1/11 © Shangri-La’s Le Touessrok Resort & Spa

Isla Mauricio es una joyita, un rincón donde desconectar y cambiar el chip. Sí, en diminutivo, porque solo tiene 58 kilómetros de largo por 48 de ancho. Un pedacito de paraíso perdido en medio del océano Índico, con 330 kilómetros de costa –la mayoría playas de arena blanca y aguas turquesas–, imponentes montañas, una naturaleza tropical exuberante e inmensas plantaciones de caña de azúcar. Aunque la isla no la conforman solo sus paisajes, también sus gentes, una mezcla de culturas que hacen de ella una ciudad vibrante y colorida. Esta galería de imágenes es un escaparate de lo que tiene reservado.

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LA SONRISA DEL ÍNDICO

Es curioso que siendo la República de Mauricio uno de los lugares más densamente poblados del mundo, donde conviven hindúes, criollos y musulmanes, la tolerancia reine en la isla. Su fusión cultural se nota en la variedad de edificios religiosos, así como todas las festividades que celebran juntos, independientemente de su origen. «Primero mauriciano y luego, hindú», se dice por aquí. Para llegar a este paraíso de hospitalidad, que queda a 9000 kilómetros de distancia, la compañía nacional Air Mauritius (airmauritius.com) vuela desde España con escala en París.

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EN PAZ Y ARMONÍA

En este destino indiscutiblemente exótico todo es paz y armonía. Es una isla segura, más que segura, lo siguiente. Como tranquilas son sus aguas de color turquesa y poco profundas, que le hacen parecer una piscina natural, protegida como está por una barrera de coral. Su interior tampoco sobresalta con animales peligrosos y no es necesario vacunarse antes de viajar a ella.

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UN HOTEL EN LA PLAYA

Después de recorrer medio mundo para viajar al paraíso, se impone que el hotel elegido esté en sintonía, y eso en Mauricio es fácil, los hay fantásticos: al borde de la playa, con un personal atentísimo y una gastronomía local para chuparse los dedos. Al este de Mauricio, en la tranquila y exclusiva Ilot Mangénie, la única isla privada del país acoge el Shangri-La’s Le Touessrok Resort & Spa (shangri-la.com/mauritius/shangrila). Un refugio para los que buscan sofisticación y confort actual pero sin renunciar a la rica cultura y tradición local donde sentirse Robinson Crusoe.

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SABORES DEL MUNDO

En Isla Mauricio podrás deleitar el paladar con tantos sabores como etnias conviven en ella. Su gastronomía es rica, fresca, tropical y picante. Una mezcla de platos indios, criollos, chinos y europeos de calidad exquisita. ¿Algo que no puedes irte sin comer? La ensalada del millonario es cien por cien mauriciana y su sobrenombre no solo reside en su rico sabor, sino en su ingrediente principal, el palmito, cuyo corazón tarda siete años en crecer (en la imagen, el restaurante indio Safran, en el Shangri-La’s Le Touessrok Resort & Spa).

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RITMO TROPICAL

Los mauricianos llevan la música en la sangre, ¿y si acompañas el mejor jazz o blues local en directo con un smoked cocktail o un auténtico ron mauriciano en el Sega Bar del Shangri-La’s Le Touessrok Resort & Spa?

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BAILANDO SEGA

Enérgico, vital, emocional y de una intensidad escalofriante. El sega es el baile tradicional de la isla. Y contemplándolo es fácil transportarse a sus orígenes e imaginar cómo en el siglo XVII, con la llegada de los primeros esclavos africanos e indios, los criollos se reunían alrededor de una hoguera para expresar sus alegrías y tristezas bajo la luz de la luna. Por algo ha sido declarado Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad.

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EL MERCADO LOCAL DE PORT LOUIS

Port Louis es la capital de la isla, una ciudad de ritmo ajetreado y colorista que tiene en el Mercado Central el mejor escaparate de su diversidad. En él encontrarás puestos de fruta, verduras, especias, artesanía… ¿Un consejo? No olvides regatear, eso sí, siempre con una amplia sonrisa.

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PASEO EN CATAMARÁN… ¡CON SORPRESA!

Para conocer la cara más auténtica de Mauricio hay que alejarse un poco de la playa y adentrarse en el océano Índico. Una buena idea es recorrer la costa este en catamarán para hacer snorkel, llegar a islas remotas, degustar una parrillada de langosta y carne a bordo y, con suerte, observar a los delfines. Para ello puedes optar por Océane Cruises Mauritius (oceane.mu) una empresa que prepara paquetes a medida con los que descubrir la costa este y oeste de Mauricio. Desde su tour ecológico en el que observar la flora y fauna de la isla, un paseo al atardecer con una clase de yoga abordo o una ruta por la historia y tradiciones de esta joya del Índico.

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NENÚFARES GIGANTES

Desde el momento que pones un pie en la isla se adivina su exuberante riqueza natural y faunística. Muy cerca de la capital de Mauricio, el jardín botánico de Pamplemousses es un espacio verde de 33 hectáreas que desde finales del siglo XVIII acogen uno de los jardines botánicos más grandes del hemisferio sur. Además de un impresionante estanque de nenúfares gigantes, hay palmeras, tortugas, ciervos…

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SOLTAR ADRENALINA

De entre todas las experiencias acuáticas que se pueden hacer en Mauricio, una de las más impactantes es la de disfrutar del mar a vista de pájaro. La adrenalina a flor de piel, el aire fresco, las vistas y las distintas tonalidades del agua. Para los que se atrevan a hacer parasailing serán los 20 minutos mejor invertidos.

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