña joya sueca nada tiene que envidiar a la capital. Moderna, amable y con un aire bohemio-chic que encandila desde el minuto cero, así es Gotemburgo. En un paseo por esta ciudad no te puedes perder el barrio de Haga, zona que alberga numerosas tiendas de artesanía local, el puerto –el más grande de toda Escandinavia y lugar que acoge el Feskekörka, un mercado de 1874 en el que comprar pescado y marisco fresco del día, el jardín botánico –el más grande de Suecia con más de 6.000 plantas distintas– y la fortaleza de Skansen Kronan, actualmente convertida en restaurante y cuyas vistas, además de sus platos típicos, son una delicia.
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Luxemburgo (Luxemburgo)
Es uno de los países más pequeños de Europa, pero también uno de lo más prósperos, ya que es la tercera nación más rica del mundo. Admirar los restos de la fortaleza, que se extienden más allá de la ciudad y que es Patrimonio de la Humanidad, pasear por los 17 de los 23 kilómetros de túneles excavados en la piedra que conectaban la fortificación, asomarse al Chemin de la Corniche, considerado el balcón más bello de Europa, visitar la catedral y el Palacio Ducal, detenerse ante el impresionante edificio de la Filarmónica de Luxemburgo y comer en alguno de sus muchos restaurantes con estrella Michelin son algunos de los planes que puedes preparar para tu próximo viaje.
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Liverpool (Reino Unido)
Esta ciudad, cosmopolita donde las haya, celebra en 2020 uno de sus efemérides más populares entre los amantes de la música: 50 años desde que se separaron los Beatles. Además, también se rinde homenaje a John Lennon, quien fue asesinado hace 40 años, por lo que acogerán diferentes eventos y conciertos a lo largo de todo el año.
Albert Rock, declarado Patrimonio de la Humanidad por albergar la mayor colección de edificios históricos y artísticos del Reino Unido, la catedral metropolitana de Liverpool, The Cavern, pub convertido en un lugar de peregrinaje de los fans de la banda británica, Sefton Park –el pulmón verde de Liverpool y uno de los parques históricos de Inglaterra– y el World Museum son algunos de sus imprescindibles.
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Nantes (Francia)
Ubicada a orillas del Loira, en la región de la Alta Bretaña, está Nantes, una joya francesa que nada tiene que envidiar a la capital. Perfecta para una escapada de fin de semana, esta ciudad ofrece numerosos atractivos. Desde la famosa Isla de las máquinas, con su espectacular elefante mecánico y el carrusel de los mundos marinos, pasando por el Castillo de los Duques de Nantes, la catedral y el Jardín de las plantas, hasta el Museo de Julio Verne.
Con Iberia Express (iberiaexpress.com) podrás volar Madrid – Nantes desde 44 € en vuelo directo, apenas 1h 35m.
Turín (Italia)
Ha sido calificada como la segunda mejor ciudad de Europa para ir de compras, y para hacerse con las mejores prendas hay que perderse por Via Roma, Piazza San Carlo y Via Giuseppe Garibalid. Y tras un día de compras, nada como recorrer la ciudad. El Palacio Real de Turín, el Museo Egipcio, el Palacio Carignano, la Mole Antonelliana, con su espectacular mirador y su museo del cine, la catedral de Turín –edificio que alberga la Sábana Santa– y la iglesia de los Capuchinos, punto desde el que disfrutar de unas de las mejores vistas, son algunas de las paradas que debes hacer.
Vuelos directos con compañías como Iberia (iberia.com) desde 99 €.
Vilna (Lituania)
La capital de Lituania es pequeña pero encantadora. Aquí se viene a recorrer su casco antiguo, declarado Patrimonio de la Humanidad, a degustar su exquisita gastronomía, a visitar la catedral basílica de San Estanislao y San Ladislao, a respirar el ambiente universitario de sus calles y bares, a descubrir el Museo de la KGB –el más visitado de la ciudad–, a admirar las vistas de la ciudad que ofrece el castillo de Gediminas y a pasear por el jardín de los Bernardinos. Mención aparte merece Uzupis, un barrio de artistas que se ha declarado como una república simbólica.
Ryanair ofrece vuelos directos Madrid – Vilna a partir del mes de abril dos veces en semana desde 55 €.
Belfast (Irlanda del Norte)
La capital de Irlanda de Norte ha pasado de ser una capital industrial a una urbe de lo más moderna y jovial. Prueba de ello es el barrio de Cathedral Quarter, repleto de pubs, restaurantes y galerías en los que disfrutar de una pinta, o varias, y de música en directo. Además, los amantes del cine y las series encontrarán en Belfast un gran atractivo ya que al este del río Lagan está el Titanic Quarter, lugar que alberga los antiguos astilleros donde se construyó el legendario trasatlántico, además del museo Titanic Belfast, un centro interactivo para conocer todo sobre el que fue, en su época, el barco más grande y lujoso de la historia. Por otro lado, la ciudad también ha acogido el rodaje de numerosas escenas de la exitosa serie de Juego de Tronos y en el museo Ulster podrás admirar un tapiz bordado a mano de más de 70 metros que narra la historia de todas las temporadas. Comprar alguna antigüedad en el St. George Market, admirar el Albert Memorial Clock –torre gótica de 40 metros de alto–, visitar el ayuntamiento, una impresionante construcción neobarroca de 1906.
Para llegar a Belfast tendrás que ir a Dublín (vuelos desde 50 € con compañías como Ryanair) y de ahí coger un tren hasta Belfast.