Castellón insospechado, ¿te suenan estos lugares?

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ARES DEL MAESTRAT

Las ruinas del castillo de Ares del Maestrat, en lo alto de un cerro rocoso, son la mejor atalaya para contemplar el montañoso paisaje del Maestrazgo castellonense. A sus pies se extiende el pequeño trazado urbano, en el que sobresale la iglesia parroquial, la plaza Mayor, los Porches, la cárcel, el Ayuntamiento y, en su entorno, un conjunto de cinco molinos de agua de siglos pasados.

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CUEVAS DE SANT JOSEP

Adentrarse en el interior de las cuevas de Sant Josep, en La Vall d’Uixó, por donde viaja el río subterráneo más largo de Europa, es una experiencia tan insólita como emocionante. Primero porque para ello hay que recorrer parte del laberinto de canales que discurren bajo la sierra de Espadán a bordo de una barca. Así o a pie se van admirando sus grandes espacios adornados de estalactitas y estalagmitas: la sala de Los Murciélagos, el Lago de Diana, la Galería de los Sifones… Otra aventura distinta y única es la de hacer espeleokayak en la cueva.

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BARRANCO DE LA VALLTORTA

El barranco de la Valltorta, en el Maestrazgo castellonense, guarda un tesoro único: el conjunto de arte rupestre al aire libre más importante del mundo, que forma parte del Patrimonio Mundial de la Unesco. Fue hace cien años cuando se descubrieron las cabras de la Cova dels Cavalls, el primero de los 300 abrigos que integran el Parque Cultural Valltorta-Bassulla, aunque de ellos solo cinco son visitables. Para aprenderlo todo sobre conjunto hay que pasar por el Museo de la Valltorta, que se encuentra en Tírig.

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ISLAS COLUMBRETES

Apenas a dos horas del puerto de Castellón, y navegando con la proa a levante, despuntan en el horizonte los oscuros perfiles volcánicos de las islas más desconocidas del Mediterráneo. Pero la riqueza terrestre de las Columbretes no logran ocultar el gran atractivo submarino que se esconde bajo sus aguas cristalinas. Por algo son un paraíso para buceadores.

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SANT MATEU

Sant Mateu fue un pueblo importante en el Medievo como residencia de los Maestres de la Orden de Montesa y capital del Maestrazgo. Basta un paseo por él para darse cuenta de su papel histórico, empezando por su plaza mayor porticada, su muralla y siguiendo por su arquitectura señorial, su fuente monumental o la iglesia arciprestal, todo muy del gusto gótico y renacentista. A un par de kilómetros se levanta el santuario de la Mare de Déu dels Àngels.

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SIERRA DE IRTA

Existen pocos lugares en el levante español donde pueda contemplarse la costa mediterránea tal como era antes del desarrollo turístico. Uno de ellos es el Parque Natural de la Sierra de Irta, al norte de la provincia. Una sierra con dos caras: una costera de calas, torres vigías y acantilados, y otra interior que esconde bosques, castillos árabes y templarios.

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TINENÇA DE BENIFASSA

Desde que el rey Jaime I ordenó levantarlo, el monasterio de Santa Maria de Benifassà regala una de las mejores imágenes de este parque natural del interior de Castellón, sobre todo si se accede a él desde el embalse de Ulldecona. Pero este pequeño paraíso verde, casi deshabitado, ofrece también numeras rutas de atractiva naturaleza.

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VILAFAMÉS

Vilafamés es un pueblo ¡chapó! Bonito, bien conservado y ubicado en un paisaje envidiable, entre la montaña interior y el litoral. Una muralla del siglo XIV encierra su conjunto monumental, en lo más alto de la villa. A su alrededor, calles estrechas y sinuosas por las que caminar sin orden en busca de sus construcciones de piedra roca. Lo que nadie se espera encontrar en él es el Museo Vicente Aguilera Cerní, una sorpresa que gusta (y mucho) a los aficionados al arte contemporáneo.