CATEDRAL DE BARCELONA
La plaza de San Jaume, la iglesia de Santa María del Mar, la calle Montcada y, sobre todo, la catedral son los enclaves imprescindibles del Barrio Gótico de Barcelona, recorrido por las viejas calles de la ciudad medieval. Ocho siglos fueron necesarios para levantar esta gran obra con su fachada erizada de pináculos y rematada en varias torres. En su interior merecen especial atención la sillería del coro, la cripta e Santa Eulalia, el museo y el claustro medieval, con heremosas arcadas y un jardín poblado de palmeras y magnolios / © shutterstock
CATEDRAL DE BURGOS
En 1221 se puso la primera piedra de la catedral de Burgos (catedraldeburgos.es), que es una de las más altas y hermosas cumbres del estilo gótico. Para ver todo lo que hay que ver en ella hay que abrir bien los ojos. En el exterior, las portadas, los rosetones, las galerías, las torres, las agujas… En el interior, la capilla de los Condestables de Castilla (maravilla del gótico isabelino), la tumba del Cid, el bellísimo claustro… Y, por supuesto, el célebre Papamoscas, el autómata que da las horas en punto tocando una campana en lo alto de la nave mayor.
CATEDRAL DE SANTIAGO DE COMPOSTELA
Presidiendo la monumental plaza del Obradoiro de Santiago de Compostela está la meta de cualquier peregrino que llega a Santiago, la catedral. Fue esta la que configuró a partir de ella el trazado urbano de la ciudad. Su sobrecogedora portada es solo el preludio de lo que tiene reservado: su doble escalinata que da acceso al grandioso Pórtico de la Gloria, los restos del Apóstol bajo el altar, la fachada de las Platerías y una experiencia: la de ver volar el botafumeiro por la nave del crucero.
CATEDRAL DE JAÉN
La obra cumbre del gran arquitecto Andrés de Vandelvira no está ni en Úbeda ni en Baeza. Está en Jaén y se levanta sobre la vieja mezquita aljama. La catedral es el más sublime ejemplo de la arquitectura renacentista en tierras del sur y modelo de buena parte de las construcciones religiosas de la América colonial. Atención a la fachada, a su sacristía y al museo catedralicio.
CATEDRAL DE LEÓN
La catedral de León es una joya en todos los sentidos y tanto es así que la elegancia de sus formas le han valido ser conocida como la pulchra leonina. Obra maestra del gótico e inspirada en la catedral de Reims, su prodigiosa colección de vidrieras hacen magia con la luz. Además de su portada custodiada por dos torres, en su interior, de esbeltos pilares, no hay que perderse el Museo Catedralicio / © shutterstock
CATEDRAL DE PALMA DE MALLORCA
Los callejones del barrio antiguo se agrupan en torno al monumento más emblemático de Palma, su catedral, cuya silueta se refleja en las aguas para ofrecer la imagen más conocida de la ciudad. Es una obra maestra del gótico y en su interior no hay que dejar de admirar el moderno retablo de la capilla del Santísimo, obra de Barceló.
CATEDRAL DE SALAMANCA
Salamanca tiene dos catedrales: la Vieja, de estilo románico, con su vieja torre del Gallo; y, al lado, la Nueva, una de las últimas manifestaciones del gótico en España. Ambas dan para muchas perspectivas, pero para descubrir la más singular y entretenida hay que subir a sus torres medievales (de día o de noche), que a 100 metros de altura brindan una mirada inédita de esta ciudad con arte. Si de día el regalo es ir adivinando a vista de pájaro uno a uno los edificios que forman parte de su conjunto monumental; de noche, la magia está en adentrarse en una catedral que se llena de música y juegos de luces para iniciar un viaje a las alturas / © shutterstock
CATEDRAL DE ZARAGOZA
La plaza más grande de la Unión Europea está en Zaragoza y pese a eso no es tan famosa por su tamaño sino por acoger dos catedrales. La original, La Seo del Salvador, y la más visitada, la Basílica del Pilar. En esta todo el mundo se sitúa bajo los frescos de Goya y ante el manto que ese día luzca la pequeña figura de la Pilarica, patrona de Aragón. En la primera los amantes del arte disfrutan de su mezcla de estilos románico, gótico, mudéjar, renacentista, barroco, neoclásico… / © shutterstock
MEZQUITA-CATEDRAL DE CÓRDOBA
La Mezquita-Catedral es alma y el sentido de esta ciudad y en ella reside su belleza e historia. Por la puerta del Perdón y en dirección al luminoso Patio de los Naranjos hay que cruzar la puerta de las Palmas para entrar en la primera construcción mandada construir por Abd al-Rahman I. Pero es en la ampliación patrocinada por el Califa al-Hakam II donde se halla el mirhab y la maqsura, los espacios arquitectónicos más deslumbrantes del monumento omeya. La ampliación de Almanzor, al este de la nave, rodea algunas de las capillas cristianas más interesantes. Una vez paseada la zona árabe es hora de recorrer la catedral cristiana, incrustada en el corazón del edificio.
CATEDRAL DE SEVILLA
Sevilla es una ciudad de estampas, encuadres y, sobre todo, de perspectivas y una de las mejores la regala, y claro está, el gran símbolo patrimonial de la ciudad: la Giralda. Desde el viejo almirar almohade rematado por un campanario renacentista se observa una vista impagable del mayor monumento gótico de la cristiandad a sus pies, la que fuera la primitiva mezquita mayor y una de las mejores vistas de la capital hispalense.