SAINT-NAZAIRE, LA CIUDAD PORTUARIA
Cuando el capitán Haddock, el viejo lobo de mar que acompaña a Tintín en sus aventuras, vio desde lejos Saint-Nazaire resumió de un vistazo todo lo que define a esta ciudad portuaria atlántica. Siluetas de grandes buques, puentes con tirantes, grúas de formas extrañas, barcas de pesca… Saint-Nazaire es ante todo un puerto, el mismo en el que el famoso reportero, su perro Milú y sus acólitos buscaban al profesor Tornasol en Las siete bolas de cristal, y también sus astilleros, donde se han construido centenares de navíos y trasatlánticos legendarios. Como símbolo de la nueva Saint-Nazaire está Escal'Atlantique, su gran base de submarinos reconvertida hoy en una atracción turística que rinde homenaje al mundo de los transatlánticos. Frente a ella, en otra base, el submarino francés Espadon, y más allá, un litoral con veinte kilómetros de playas de arena fina, acantilados y grutas hilvanados por un sendero costero, el de los aduaneros.