Pequeña en tamaño y rica en contrastes y emociones, la isla de El Hierro ofrece lugares tan singulares como El Golfo, un valle abierto al mar y protegido por acantilados de piedra que alcanzan los mil metros de altura. Tan curioso es, que en su accidentada costa volcánica es posible bañarse tranquilamente en un charco azul mientras las olas baten con fuerza.