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ALCÚDIA (MALLORCA)

Recorrer la localidad que da nombre a la bahía de Alcúdia es como hacer un viaje por la historia. Porque caminando por sus calles y su muralla, que tiene un perímetro de 1,5 km y una altura media de 6 metros, uno entiende lo que ha sido desde siempre este fortín del Mediterráneo tan deseado por los distintos pueblos que pasaron por él. Hay que patear sus callejuelas, admirar sus casals o casas señoriales y entrar en la iglesia de Sant Jaume. Fuera de las murallas están las ruinas de la ciudad romana de Pollentia, que conserva el anfiteatro excavado en la roca.

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ATIENZA (GUADALAJARA)

Con un buen catálogo de arte y en lo alto un castillo, como las villas importantes, Atienza es un pueblo muy bonito para desvelar sin prisas. Tiene dos grandes plazas, la de España y, unida a esta por el arco de Arrebatacapas, la bonita plaza del Trigo, con sus casas de arquitectura tradicional con soportales y la iglesia de San Juan. Para entretenerse están también sus elegantes viviendas blasonadas, sus restos de muralla y sus iglesias románicas, algunas de ellas convertidas en museos.

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BETANCURIA (FUERTEVENTURA)

Con sus casas blancas, su bonita iglesia, su antiguo ayuntamiento y sus calles con historia a las que se asoman balcones de madera, Betancuria es el típico pueblo canario con encanto. Pero este, además, perdido entre montañas y con el honor de haber sido la primera capital de Fuerteventura.

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CASTRILLO DE LOS POLVAZARES (LEÓN)

A cuatro kilómetros de Astorga, este bonito pueblo de la comarca de la Maragatería es conjunto histórico y atrae por sus calles y casas arrieras de intenso color rojo que cruzan los que recorren a pie por este tramo del Camino de Santiago, pero también por su cocido maragato, el más genuino de sus platos autóctonos.

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TEGUISE (LANZAROTE)

Un paso por Teguise permite hacerse a la idea de cómo era la vida en la isla durante los primeros tiempos de presencia colonial. La que fuera antigua capital de Lanzarote hasta 1847, cuando pasó el testigo a Arrecife, conserva un notable conjunto de edificaciones, entre las que destacan el castillo de Santa Bárbara, ahora convertido en Museo de la Piratería; el Palacio Spínola; la antigua iglesia de Guadalupe y el convento de San Francisco. Los domingos la atracción es su mercadillo, uno de los más grandes de Canarias.

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MOGROVEJO (CANTABRIA)

A 12 kilómetros de Potes en dirección a Fuente Dé y rodeada de altas cumbres, la pequeña aldea de Mogrovejo merece una parada para admirar su hermoso conjunto de casonas de los siglos XVII y XVIII, a mitad de camino entre lo rural y lo señorial, y en entre las que sobresale una torre medieval.

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MONTEAGUDO DE LAS VICARÍAS (SORIA)

A este bonito y pequeño pueblo soriano junto al embalse de Monteaguado se viene a ver aves, pues más de la mitad de su territorio está declarada Zona de Especial Protección de Aves, pero además a conocer su patrimonio monumental, pues aunque pequeño posee castillo, restos de su muralla medieval, ruinas celtibéricas, una iglesia gótica y varias ermitas.

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OLIVENZA (BADAJOZ)

Azulejos y columnas entorchadas, características del estilo manuelino, adornan esta villa que fue portuguesa hasta principios del siglo XIX. Es una de las perlas de la frontera pacense, tierra de eterna disputa y trasiego, pero también de mestizaje bueno. Y destino obligado para los amantes del dulce, porque aquí se inventó la Técula Mécula, uno de los postres más típicos de Extremadura.

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PASTRANA (GUADALAJARA)

Esta villa ducal de calles medievales tiene una historia abrumadora con dos protagonistas principales: la princesa de Éboli y Santa Teresa de Jesús. Así que aquí se impone seguir su rastro. En su plaza de la Hora se levanta el palacio Ducal, donde permaneció encerrada hasta su muerte la princesa. Después hay que pasar por el convento del Carmen –fundado por la Santa abulense–, el de San Francisco y la plaza de los Cuatro Caños, antes de llegar a la colegiata de Nuestra Señora de la Asunción para contemplar su colección de tapices flamencos, que por algo la llaman la «Capilla Sixtina» de Pastrana.

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CASTELLAR DE LA FRONTERA (CÁDIZ)

La fortaleza que rodea este pueblo gaditano erigido sobre un promontorio rocoso que ya forma parte de los más bonitos de España tiene en su castillo no solo su icono monumental también en su mejor mirador del valioso entorno que lo rodea: el Parque Natural de los Alcornocales, la bahía de Algeciras, Gibraltar y la costa africana. Para pasear están sus callejuelas sinuosas y empedradas, con sus muros encalados de los que cuelgan floridas macetas, iglesias, conventos y La Almoraima, la última selva mediterránea.

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POLLENÇA (MALLORCA)

Pollença es un pueblo muy coqueto situado al norte de Mallorca que gusta mucho a los aficionados a las actividades acuáticas. Además del puente romano o el Puig de Pollensa –en cuya cima se haya un monasterio- destaca la plaza Mayor, escenario de uno de los mercados más atractivos, que se celebra cada domingo, y la iglesia parroquial del siglo XVII.

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PONTE MACEIRA (A CORUÑA)

De Santiago parte un camino jacobeo que conduce a Fisterra, donde el Apóstol, según la leyenda, también anduvo. En él se encuentra este pueblecito de cuento medieval cuyo puente de cinco arcos que cruza el río Tambre tiene su leyenda. A su alrededor hay un pulcro conjunto arquitectónico formado por la capilla de San Brais, el pazo de Baladrón, dos pequeños molinos hórreos, palomares y viviendas cuidadosamente restauradas.

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ROBLEDILLO DE GATA (CÁCERES)

Antes de que formara parte de la red de los pueblos más bonitos de España, Robledillo ya era uno de los más bonitos de la sierra de Gata, construido en su totalidad en pizarra, madera y adobe. Por capricho natural del río Árrago, los arroyuelos descienden bajo las casas alimentando la fuente de Encimavilla, situada en uno de ingenioso pasadizo.

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VINUESA (SORIA)

Vinuesa es el pueblo que mejor refleja la arquitectura popular de la comarca de Pinares de Soria, con la Casa de los Ramos como ejemplo. En la Plazuela y el Rollo se encuentran algunas de las mejores casonas. El Palacio de los Marqueses de Vilueña y la iglesia de Nuestra Señora del Pino completan la ruta por este encantador pueblo. Una buena excursión en los alrededores es la Laguna Negra, de origen glaciar, en cuyo recorrido hay hermosas cascadas que van a parar al Duero.

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CULLA (CASTELLÓN)

En lo alto de una colina del Alto Maestrazgo, donde en otro tiempo hubo un estratégico castillo, se levanta Culla, un pequeño pueblo medieval lleno de encanto con casas de piedra en su parte alta y encaladas en la zona baja que tiene su centro en la plaza de Setenal. De esta parte un laberinto de callejuelas en cuesta, escaleras y arcos de la antigua muralla que llevan a la iglesia de San Salvador, al antiguo hospital y a sus miradores sobre el paisaje espectacular de esta comarca castellonense.

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