Split, la ciudad donde empaparse del hedonismo croata
Alegre, soleada y rendida a los placeres de la vida, esta joya de la costa dálmata que fue el capricho del emperador Diocleciano es pura esencia mediterránea. A sus rincones trufados de historia y sus calas flanqueadas de pinos, se une un animado panorama de terrazas y tabernas, encajado entre las montañas y el Adriático.