TALLIN
La capital de Estonia tiene mil razones para conocerla. Para empezar, la ciudad medieval de Tallin está declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, un auténtico museo al aire libre al que como tal no le faltan ni sus pintorescas casas y callejuelas, ni sus murallas y su flamante castillo, ni sus templos y palacios, ni su gran plaza mayor, que en otro tiempo fue mercado, llena de cafés y restaurantes. Pero, sobre todo, una larga historia. Rodeada de lagos y bosques, pasear o recorrer en bici hoy la capital de la república más turística del Báltico es descubrir una encantadora ciudad con una mezcla de culturas tan curiosa que tan pronto parece rusa, como alemana o escandinava.