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SAN MIGUEL ALLENDE

De todas las mexicanas, San Miguel de Allende es una de las ciudades coloniales más bonitas y además una de las preferidas para los amantes del arte. Reconocida por la Unesco como Patrimonio de la Humanidad, junto al santuario de Jesús de Atotonilco, su iglesia de San Miguel Arcángel, la de San Miguel de Allende, su mercado de artesanías y sus calles empedradas y patios arbolados son sus señas de identidad.

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TRINIDAD 

Enclavada entre la sierra de Escambray y la inmensidad turquesa del Caribe, esta colorida ciudad cubana Patrimonio de la Humanidad creció al calor de la caña de azúcar. En ella se impone callejear por sus calles empedradas que conducen a lo alto del pueblo, sentir el son cubano en la plaza Mayor, cruzar sus placitas, visitar sus iglesias, subir a la terraza del Museo Histórico para disfrutar de las mejores vistas y admirar sus casas coloniales pintadas de mil colores. 

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CARTAGENA DE INDIAS 

En el Caribe colombiano, la ciudad vieja de Cartagena de Indias es una de las grandes joyas de la arquitectura colonial hispanoamericana. Son sus calles estrechas y sus casas con floridos balcones de madera, sus templos y las gruesas murallas y baluartes que la protegen, pero también sus barrios históricos del Centro y San Diego, los que hacen de esta ciudad que se mueve al ritmo de la cumbia y el vallenato una de las más bonitas de América. 

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LA HABANA

Después de su gente, con su sabrosura innata, lo que engancha de La Habana, que este año está celebración por su 5º centenario, es la inmensidad apabullante de su ciudad colonial, la Habana Vieja, acotada por un coqueto entramado de callejas empedradas y plazas, especialmente la plaza de Armas, la más antigua, y la de la Catedral, rodeada de mansiones del XVIII. Este cogollo delicioso y decadente que conserva ese aire deliciosamente viejo es Patrimonio de la Humanidad.  

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POTOSÍ

Al norte está Santa Marta y al sur, Popayan. Y luego está Sucre, la capital, que todos piensan que es La Paz. Pero la joya colonial de Bolivia es Potosí, que en el siglo XVI y XVII fue una de las ciudades más importantes del mundo. Todo por el yacimiento del Cerro Rico en que la que fuera conocida como la villa imperial de Carlos V en tiempos de la colonia, donde la plata no parecía tener fin. Las minas, la plaza de Armas, la catedral y el convento de Santa Teresa son sus rincones imprescindibles.

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ANTIGUA

Desde el cerro de la Cruz se admira la mejor vista de esta bonita ciudad de coloridas calles empedradas protegida por el volcán de Agua. Fue la capital colonial española de Centroamérica y rival de ciudades como México, Puebla, Lima, Quito y Potosí, hasta que dos graves terremotos hicieron mella en ella y llevara a levantar, a 40 kilómetros de aquí, la nueva capital del país, Ciudad de Guatemala. Hoy, Antigua conserva su bien preservada arquitectura barroca y un gran número de iglesias en ruinas que la han llevado a ser designada Patrimonio de la Humanidad. 

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SAN JUAN DE PUERTO RICO

Adentrarse por las coloridas calles adoquinadas que recorren la capital de Puerto Rico es ir desvelando la herencia española de la segunda ciudad más antigua de América. El paseo debe llevar a la fortaleza o palacio de Santa Catalina, un edificio de un llamativo color azul celeste que actualmente es el palacio de gobierno; al fuerte de San Felipe del Morro, donde hoy los niños vuelan sus chiringas (cometas) y se asoman al mar, a su plaza de Armas, a la plaza Colón o a sus chinchorritos, esos locales pequeños e informales donde se come y se bebe, o admirar sin descanso las bonitas fachadas de colores de decoran las calles del Viejo San Juan.

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