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RIBEIRA SACRA

En la frontera entre Lugo y Ourense, el río Sil ha esculpido unos cañones de belleza sobrecogedora que se abren paso entre montes verdísimos y escarpadas paredes de viñedos a cuya vera se refugiaron en la Edad Media varias comunidades monásticas. Descubrir estos monasterios mimetizados con el paisaje, recorrer en una embarcación el río para llegar hasta el Cabo do Mundo, o probar el vino elaborado en estas tierras son algunas de las experiencias más sugerentes en este privilegiado entorno natural.

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MONASTERIO DE SAN JULIÁN DE SAMOS

Este monasterio benedictino levantado en el siglo VI en Samos tiene el honor de ser uno de los tres monasterios que aún están habitados por monjes en Galicia. En su interior, una confluencia de estilos y épocas que van desde el románico hasta el barroco, destacan la hospedería, la biblioteca y, sobre todo, sus dos claustros: el grande o del Padre Feijoo, uno de los mayores de España; y el pequeño, de las Nereidas, de estilo barroco.

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MONDOÑEDO

El rosetón gótico de la catedral es el símbolo de esta ciudad episcopal que fue una de las siete capitales del Reino de Galicia. Álvaro Cunqueiro, uno de los escritores gallegos más prolíficos, lo contempla, impasible, sentado frente a él. Fue aquí donde nació y donde se conserva su casa natal. La Fonte Vella, cuya forma asemeja a la de una vieira, la alameda de Os Remedios, junto al santuario, y el barrio de Os Muiños, atravesado por canales son, junto a la sugerente Cova do Rei Cintolo, sus grandes atractivos.

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MONFORTE DE LEMOS

Capital de la Ribeira Sacra, Monforte guarda una grandeza monumental sorprendente, en buena parte heredada de tiempos medievales, cuando la ciudad era un singular ejemplo de ciudad fortaleza, alrededor de un monasterio, con un castillo situado sobre un estratégico montículo, por cuyos pies corre el río Cabe, y rodeado de un recinto amurallado salpicado de torres defensivas. Los lienzos de El Greco en el herreriano colegio de la Compañía –conocido como el Escorial de Galicia–, el convento de las Clarisas, el palacio Condal –que alberga el Parador de Turismo- y el conjunto de San Vicente do Pino son su mejor carta de presentación.

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O CEBREIRO

Los peregrinos del Camino Francés hacen desde hace siglos parada obligatoria en este pueblo de Lugo. Es la puerta de entrada a Galicia, lugar de descanso tras el fatigoso esfuerzo de atravesar el monte. Es también el lugar donde se produjo el milagro del Santo Grial y uno de los pocos de Galicia que ha conservado las pallozas, las viviendas prerrománicas.

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ANCARES LUCENSES

Los Ancares son un territorio fascinante de profundos valles, montañas y bosques centenarios donde confluyen la provincia de Lugo con León y que gracias a los caprichos de la orografía quedó detenido en el tiempo durante décadas. Para admirar las pallozas, su principal seña de identidad, hay que acercarse hasta Piornedo, la población de los Ancares lucenses que conserva el mejor conjunto de estas antiguas viviendas tradicionales, algunas reconvertidas en museos.

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PLAYA DE LAS CATEDRALES

En el límite con Asturias y próxima a Ribadeo, la playa de As Catedrais es uno de los espacios más sugerentes de la Mariña lucense. Un auténtico monumento natural salpicado de gigantescas rocas horadadas durante siglos por las poderosas aguas del Cantábrico y el viento. Su caprichosa sucesión de grutas, pasadizos y arcos hacen de esta playa una de las más bonitas del mundo. Hasta finales de septiembre, hay que reservar entrada para visitarla.

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PORTOMARÍN

Miles de peregrinos pasan cada año por este pueblo lucense situado en un estratégico enclave para cruzar uno de los puentes romanos que atraviesa el Miño y seguir camino a Santiago. Hubo un viejo Portomarín que hoy descansa hoy bajo las aguas del embalse de Belesar. El nuevo es un pueblo joven, al que se trasladaron algunas de sus iglesias más insignes, como la de San Nicolás, y pazos señeros, como el del Conde da Maza. La foto más típica, en la curiosa escalinata de piedra que lleva a la capilla de las Nieves, con una buena vista del embalse.

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VIVEIRO

Es una de las villas más importantes de la Mariña lucense, cuyas murallas han resistido los envites de piratas y sus manantiales han atraído a infinidad de romeros. De su esplendor pasado conserva un rico patrimonio civil y religioso, en el que sobresale el puente de la Misericordia, la iglesia de Santa María del Campo o la puerta de Carlos V.

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SIERRA DE O COUREL

Entre Lugo y Ourense, lindando con León, se encuentra uno de los rincones naturales más bellos de Galicia. Una sierra con picos de más de 1500 metros de altura y atravesada por el río Lor donde se enconden profundos valles con profundos bosques, incontables arroyos y una tradición íntimamente relacionada con su aislamiento. Folgoso do Caurel es el centro neurálgico de esta sierra que conserva una extraordinaria biodiversidad y la devesa de A Rogueira, una joya de reserva botánica.

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