KATMANDÚ
Como muchas otras capitales asiáticas, la de Nepal es una ciudad caótica, y eso que no llega a la cifra de algunas, solo tiene un millón y medio. En medio de un valle, la plaza Durbar, frente al antiguo palacio real, es su corazón sagrado, que tiene el honor de haber sido declarada Patrimonio de la Humanidad. Pero el centro histórico del viejo Katmandú es más aún, es un museo arquitectónico al aire libre, con espléndidos templos budistas e hinduistas –como el famoso Swayambhu–, pagodas, pabellones, capillas, parques y barrios como el turístico de Thammel que maravillan sin remedio.