La visita a esta próspera ciudad romana sepultada por la lava tras la erupción del Vesubio tiene como plato fuerte los exquisitos frescos que decoran sus villas patricias. Pero el recorrido por su descomunal recinto de ruinas depara más sorpresas y desvela cómo era el día a día en un puerto comercial en el siglo I. ¿Por dónde empezar?