PEÑÍSCOLA
Más allá de las dos hermosas playas que la flanquean, que también, lo que hace que esta localidad castellonense sea una de las más bonitas del Mediterráneo se apiña en una pequeña península, cuyo istmo está hoy repleto de restaurantes. Es en ella donde toma asiento su casco histórico, empedrado, su ciudadela medieval protegida por una muralla y, en lo más, alto, el castillo templario que vio envejecer al Papa Luna / © Fondo fotográfico Castillo de Peñíscola