TOKIO
Para urbanitas, la capital de Japón es de las ciudades más desbordantes y activas de Asia, donde conviven con total normalidad el orden y el caos. Cuna de tradiciones ancestrales y hogar de excentricidades más propias de otro mundo, la capital japonesa se despliega como un caleidoscopio en el que viajar al pasado, al futuro o a otra galaxia. Por ella hay que caminar con los ojos muy abiertos, porque en medio de esta selva de rascacielos de cristal, luces fluorescentes, pantallas que emiten sonidos e imágenes sin descanso, cruces caóticos por el gentío, también hay parques, jardines y templos budistas y sintoístas, que son un auténtico remanso de paz, y hasta islas perdidas en medio del Pacífico, como las del archipiélago de las Ogasawara, que hacen de Tokio un mundo de contrastes.