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Cuando la marea está baja se puede ir caminando hasta el Monte Saint Michel mientras se contempla este espectacular paisaje.

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Asomarte a los miradores y murallas para observar el paisaje que ofrece a su alrededor el Monte Saint Michel resulta apacible y hermoso.

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Una vez allí perderse entre sus casas, restaurantes y espacios abiertos es todo un descubrimiento.

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Interior de la iglesia de Saint Michel.

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