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DESCENDER POR LA CUEVA GOUFFRE BERGER

Descender por esta caverna en el sureste de Francia es como hacer un viaje al centro de la tierra, que alcanza los 1.200 metros de profundidad. Se trata de una de las grutas calizas subterráneas más profundas del mundo y en su interior se encuentra un lago. Su acceso está controlado y em invierno, cerrada, porque cuando llueve se inunda de agua. 

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SEGUIR EL SENDERO A HUA SHAN

Las cinco montañas sagradas para el taoísmo de China se encuentran situadas a unos 120 kilómetros de Xi’an. Entre ellas destaca Hua Shan (2.160 m), cuya cumbre ofrece unas vistas verdaderamente increíbles. Para seguir la ruta senderista que llega hasta ella no hay que tener miedo a las alturas, ya que a lo largo del camino se encuentran tramos de vértigo, como el de Changong Zhandao, a mil metros de altura. Para cruzarlo, es fundamental llevar arnés. La Grieta de los Cien Escalones, una escalera con pendiente de 90 grados, o El Precipicio de los Mil Pasos, 360 peldaños con una pendiente del 70% completan el arriesgado recorrido.

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CRUZAR LA PASARELA DE HUSSAINI

¿Te atreverías a cruzar esta pasarela? Está en Pakistán y fue construida por los lugareños con materiales de la naturaleza para poder llegar a la zona norte de la región de Gilgit-Baltistán. A sus pies fluye el río Hunza. Los valientes que se atreven a cruzarlo disfrutan de unas impresionantes vistas al Himalaya y los Karkorams.

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SURFEAR LAS OLAS MÁS GRANDES DEL MUNDO

¿Amante del surf? En Nazaré, un encantador pueblo portugués de pescadores, se forman las olas más grandes del mundo, que llegan a alcanzar los 30 metros de altura y con las que solo se atreven los surfistas más expertos, porque es una aventura extrema. Se trata de una peculiaridad geológica: un cañón marino subacuático de hasta cinco kilómetros de profundidad y 230 kilómetros de longitud que al tener similitud con un embudo actúa, cuando hay oleaje, como un amplificador, creando este espectáculo de la naturaleza.

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DESTINOS PARA TOMAR PRECAUCIONES

A veces descubrir las grandes maravillas de la Naturaleza no siempre es fácil. Noruega, un país con paisajes espectaculares, es, también, escenario de los fenómenos naturales más impactantes, entre ellos las corrientes marinas más fuertes del mundo: Saltstraumen, remolinos de hasta diez metros de diámetro y cinco de profundidad. Otras experiencias atrevidas son darse un baño en las playas de Sudáfrica, concretamente, en Fish Hoek, paraíso de los tiburones blancos; o hacer rafting en el río Zambeze, por la fuerza salvaje de las corrientes.

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BAÑARSE CON 5 MILLONES DE MEDUSAS

Si hay algo que teme todo bañista en el mar es toparse con una medusa. ¿Y si supieras que existe un lago en el mundo cuya principal atracción es nadar con ellas? En esta lagunas de las islas Palaos, Micronesia, habitan hasta 5 millones de estos ejemplares. Pero, tranquilo, bañarse en sus aguas no resulta peligroso, ya que las células urticantes de esta especie de medusa son tan pequeñas que su aguijón no tiene efecto sobre la piel humana.

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BUNGEE JUMPING EN EL PUENTE DE ZHANGJIAJIE

Esta experiencia, que se diferencia del puenting en que la primera se usa una goma atada a los tobillos mientras que en la segunda se trata de cuerdas fijas aseguradas en la cintura, es solo apta para adictos a la adrenalina. El Parque Natural de Zhangjiajie, en China, no solo ofrece paisajes de película (James Cameron se inspiró en este lugar para su aclamada Avatar), sino que ofrece experiencias realmente estimulantes. Desde pasar por el puente de cristal más alto mundo hasta practicar el bungee jumping, con una caída libre de 260 metros.

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