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CAMPO DE CRIPTANA

Y viajamos “allí, amigo Sancho Panza, donde se descubren treinta o pocos más desaforados gigantes”. El allí de Don Quijote es Campo de Criptana, donde de aquellos gigantes perviven tres, que conservan la estructura y mecanismo originales, y otros de construcción más moderna. En este pueblo manchego que inspiró a Miguel de Cervantes no hay que perderse el cerro de la Paz y el Albaicín criptano, con sus casas blancas encaladas y el zócalo añil, que acogieron en el siglo XV a los moriscos expulsados de Granada / © Instituto de Promoción Turística de Castilla-La Mancha

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ALMAGRO

Almagro es monumental, sí, pero, sobre todo, Almagro es la capital del teatro clásico. Desde muy antiguo resuenan en su Corral de Comedias (del siglo XVI) los versos de Lope de Vega, Tirso de Molina o Calderón de la Barca, escenario cada verano del Festival Internacional de Teatro Clásico. De centro ejerce su Plaza Mayor, típicamente manchega, y en torno a ella calles adyacentes pobladas de palacetes, casonas blasonadas e iglesias y conventos que embellecen el casco viejo, muchos de ellos convertidos también en puntuales escenarios teatrales.

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VISO DEL MARQUÉS

Buena parte de la atención de esta villa que es también escenario literario de Don Quijote la acapara el palacio del Marqués de Santa Cruz, un magnífico ejemplo del estilo renacentista italiano y que acoge el Archivo General de la Marina Española. Otra parte la atrae el Lagarto del Viso, un cocodrilo disecado traído por el Marqués desde el Nilo que se encuentra en la iglesia de la Asunción. 

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VILLANUEVA DE LOS INFANTES

El lugar donde murió Quevedo pudo ser también aquel en el que corrió buena parte de sus aventuras Don Quijote. En el centro de la comarca cerealista, vinícola y olivarera del Campo de Montiel, esta bonita villa está llena de escudos, de imponentes arquitecturas, de casonas nobles, conventos y de rincones que se descubren en torno a su monumental plaza Mayor, a la que asoma la majestuosa fachada de la iglesia de San Andrés / © Shutterstock

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ARGAMASILLA DE ALBA

En aquel lugar de La Mancha “de cuyo nombre no quiero acordarme” eran los campos y planicies que rodean Argamasilla de Alba. No cabe duda de que Cervantes debió conocer estos parajes que son hoy un punto estratégico para los viajeros que quieren seguir al caballero de la Triste Figura. En él no hay que perderse la Cueva de Medrano, el lugar donde todo Cervantes concibió y comenzó a escribir su genial obra, la iglesia de San Juan Bautista y, a una docena de kilómetros, el castillo de Peñarroya / © Shutterstock

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ALMADÉN

La mina de mercurio más famosa del planeta, abierta tras el cese de la explotación en 2003 y declarada Patrimonio de la Humanidad, evoca los tiempos, no muy lejanos en los que el metal líquido valía casi tanto como el oro. Recorrer las galerías subterráneas en tren y con casco es el gran reclamo del lugar. Se visitan los modernos hornos, los históricos, los almacenes, el museo… Muy cerca queda la curiosa plaza de toros de Almadén, de planta hexagonal, convertida en un singular hotel.

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