A 2 horas escasas de París, los viñedos y bodegas de Burdeos han hecho famosa a la capital mundial del vino. Y aunque atraídos por ello se llega a la capital girondina, cuando se contempla su casco antiguo y su fachada marítima, su ambiente y sus vinotecas, sus plazas y su espejo del agua termina enamorado de ella. Entonces es cuando se entiende que la Unesco la haya incluido en su lista de Patrimonio de la Humanidad.