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Como cada año, la consultora "Mercer" ha creado un ranking que recoge las mejores ciudades del mundo para vivir. Entre los datos que se estudian a la hora de seleccionarlas están el entorno social, cultural, médico y medioambiental, datos que repercuten también en el turismo y que las convierten en destinos perfectos para una escapada. Seleccionamos las cinco ciudades europeas que ocupan los puestos más altos de la lista, y os contamos sus principales atractivos.

1. VIENA

La capital de Austria ha sido coronada, por décimo año consecutivo, como la mejor ciudad del mundo para vivir. Capital imperial de la música clásica, Viena es una ciudad limpia, segura y con una amplia oferta cultural. Numerosos y prestigiosos museos, impresionantes monumentos y, para los más golosos, algunos de los mejores dulces europeos, como la tarta Sacher, es lo que encontrarás en tu viaje.

Entre sus imprescindibles: el Palacio Imperial de Hofburg, el más grande y antiguo de la ciudad que alberga en su interior el Museo de la emperatriz Sissi, la catedral de San Esteban, coronada por una torre con forma de agua de 137 metros de altura y un tejado formado por más de 250.000 azulejos, o el Palacio de Schönbrunn, construido en el siglo XVII y conocido como el Versalles vienés.

2/5 © Zürich Tourism / Rubiano Soto

2. ZÚRICH

Situada en el puesto número dos está Zúrich, la ciudad más grande de Suiza y su motor financiero y cultural. Lo mejor para conocer este destino es pasear y perderse por sus grandes y lujosas calles como la Bahnhofstrasse, la milla de oro de la ciudad en la que encontrarás numerosas tiendas de lujo, bancos y modernos cafés. Si sigues caminando, no muy lejos de aquí, a orillas del río Limmat, se encuentran los barrios de Altstadt y Lindehof, distritos históricos que albergan algunas de las iglesias más bonitas, como la de San Peter, que destaca por su reloj de 8m de diámetro (el más grande de Europa). La catedral de Grossmünster y Fraumünster, la capilla con vidrieras de Marc Chagall, completan la lista de templos religiosos a visitar. Para los amantes de la cultura esta ciudad cuenta con más de 50 museos y 100 galerías, entre los que destacan el Museo Nacional o, para los más futboleros, el de la FIFA.

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3. MÚNICH

En el cuarto lugar está Múnich (tercera europea y cuarta en el ranking mudial detrás de la canadiense Vancouver). Famosa por acoger la mayor fiesta de la cerveza del país germano, la Oktoberfest, esta ciudad cuenta con un coqueto casco histórico y grandes museos de renombre internacional. La visita debe comenzar en Marienplatz, los casi 100 metros de fachada del Ayuntamiento Nuevo, una de sus fotografías más reconocidas, deja a quien la observa cuanto menos sorprendido. Desde su torre se puede admirar una de las mejores panorámicas de la ciudad. Después habrá que acudir a la catedral de Múnich (Frauenkirche) y a la hora de reponer fuerzas el Viktualienmarkt, es el lugar idóneo, un mercado al aire libre con más de 100 puestos. Por último, si lo que se quiere es pasear, nada como perderse en el Jardín Inglés, uno de los parques urbanos más grandes del mundo.

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4. DÜSSELDORF

Sexta en el ranking (cuarta europea tras el quinto puesto de Auckland, en Nueva Zelanda), la capital de Renania del Norte Westfalia es mucho más que un destino de negocios. Cosmopolita y cultural, Düsseldorf es perfecta para conocerla en una escapada de fin de semana. Llama la atención su arquitectura de vanguardia firmada por reconocidos arquitectos de todo el mundo. En su puerto se encuentran los edificios más llamativos, pero es en Alstadt, la ciudad vieja, donde se mide realmente el pulso de la ciudad. Pasear por sus calles y plazas, como la Burgplatz –que acoge la escultura de la sublevación y la torre Schlossturm– o la Carlsplazt, con la iglesia barroca de San Andreas, o parar a tomar algo en una de sus animadas cervecerías te hará empaparte del verdadero espíritu de la ciudad. Y para disfrutar del arte el Museo de Goethe, el Filmmuseum o el Kunstpalast. 

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5. FRANKFURT

Un puesto más abajo está Frankfurt, una ciudad de contrastes que merece la pena visitar. Lugar de nacimiento del reconocido escritor Goethe, Frankfurt es, además de la capital financiera de Alemania, un centro neurálgico de cultura. Entre sus imprescindibles están la Casa Museo de Goethe, la plaza de Römerberg –centro histórico que alberga el Museo Histórico y el Ayuntamiento–, la catedral gótica de San Bartolomé, la Torre de Meno, con 200 metros de altura y dos observatorios públicos y la Orilla de los Museos, un paseo que cuenta con 15 museos de primer nivel. Por último, no puedes irte sin probar el Apfelwein, una de las bebidas más típicas del país que comenzó a producirse en esta ciudad.

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